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jueves, 30 de diciembre de 2010

Y otra vuelta mas...

Una vuelta más alrededor del sol, sin detenerse ni darnos tiempo a bajarnos cuando sentimos que todo se mueve demasiado rápido, el mundo y la vida sigue y hemos devorado otros 365 días con sus bocados dulces y amargos.

Un año más y mil cosas que agradecer, muchísimos momentos para recordar y algún que otro pequeño arañazo que olvidar, un segundo para respirar, mirar debajo de mis pies y ver que mi camino sigue aquí debajo, y estar seguro de saber soñar y sentir cada uno de los nuevos pasos con la intensidad de los anteriores.

Un año más y más gente para guardar en mi corazón, muchas personas nuevas en mi viaje y alguna que finalizó el suyo pero que queda guardada en un rinconcito del corazón para que su llama nunca se apague del todo. Un año más, mil latidos y un millón de sonrisas, alguna que otra lágrima, muchos versos, canciones y sueños, amistades, colegas, compañerxs, amantes y casi amores construyendo mis castillos de arena y dispuestos a seguir en el camino que la vida nos marque, a pesar de muchas distancias que podamos inventarnos, en kilómetros o en murallas, y siempre con la misma luna vigilando nuestras noches oscuras.

Un año más pasado y otro más que llega, en el que desearos una vez más que seáis felices y hagáis felices a quienes os rodean, y en el que desearme poder seguir devorando el camino junto a vosotrxs, paso a paso, latido a latido, sueño a sueño.

Para despedir el 2010 permítanme poner la mejor canción del mejor grupo… xD Feliz año nuevo tengan ustedes!

miércoles, 29 de diciembre de 2010

Un año en canciones

Y es que creo que no hay mejor forma de resumir lo que ha sido este 2010 que dando a cada momento unas notas, al fin y al cabo pasamos la vida acompañando nuestras acciones con canciones, y son una buena expresión de lo que nos ha rondado por la cabecita.

Y la cuestión es que el año comenzaba con la cabeza y el corazoncito todavía en el otro lado del charco y el cuerpo adaptándose a un frío invierno en el que no quería terminar de despertar.

Invierno largo y eterno, en el que ir edificando la cabeza para cumplir mil metas, invierno para comenzar a trabajar, invierno que tenía un claro final en una ciudad con sabor a Fado, a vinho verde, a noches eternas bañadas en brindis y sonrisas, miles de sonrisas.

Lisboa dio paso a una primavera llena de colores que predecían acordes mágicos casi olvidados, de esos irrepetibles, de esos de noches de conciertos míticos, de bandas gloriosas, de caras pintadas, muñequeras de pinchos, cerveza y piel de gallina, de noches de rock n roll.

Y con la llegada de esas noches y del verano llegó la tortura, un sufrimiento que este año no llegaría en vano, un 90 roto en mil pedazos y una promesa de premio en forma de tinta sobre la piel, un esfuerzo que ha merecido la pena infinitamente.

Y pasó el verano haciendo kilómetros y bebiendo noches, aullando lunas y robando besos hasta que llegó el otoño, y el gris llegó sólo a ratos, y la cabeza y el cuore se volvieron locos, se hicieron un lío y se marcharon de mambo para ver si se aclaraban, y nunca más se supo de ellos.

Y finalmente de vuelta al invierno, con otro año por delante y la única idea clara en mi cabeza de que no hay que renunciar a ningún sueño por muchas piedras que puedan aparecer en el camino.

martes, 28 de diciembre de 2010

La edad de la inocencia

El día de hoy es, sin duda, de chanza, burla y coña, sobre toda aquella gente que con buena intención da crédito a las tomaduras de pelo de los demás.

Aún así, no para de ser digna de admiración en los tiempos que corren, la posesión de una cualidad tan olvidada como la inocencia.

Quien pudiera, por momentos, volver a ver el mundo con los ojos de ese niño que descubre la vida sin maldad ni desconfianza alguna, tan sólo con los ojos brillantes y el corazón abierto. Quien pudiera volver a sentir cada latido como el primero, volver a emocionarse con cada palabra, con cada verso, con cada sonrisa, con cada mirada, sin pensar que oscuro interés es el que se esconde detrás de ellas. Quien pudiera querer sin miedo al dolor, al desamor, al desengaño, a la soledad, sólo viviviendo el momento, sólo queriendo querer. Quien pudiera, aunque sólo fuera por un momento, vivir la vida a ciegas sin temer herirse, sabiendo que cuando caes lo único que importa, pase lo que pase, es volver a levantarse.

