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viernes, 29 de octubre de 2010

La culpa es de los padres

Antes de que llegue el momento en que me haga la herida, me voy a ir poniendo la tirita, así que lo digo desde ya, la culpa es de los padres.

Y es que llevo toda la semana pensando en que hacer si suena la puerta de casa el domingo por la noche y me encuentro unxs niñxs que me pregunten truco o trato, a día de hoy, sigo indeciso entre darles con la mano abierta o con el bate de béisbol.

La cuestión es que ya no sabemos que hacer para ser infelices, si si, habéis leído bien, infelices. Porque si no fuera suficiente con la vorágine consumista en la que nos vemos sumergidos, buscamos cada día una nueva onomástica de San dinero en la que poder gastar el último de los céntimos que no habíamos ocupado en pagar la hipoteca. Tenemos las navidades con sus reyes, Olentzeros y gordos barbudos vestidos con los colores corporativos de la coca cola, los cumpleaños con sus regalos, san Valentín para que puedan vivir de algo los vendedores de rosas y los fabricantes de bombones, Santo Tomás para comprar txakolí y talo con chorizo, el primer lunes de Gernika, el carnaval, bodas, bautizos y comuniones y otras mil propuestas de “ocio y divertimento” a las que ahora añadimos el conocido como “jalogüin”, día en el que el sistema hábilmente utiliza a los más indefensos para que asumamos como tradición lo que no es más que un nuevo “sacaperras”.

Que padre puede negar a sus hijxs el disfraz, la calabaza para los dulces, etc. de eso es de lo que se sirven, y los padres y madres tragan, sin poner ningún límite al consumismo voraz que se sigue inculcando a sus mochuelxs. Estamos creando un monstruo aún peor que el que ya consiguieron crear con nosotrxs mismxs, y, mucho me temo, cuando queramos darnos cuenta de lo que estamos haciendo, no hará falta disfrazarse de zombie para ser un ser sin cerebro…

miércoles, 27 de octubre de 2010

Punto de inflexión

Punto de inflexión: Un punto de inflexión es un punto donde los valores de x de una función continua pasa de un tipo de concavidad a otro. La curva "atraviesa" la tangente. Matemáticamente la derivada segunda de la función f en el punto de inflexión es cero, o no existe.

O, hablando en castellano y por dejarlo más claro, el punto de inflexión es ese punto en el que unx se encuentra en el momento intermedio entre el paso de una situación a otra inversa o contraria.

En la vida hay muchos cambios, más o menos radicales, y en la mayoría de los casos o bien son demasiado rápidos o bien demasiado lentos como para saber que uno se encuentra en esa intersección en la que de dar un paso más llegará al punto de no retorno, y tendrá que asumir la dirección tomada. Por casualidades, de la vida, o del camino, me encuentro en ese cruce, con ganas de abandonar una senda que me a acompañado y me ha ayudado a saborear la vida de maneras que no sabía que existiesen, tantas veces dulces como amargas, pero sin duda diferentes a como antes las había degustado. Ahora, con el nuevo camino andado y con el viejo gastado pero no olvidado, me dispongo a tomarme el último respiro antes de tomar, literalmente, la tangente, y ver que pasa.

Así que aquí estoy, en medio, en lo alto, disfrutando por última vez de las vistas y antes de enfrentarme a nuevos horizontes, sin ganas de olvidar lo caminado, pero ansioso de aprender nuevos senderos con destino incierto; caminante no hay camino, se hace camino al andar...

martes, 26 de octubre de 2010

A pierna suelta

Muchas veces, me sorprende la facilidad con la que la gente se lleva sus problemas allá donde va y cómo estos, ya puestos a acompañar, se meten incluso debajo de las sábanas y arropan largas noches de insomnio.

