Lo cierto es que no es que las ideas me abandonen o que haya dejado de volver loca a mi cabecita con cada paso y cada latido, pero últimamente el teclado acumula más polvo que relatos, y eso nunca fue bueno.
La verdad es que, por mucho que quiera ponerme, cada vez me cuesta más ordenarme un momento y dedicarlo a trasladar de las neuronas a la pantalla mis historias, vivencias y locuras. Me sobran ideas, y me faltan teclas, me sobran caminos y me faltan pasos, me sobra el tiempo y me faltan las horas... imagino que soy así, un pequeño gran desastre que se pierde más en el cómo ir a un sitio que en el sitio en sí, y a veces con este rinconcito me pasa lo mismo, que de tanto que a veces he querido contar ahora estoy un poco perdido en mi propio cuento.
El tiempo vuelve las cosas a sus cauces, las palabras a sus libros y las historias a sus rinconcitos, sólo es cuestión, me temo, de no pensar que faltan teclas, sino de volver a echar un ojo de vez en cuando a nuestro teclado.