Y aún hay quien se burla de la bendita inocencia...

lunes, 27 de diciembre de 2010

Trata de arrancarlo

Se caló, justo justo cuando faltaba un último impulso se caló y me temo que va a costar un buen rato arrancarlo. Normalmente cuando uno cierra un ciclo y planifica el siguiente suele pasar entre uno y otro al menos un lapso de tiempo en stand by, pero no, ni eso.

Ha sido realizar balance y comenzar a derrumbarse uno tras otro los castillos de arena de mi cabeza, los ya consolidados e incluso los que aún estaban con andamios, y es que en esta vida a veces uno no puede permitirse el lujo ni tan siquiera de comenzar a soñar, que siempre hay alguien que en cuanto cierras los ojos se encarga de levantarte y recordarte que tienes que salir de la cama, por mucho frío que haga fuera.

Y es que uno construye sus castillos de arena sin contar con que la playa no es suya, y cada una de las personas que te rodean quiere construir sus propios castillos, y no tiene por qué querer ocupar el sitio que tú le otorgas en el tuyo, y suele pasar que por no tener en cuenta los castillos ajenos te quedas muchas veces sin pajes, dragones, caballeros ni princesas incluso antes de escribir el cuento.

Así que nada, patada al castillo y vuelta a empezar, pero despacito, lo primero ver si el motor arranca o si se ha roto algo, y luego, si todo funciona, pues ladrillo a ladrillo construir castillos y cuentos de finales inciertos.

viernes, 24 de diciembre de 2010

El fin de una era

En esta vida todo tiene un principio y un final con punto y seguido, lo que vivimos debemos disfrutarlo y no pensar en el día que todo cambie, es más, el día que eso ocurre hay que intentar que sólo queden los buenos recuerdos de lo que se ha caminado.

En unos días cumplirá tres años ya ese refugio que un grupo de valientes bulbabos construimos como hogar. El tiempo ha pasado, todos hemos cambiado e incluso los habitantes de tan peculiar lugar han ido cambiando.

En unos meses, circunstancias de la vida, ese refugio pasará a mejor vida para dar lugar a un futuro indefinido pero seguro lleno de oportunidades a las que agarrarse, pero pase lo que pase, siempre quedará en el corazoncito un lugar enorme para ese mundo que creamos y vivimos. Porque en él hemos reído, hemos llorado, hemos bebido, hemos amado y desamado, hemos bailado, hemos soñado. Porque en él hemos pasado muy buenos momentos que nunca se podrán borrar de nuestras retinas a pesar de que los años sigan su rumbo inexorable y cada cual siga riendo, llorando, amando, desamando, soñando y viviendo de la manera que le dicte su corazón.

Se vislumbra el fin de una era, pero seguro el comienzo de otra nueva, y es que como yo digo, si el destino te cierra una puerta, pues coge tu y abre una ventana.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Palabras que trae el invierno

El invierno siempre trae aires nuevos, tal vez algo más fríos de lo habitual, pero siempre con ese espíritu de poder dejar atrás los lastres del gris otoño y comenzar a mirar la vida con la esperanza de una nueva primavera en los ojos.

Este año, además de los nuevos aires que con gran ansiedad espero que barran ciertas sensaciones que ha dejado el final del otoño, el invierno ha venido como un cartero inesperado a traer noticias y palabras lejanas.

El invierno ha venido con palabras de verdad, de las que se clavan en el centro de la diana de lo que sabes que sientes y te niegas a admitir. Palabras de alguien a quien, como a otras tantas personas, no supe o no pude querer de la manera y con la intensidad que merecía el momento. Palabras que me han recordado que sigo sin encontrar mi sitio, que sigo sin tener el valor suficiente de abrir mi corazón de nuevo y que la vida se pasa sin que la ame como debo. Palabras que cruzan charcos y remueven algo más que conciencias, que saben cuales son mis escondites y mis debilidades, palabras que demuestran que no supe ver lo que hubo detrás de aquellos besos y pieles fundidas. Palabras que me hablan de tu felicidad debida al momento que siempre buscaste y, tal y como merecías, conseguiste encontrar. Palabras que agradecerte por lo sincero, por lo sentido, por lo dulce y por lo duro, palabras que me invitan a replantearme mis verdades y a repensar mis caminos dándome cuenta de quién y qué soy.