Yo hace tiempo ya que decidí que quiero soñar despierto, pero eso no quita que no esté dispuesto a robar ni un segundo a mis utopías de almohada. A decir verdad cada día me resulta más fácil encontrar una evasión de la truculenta realidad que nos devora, encontrar el pequeño oasis que me aísle y me permita no pensar en nada más que en dedicarme a mí mismo el mejor de los descansos. Miles son mis oasis, e increíble me parece que la gente sea incapaz de hallar los suyos, una canción de Silvio, un verso de Neruda, una pluma y un papel, un baile estúpido, una nariz de payaso o una breve charla con quien vivo y convivo son más que suficiente para sentirme vivo y olvidar lo feo que puede ser el mundo, al menos por unas horas, las suficientes para soñar y volar sin tener que despertar ahogado en las presiones que de día nos devoran.

Seguiré, espero, durmiendo, viviendo y soñando a pierna suelta, dejando los problemas en su cajita siempre que pueda, sin prisas, que ellos siempre esperan, eso sí, lo mismo, un día, los dejo encerrados, tiro la llave, y a ver como duermen…

lunes, 25 de octubre de 2010

Empezar desde cien

Nunca me he considerado una persona a la que le resulte difícil para nada perdonar a quien sea e incluso por lo que sea, ni tampoco a la que le cueste pedir perdón cuando se equivoca, otro gallo canta en cambio si hablamos de hacer las paces conmigo mismo y mis demonios interiores, que normalmente tiene una causa exterior que no he sabido o querido cerrar en su debido momento.

Es mucho tiempo, demasiado, el que he mantenido abierta una herida que me ha permitido desarrollarme como persona en algunos aspectos a unos niveles que nunca hubiera soñado, mientras que en otros niveles me ha encerrado en un círculo de miedo al dolor y autocompasión que no ha llevado sino a evitar que mis relaciones nunca pasen de un punto en el que bastante tenían si llegaban a la puerta de la gran muralla que había construido alrededor de un corazón demasiado dolido para perdonar, y demasiado enojado para olvidar.

Lo curioso de todo esto, es que hay heridas que no necesitan alcohol, ni tiritas, hay heridas que no necesitan buenas palabras ni losientos a destiempo sobre historias que ya no importan. Hay heridas que se cierran, de golpe, con un que tal estás, como te va la vida, la verdad es que hace mucho tiempo… Hay heridas que se cierran con saber que todo va como debe, que ya me han dicho que estás bien, con un te veo estupendo. Hay heridas que se cierran solas con un abrazo y un nos vemos, aunque no sea cierto, aunque tan sólo fuera necesario habernos visto antes para saber que ya estaban cerradas, que no importaba que ya no nos quisiéramos, que tu siguieras intentando cambiar tu mundo y que yo viviera empeñado en cambiar el de todos, que no importaba nada sino saber que ÉL podía latir y no doler, y así superar su miedo a regalar latidos a otras personas y a otras sonrisas.

Curioso, y triste, que una herida con tan sencilla cura se haya mantenido sin cicatrizar tanto tiempo, aunque, tal vez, no haya sido en vano, y haya sido el tiempo necesario, y se haya cerrado cuando debía cerrarse, y ahora, con lo aprendido y lo olvidado, pueda de verdad hacer las paces conmigo mismo, y volver a empezar, no desde cero, sino desde cien.

viernes, 22 de octubre de 2010

Con la sonrisa puesta

Una vez me preguntaron si hay alguna cosa que lleve siempre puesta y nunca me quito, y yo respondí que si, que la sonrisa. Hay que reconocer que no siempre es fácil y que a veces puede resultar un esfuerzo añadido a la ya de por sí complicada superación del día a día, pero yo intento que ella esté siempre ahí, que nunca me falte.

Y la verdad es que te lo ponen difícil, porque la mayoría de los días un aparato de sonido infernal que te arranca violentamente de los dulces brazos de Morfeo, que interrumpe tus sueños y te empuja a un nuevo día en un mundo que parece muy feo. Las más de las veces sin prisa te tomas tu tiempo para desayunar mientras la televisión no sólo te da malas noticias sino que además te miente y te trata de tonto. Aún sonado por el chute de realidad desinformativa te montas en un autobús lleno de enormes ojeras que tapan lo que en un momento u otro deberían ser animosas caras. Terminas tu viaje y te encierras un montón de horas en un sitio que te es tan frío como indiferente y que no pasa de ser tu medio de subsistencia por mucho que te empeñes en decirte que con tu trabajo ayudas a la gente, y que en el fondo es necesario. Una vez terminas te dedicas a intentar mover el mundo con un palillo, eso sí rodeado de gente que comparte contigo sonrisas, sueños y utopías. Con la luna vigilante ya horas atrás llegas a casa y vuelves en breve a caer rendido en esa cama que al día siguiente volverá a verte amanecer al son del terrible despertador.

Y aún así no te la quitas, por muy feo que sea el mundo y por muy feos que sean los días, porque sin ella si que son feos y tristes, para ti, y para quienes te rodean. Porque siempre has pensado que, aunque siempre se haya dicho lo contrario, la sonrisa se debe perder incluso después que la esperanza.



La canción sin más, que me apetecía hoy...

jueves, 21 de octubre de 2010

Menos pensar y más latir

Demasiado pensar… es un hecho invariable e inevitable, y que además pocas veces conduce, ni mucho menos, a tener las cosas ni meridianamente claras.

Pensar por no sentir, pensar por sentir demasiado, pensar por pensar. Si late mucho porque duele, si no late por si estará muerto o si se habrá dormido, la cuestión es el terrible pánico a dejarse llevar de nuevo por los sentimientos, no vaya a ser que la próxima vez que deje a alguien jugar con mi corazoncito, lo rompa del todo.

Y la cuestión es que empiezo a estar cansado, de tanto darle vueltas a las cosas, de no sonreír por dentro cuando creo que alguien puede ser especial, de poner tantas cadenas y candados a mi corazón que si un día quiere salir corriendo desbocado no voy a saber ni donde tengo las llaves. Empiezo a estar cansado y aburrido, de no sentirme estúpido y vulnerable, inseguro, abobado y risueño.

Así que, tal vez, y sólo tal vez, vaya siendo hora de dejar de pensar tanto, y dejar que cada cosa vaya por donde pueda, y que duela cuando tenga que doler, y que sane cuando tenga que sanar, pero sobre todo, que lata cuando tenga que latir.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Palabras a borbotones

Nunca he sido amigo de sentarme delante del papel cuando no tengo nada que decir, pienso que las palabras fluyen cuando deben fluir y que bastante tiene la pluma con sacar lo que puede del cajón desastre de mi cabeza y mi corazón como para estar forzando escritos y versos los días que mis dedos no tienen nada que contar.

He de reconocer que además la inspiración viene cuando uno menos se lo espera, que muchas veces pierdo poemas y textos en paradas de autobús o haciendo la compra, y que rara vez me parecen tan irrepetibles como para buscar un trozo de papel en el que tomar una pequeña nota que sirva de arranque a la hora de producir sentimientos entintados.

Tal vez porque no lo fuerzo, y porque suelo pasar largos periodos, de, no se si denominarlo falta de inspiración o comas creativos, me siento sorprendido últimamente con la facilidad con la que el teclado escupe letras y palabras sin control ni conciencia. Me siento sorprendido, y no es para menos, porque siento que quiero contar más cosas de las que el tiempo me permite y la cabeza me deja, es como si de repente hubiera entrado en una relación de final seguro pero duración indeterminada, a la que quisiera sacarle todo el jugo.

Que sigan fluyendo pues, las palabras…

lunes, 18 de octubre de 2010

Tal vez, sólo tal vez

Tal vez, muchas veces, por dedicarnos a más a pensar y menos a sentir, queremos creer que estamos más viejos por dentro incluso de lo las arrugas muestran por fuera.

Tal vez, y sólo tal vez, nos equivocamos por completo, y pensamos que el sol del amanecer debe saludar nuestros despertares, cuando aún necesitamos que nos de las buenas noches, y sus primeros rayos nos arropen, tras haber dedicado a la luna la última del las canciones del último de los bares.