Así que brindo por el invierno, por la bellas palabras de los amores que no pudieron ser y por los que algún día serán, salud, y mil gracias.

La fábula del puercoespín

Una preciosa historia para comenzar la mañana...

La fábula del puercoespín

Durante la Edad de Hielo, muchos animales murieron a causa del frío.Los puercoespín dándose cuenta de la situación, decidieron unirse en grupos. De esa manera se abrigarían y protegerían entre sí, pero las espinas de cada uno herían a los compañeros más cercanos, los que justo ofrecían más calor. Por lo tanto decidieron alejarse unos de otros y empezaron a morir congelados.

Así que tuvieron que hacer una elección, o aceptaban las espinas de sus compañeros o desaparecían de la Tierra. Con sabiduría, decidieron volver a estar juntos. De esa forma aprendieron a convivir con las pequeñas heridas que la relación con una persona muy cercana puede ocasionar, ya que lo más importante es el calor del otro. De esa forma pudieron sobrevivir.

Moraleja de la historia
La mejor relación no es aquella que une a personas perfectas, sino aquella en que cada individuo aprende a vivir con los defectos de los demás y admirar sus cualidades.

martes, 21 de diciembre de 2010

Muchas veces pasa

Muchas veces pasa, puede que porque estamos saturadxs y nuestras cabezas ya no dan ni un poco más de sí o puede que porque simplemente el mundo vaya muy rápido, pero lo cierto es que pasa.

Y pasa que te encuentras con la extraña sensación de que el tiovivo de la vida no para de dar vueltas sin sentido a una velocidad vertiginosa y no terminas de enterarte muy bien si debes subir o si ya estás arriba y lo que necesitas es apearte.

Pasa que tienes la extraña sensación de que todo se mueve muy rápido y te has perdido en algún momento una parte de tu propia película, y no terminas de ver claro como reengancharte al que debería ser tu propio guión.

Y cuando esto pasa lo mejor es parar el mundo, subir a tu pequeña nube y, desde arriba, volver a poner en orden tus ideas y volver a bajar con cuidado, no vaya a ser que nos arrolle la realidad con sus ritmos frenéticos y terminemos por hacernos daño.

Así que en ello estoy, parando mi mundo para repensarlo enganchado a los versos de un Bendetti que siempre me ayuda desconectar de la vorágine y a conectar con lo que mi yo interior me dicta.

Hoy no toca canción, hoy toca desconectar con una poesía que le encanta a mi señora madre, esa mujer a la que quiero mucho más de lo que se lo digo, y que yo también adoro, espero que la disfruten…

Hagamos un trato

Compañera
usted sabe
que puede contar
conmigo
no hasta dos
o hasta diez
sino contar
conmigo

si alguna vez
advierte
que la miro a los ojos
y una veta de amor
reconoce en los míos
no alerte sus fusiles
ni piense qué delirio
a pesar de la veta
o tal vez porque existe
usted puede contar
conmigo

si otras veces
me encuentra
huraño sin motivo
no piense qué flojera
igual puede contar
conmigo

pero hagamos un trato
yo quisiera contar
con usted
es tan lindo
saber que usted existe
uno se siente vivo
y cuando digo esto
quiero decir contar
aunque sea hasta dos
aunque sea hasta cinco
no ya para que acuda
presurosa en mi auxilio
sino para saber
a ciencia cierta
que usted sabe que puede
contar conmigo

lunes, 20 de diciembre de 2010

Tiramisú

A veces, cuando uno se pone a dar vueltas, sus reflexiones terminan siendo así de peculiares pero es que está clarísimo, si la vida fuera un postre, sin duda alguna sería el tiramisú. Más allá de que sea un plato que despierta mis instintos más irracionales y me lleva a perderme en un éxtasis de sabores y sensaciones, al igual que la vida, tiene los suficientes contrastes y colores como para que existan tantas variedades y formas de comerlo como maneras de vivir.