Tal vez, y sólo tal vez, queremos creer que la lluvia, la noche y el frío son suficiente razón para decir hasta mañana, tal vez se nos olvide que en esas noches también podemos encontrar sonrisas, susurros y abrazos que calmen nuestra ansiedad vital, tal vez no creamos posible conocer nuevas sonrisas, disfrutar de las que ya conoces, tal vez ya no sepamos acariciar las amistades como el bien único y preciado que son, tal vez se nos haya ido de la cabeza la idea de querer seguir conociendo personas que transformen nuestro mundo, tal vez se nos olvide que esas oscuras noches son buenas noches para compartir con ingenieros del corazón y la palabra, para contar secretos y brindar por amores, desamores y, sobre todo, amistad de la que se siente efímera y se convierte en eterna.

Tal vez, y sólo tal vez, debamos dejar de pensar, y dejarnos llevar, claro está que, sólo tal vez…

jueves, 14 de octubre de 2010

Esperando el otoño

Parece que, en esta vida, nos pasamos el día escapando de las rutinas y buscando cualquier cosa que nos haga pensar que cada día ha sido diferente al anterior. Muchas veces no hacemos sino ser víctimas de nuestra propia inconsciencia y nos dejamos llevar, por romper costumbres, sin pensar lo que hacemos.

Tal vez porque en el fondo no me siento tan a disgusto con mi forma de afrontar mi día a día, casi se puede decir que estoy deseando que llegue el otoño. Poder parar un poco el vertiginoso caminar de mi mundo y observar lo que tengo y lo que hago, aunque sea bajo una oscura nube gris. Respirar un segundo y asegurarme de que todo está donde quiero que esté, que mi camino está dirigido al rumbo marcado y que lo andado ha sido también por el sendero correcto. Mirar arriba y abajo y asegurarme que mis sueños siguen siendo los mismos y que la utopía sigue ahí enfrente, marcándome la línea del horizonte.

Y si tienen que caer hojas que caigan, y si tiene que llover que llueva, y si llega el frío, y la monotonía, ya buscaré las manos que me arropen y las sonrisas que me distraigan…

miércoles, 13 de octubre de 2010

Contradicciones

Que la noche me pierde, me vence y me lleva donde quiere no es novedad en este pequeño rincón, que nace de pensamientos, debilidades, alegrías y locuras nacidas bajo el amparo de las noches oscuras. Pero tan cierto como que me dejo llevar por el devenir de la noches es que suelen tener un color, blancas, negras, grises o verdes, toman un rumbo que las dirige inexorablemente hacia un final en mayor o menor medida anunciado.

Por eso, quizás, es que durante estos días tengo una sensación rara, muy rara, provocada por una noche llena de contradicciones, tal vez fruto de las batallas interiores que poco a poco vuelven a despertar en mi cabecita y que no encuentran salida en voz ni en tinta. Noche de amistad, de reencuentros, de canto a la luna hasta ahogarnos en nuestra propia alegría; noche de palabras afiladas, de pataletas, de heridas de las que sangran por dentro, por dentro de mí, y de quien pasara por allí, doliendo y haciendo daño, aparcando corazón y cabeza; noche de sonrisas, de miradas, de necesidad de besos y abrazos de los que reconfortan, de esos que vienen cuando uno no los espera y a pesar de que probablemente no los merezca.

Noche, en fin, de contradicciones, de respuestas sin pregunta, a lo que durante mucho tiempo han sido, probablemente, preguntas sin respuesta.

viernes, 8 de octubre de 2010

Doctor doctor!!!!

Se lo pido por favor, deme luz verde, le prometo que no voy a hacer salvajadas, que no voy a menear la patita, que no voy a liarla, bueno, tal vez, si me lo permite, un poquito...

miércoles, 6 de octubre de 2010

Dulce nostalgia

Las personas solemos tender a identificar la nostalgia con un sentimiento triste, frío, como uno de esos momentos que llegan cuando en una fría tarde de otoño se observa la tormenta a través de la ventana, acurrucado bajo una manta, pañuelo en mano.

Es cierto que la nostalgia no es sino el recuerdo de momentos que fueron buenos, no por ello mejores que los que unx está viviendo, simplemente buenos, dignos de recordar, de rememorar, de saber que no van a volver a ser vividos, de la esperanza de que los nuevos momentos que vengan sean al menos tan completos como lo fueron los pasados.

Así que cuando me llegan momentos de nostalgia, de dulce nostalgia, no puedo hacer sino pensar en lo únicos que fueron y lo únicos que serán los que vengan, no puedo sino soñar que cada momento que nos suceda será digno de ser recordado con la misma o mayor intensidad, pero sobre todo que será vivido con la fuerza que se merece.

Es por eso, que no tengo pena, sino todo lo contrario, cuando recordando pasados no muy lejanos y pensando en futuros inciertos, cuando el recuerdo de 3 viejos amigos y una amiga nueva y eterna, bajo la noche de Buenos Aires con una copa más de las necesarias y una menos de las deseables nos hayamos en una despedida bañados por una garganta que desgarrada cantaba esta canción, no puedo sentir sino dulzura, el dulce sabor de la nostalgia.

martes, 5 de octubre de 2010

Estrellado con mi estrella

De toda la vida se ha dicho que hay quien nace con estrella y quien nace estrellado, imagino que lo complicado es establecer los baremos por los que medir si uno tiene estrella o si en vez de con un pan debajo del brazo vino al mundo de vacío y sin las vueltas de la panadería.

Yo desde siempre he sido una persona que se ha sentido afortunada, no en lo que todo el mundo quiere ser afortunado en la vida, sino en lo realmente importante. Me considero una persona que lleva su estrella por dentro, que tiene la suerte de tener siempre una sonrisa a mano para llevar mejor los buenos momentos y alguien que le preste un abrazo sincero cuando estos son algo peores.

Así que cuando vienen las supuestas malas rachas, y las cosas no salen, y parece que todo se complica y nada va bien del todo, no puedo sino pensar que al fin y al cabo todo en esta vida hay que tomarlo con humor, que las cosas tienen la importancia que les demos y que hay que darle mucha a las buenas y la justa y necesaria a las malas, y sobre todo tener siempre el consuelo de que no faltará mi estrella para convertir los buenos momentos en mejores, y para conseguir que los malos sean menos malos si me rodeo de sonrisas, o si me pierdo en miradas que más que una estrella valen un cielo y una noche entera.

lunes, 4 de octubre de 2010

Dureza de oido...

He de reconocer que soy una persona a la que siempre le ha venido bien tener un mote fácil y reconocible, cosa que me ha salvado del tormento de tener que escuchar a la gente llamarme por nombres que muchas veces ni se parecen al mío.

Es lo que tiene los nombres compuestos, que la gente no se fija en lo que dices ni para acordarse al segundo siguiente de decírselo, pero es que lo de hoy ya no es que sea dureza de oído, es que ya es casi casi ida de olla…

Tiruliru!!! Tiruliru!!!

- Buenos días, el infierno, habla con Luis Ángel!
- Buenos días Sergio, me pasas con aicandemor?
- Te paso te paso….

Es que esos nombres se parecen como el yogurt y las morcillas vamos…

viernes, 1 de octubre de 2010

A veces se nos olvida

Pasa a veces, cada vez más a menudo, que dentro de nuestro pesismismo, se nos olvida que la única lucha que se pierde es la que se abandona. Se nos olvida que son los valores humanos los que relamente son revolucionarios, que la rabia, cuando se canaliza mediante las sonrisas y la alegría de aquellxs que luchan, se convierte en un arma imparable.

Gracias de verdad a todxs aquellxs que estos días me habéis hecho seguir creyendo que si seguimos compartiendo los sueños y luchando juntxs por ellos, podremos convertirlos en realidad.

No olvidemos nunca, a quienes cultivaron los caminos que seguimos intentando andar.