Tiene sus partes dulces, sus partes amargas, sus partes suaves, sus partes esponjosas y sus partes más secas. Hay quien se pasaría la vida tomando sólo de la parte dulce, dándose atracones de crema de mascarpone, y quien quedaría enterrado en la amargura del café y el cacao, viviendo en la oscuridad sin llegar a dar un buen bocado a lo que tiene delante. Yo sin embargo siempre he preferido tomar la vida como un todo, con sus momentos dulces y sus momentos amargos, tratando de ser siempre consciente de que cuando el camino amarga el siguiente paso que demos sin duda será más dulce, y sabiendo que cuando se disfruta de la dulzura de un buen momento hay que relamer la cuchara a sabiendas que más tarde o más temprano todo puede volver a cambiar.

Y así andamos, entre momentos dulces, a veces con su puntito de amargura, pero con la seguridad de que la vida hay que devorarla venga como venga y que, cuando llegue el momento de pagar la cuenta, el camarero nos coja relamiendo el plato y pidiendo otra ración.

viernes, 17 de diciembre de 2010

9.9 casi 10

No es que haya sido el año perfecto, imagino que si me pongo a soñar cómo debe ser un año inolvidable, a pesar de compartir varios elementos de éste, distaría mucho de discurrir por los senderos por los que la deriva me ha llevado. Pero si que es verdad que, analizando mis propósitos, sueños y metas, y viendo el resultado final, debo decir definitivamente que estoy más que satisfecho.

Cuando comenzó el año fueron muchas las ideas que rondaron mi cabeza y decidí no renunciar a ninguna, siendo realista con la magnitud de las metas a conseguir pero tomando un todo como sueño. Han sido muchos meses y muchos esfuerzos en lo personal, muchos cambios de mentalidad, de rutinas y de forma de ver las cosas para conseguir que terminase de fraguar poco a poco el cambio propuesto.

Así que a día de hoy, tras una buena cena, un buen mate y cien reflexiones con mi almohada; tras saber que sólo un pequeño gran punto no ha terminado de salir como hubiera deseado, pero con el convencimiento de que no depende exclusivamente de mi su realización y de que realmente a lo largo de este año ha sido un poder y no querer (si si, no al revés…); tras los esfuerzos realizados y mirando ahora desde arriba las metas conseguidas, debo decir que me invade una sensación de satisfacción que pocas veces he tenido al finalizar un año.

Así que nada, pondré una cara sonriente en el libro de la memoria junto a este año 2010 y en un par de semanas dejaré de nuevo un saco de sueños bajo mi almohada, sueños a uno y otro lado del charco, sueños repletos de sonrisas, abrazos y miradas, sueños distintos para futuros, si cabe, aún mejores…

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Merçi beaucoup!

Normalmente las gracias es algo que o bien sólo damos a personas desconocidas por una mera cuestión de la educación inculcada, o bien a la gente que queremos en ocasiones, por norma general, bastante especiales.

Parece que las personas tenemos asumido que no es necesario ser agradecidas por las pequeñas cosas que hacen el día a día más llevadero, e incluso no nos parece merecer que nos las de nadie cuando hacemos algo que nos sale de forma natural.

Pero ya decíamos, para que nunca se nos olvide, en el relato visual de nuestro periplo por tierras lejanas del otro lado del charco, que de bien nacidxs es ser agradecidxs. Y por eso hoy me he levantado con ganas de dar las gracias por todas aquellas cosas que hacen que cada pasito del camino vaya acompañado por una sonrisa perpetua, ganas de agradecer a la gente que quiero y que tengo a mi lado el esfuerzo de dedicarme una parte de sus vidas sin pedir nada a cambio.

Así que gracias, gracias por cada charla, por cada palabra, por cada café, por cada cerveza, gracias por cada abrazo y por cada palmadita, y como no por cada toñeja cuando las he necesitado, gracias por cada vez que se me ha ofrecido ayuda sin pedirla y gracias por cada vez que se me ha pedido ayuda demostrando que soy importante, gracias por escucharme, por entenderme, por ignorarme, gracias por estar siempre ahí, por compartir sueños vuestros y míos, por compartir caminos, mares, aeropuertos, carreteras, por cada beso, por cada caricia por cada mirada cómplice bajo la mirada de la luna. Gracias, muchas gracias, por todo!

martes, 14 de diciembre de 2010

Balances

Se termina, así, casi sin darnos cuenta, en apenas un suspiro pasan 12 meses, 52 semanas, 365 días, la tierra se ha vuelto a dar otro paseo alrededor del sol y nosotrxs casi no nos hemos dado ni cuenta. Y lo malo de todo es que, como cada año que pasa, nos toca sentarnos un rato con nosotrxs mismxs y reflexionar sobre todo aquello que nos propusimos, sobre todo lo que hemos logrado y sobre lo que nos hemos ido dejando por el camino.

Es el momento de hacer balances y seguir avanzando sean cuales sean los resultados, es el momento de realizar promesas, establecer horizontes y planear sueños para siempre tener algo que nos haga avanzar en cada uno de los 365 días que nos separan del nuevo balance.

Si bien por norma general no me gusta tanto perder el tiempo con el balance como creando estatuas de arena que derruir en tiempos futuros, este año me temo que el balance deberá ser degustado en su justa medida, dedicándole su tiempo y acompañándolo con el sabor de un mate, sabiendo que esa será la única amargura que rozará el paladar y las sensaciones. Porque este era un año especial, un año que cargué de más sueños y retos que nunca, sobre todo en lo personal, y tengo la sensación de que el sabor final que va a quedarme va a ser dulce, muy dulce.

Así que nada, que cada cual se tome su tiempo si quiere, y haga sus valoraciones, pero sobre todo que llene un buen saco de sueños cada cual más inalcanzable para saber hacia donde guiarse en el camino que viene y que se empieza a andar antes de que nos demos cuenta, y que, dentro de un año, cuando haga balance de lo vivido y lo caminado, las piedras encontradas en la travesía no empañen la belleza del destino alcanzado.

domingo, 12 de diciembre de 2010

Una canción no más...

Para una tarde de domingo de otoño en la que no apetece ni pensar, ni escribir, ni nada más que tararear a Silvio...

jueves, 9 de diciembre de 2010

Proverbio chino

Si miramos un poco más allá de los rollitos de primavera y de las tiendas de todoacien que inundan nuestras calles y barrios, nos daremos cuenta de que los chinos con ch (los demás somos unos privilegiados…) han sobrevivido como cultura durante miles de años por su forma de mirar la vida y, como no, por como afrontan sus problemas.

Así que por una vez en la vida, y sin miedo a que nadie me llame tradicionalista, voy a dar la razón a las palabras que se transmiten de generación en generación, y es que el antiguo proverbio chino dice que “si un problema tiene solución, no hace falta preocuparse, si no tiene solución, preocuparse no sirve de nada”.

Y nada, que tienen más razón que un santo, que hoy no apetece estar preocupándose de nada más que de permitir que cada latido de paso al siguiente sin atropellarse los unos a los otros y sin necesidad alguna de que la cabeza y el corazón monten una trifulca. Hoy toca disfrutar del pastel de la vida, mañana ya nos preocuparemos en caso de que se nos indigeste...

martes, 7 de diciembre de 2010

Reencuentros predestinados...

La distancia, cuando es más un sentimiento que una realidad, se puede disolver en un solo suspiro. Y es que a lo largo del camino uno se va encontrando con muchas personas, y suelo tener por costumbre quedarme con las mejores a mi ladito, que el camino es largo y no estamos para desaprovechar acompañantes, aunque también es cierto que, en ocasiones, y a pesar de los pesares, los caminos se separan más allá de voluntades y sentimientos.

Alguna vez he comentado que hace ya algún tiempo que se ha ido diluyendo, aunque siempre sin caer en el olvido, la relación que tenía con la que por muchos años ha sido la otra cara de mi moneda. Zipi y Zape, el ying y el yang, el perro y el gato, dos personas tan distintas como iguales que se comían la vida a bocados y que al final se fueron haciendo fuertes cada uno en su castillo, tal vez cansadxs de ponerse tiritas mutuamente, tal vez cansadxs de ver cada unx como el otrx no paraba de tropezar y hacerse daño.

Pero a veces el destino nos vuelve a poner en el camino a las personas a las que más necesitamos en el momento en el que más las necesitamos. Y podemos devorar las horas brindando por nuestras encantadoras desgracias, montando improvisados gabinetes de crisis, recordándonos que seguimos tropezando porque no queremos cambiar nuestros caminos y poniéndonos tiritas con mucho alcohol para que hoy escueza y mañana cure, que ya sabemos que los mimos calman la pena pero no cicatrizan las heridas. Podemos vivir mirando a un mañana que escribirá un futuro en el que no existe un nosotros a no ser que la necesidad de la amistad más sincera grite pidiendo auxilio. Podemos dar gracias por haber vuelto a disfrutar de un ahora de pasado claro y futuro incierto para llorar verdades, reír sueños y soñar sonrisas como siempre hicimos y como, seguro, cuando el destino se ponga caprichoso, volveremos a hacer…

lunes, 6 de diciembre de 2010

Las cartas sobre la mesa

Por mucho que uno se pase la vida buscando y buscando al final hay ocasiones en las que no se sabe no sólo donde está tu sitio, sino tan siquiera el lugar que se está ocupando en ese mismo momento.

Mareado en la montaña rusa de emociones y sentimientos en la que a veces nos mete el camino, y de la que no podemos bajarnos por mucho que queramos, no nos queda otra que esperar que cuando alguien presione el pause te queden fuerzas para seguir caminando, ya que nunca sabes si el tren te apeará en una bella estación o si te dará una patada en medio del desierto.

Así que coges la baraja de la vida y metes en ella todas tus cartas, las buenas y las malas, que es de las que más aprendes, y te apuestas hasta el último latido en la partida aún a sabiendas que no llevas buena mano y que te niegas a tirarte faroles cuando juegas a corazón abierto. Porque la vida está para jugar y saber que se puede perder, teniendo en la cabeza y el corazón la certeza de que cuando se gana se compensa todo aquello que se había ido perdiendo en el camino.

Y es que ya lo dice el maestro: porque vivir es jugar, y yo quiero seguir jugando…

jueves, 2 de diciembre de 2010

Dale al pause

Cuando el mundo se pone a molestar, uno ya no sabe si bajarse o si ponerse a darle de hostias aún a sabiendas de que más tarde o más temprano te las va a devolver amplificadas y con intereses.

Y es que ya vale, que no se que le he hecho yo esta semana para que se ponga así, pues conmigo que no se ponga muy tonto, que últimamente muerdo… en fin, hay días en los que es mejor no hablar, ponerse una buena canción y recordar lo que ha sido mientras se sueña con lo que pueda llegar a ser, pasando totalmente de lo que es en este momento, y es que el mundo esta loco...

miércoles, 1 de diciembre de 2010

La automagia no existe...

Pues no, no existe, mira que en esta vida he buscado muchas veces soluciones mágicas ante los problemas que se presentan en el camino, y nunca he encontrado ni pociones ni conjuros que den soluciones que dejen a todo el mundo feliz cuando algo se complica.

Los problemas problemas son y hay que afrontarlos siempre con la cabeza fría y el corazón caliente, tratando pasar de las prisas por solucionarlos según surgen para evitar que lo que comienza como una pequeña herida termine pareciendo una txarriboda. Que al final las esperas en momentos duros se hacen interminables es tan cierto como que poner mal una tirita sólo ayuda a que la herida termine por infectarse, y no es eso lo que queremos ¿no?

Así que nada, pasaremos de abracadabras, sombreros y conejos mágicos y trataremos de mantener los sueños bajo manta, esperando que vuelva la luna que los desvele, con su mirada caliente y sus manos frías, por mucho que hasta entonces las noches sean más oscuras de lo habitual…

lunes, 29 de noviembre de 2010

Hilos invisibles

Por mucho que cueste ponérsela a veces, el sentirte rodeado de gente increíble que teje una enorme red de hilos invisibles para evitar que puedas llegar a caer cuando tropiezas, bien merece el intento. No tenéis precio de verdad…


Aún así, disculpen que hoy no deje correr la tinta ni la pluma se explaye, estoy helado, por fuera, y por dentro… aunque con vosotrxs cerca, prometo que mañana me como la vida a bocaos!


domingo, 28 de noviembre de 2010

Respuestas sin preguntas

Normalmente, cuando algo o alguien duele, solemos tener la mala costumbre de llenarlo todo de preguntas para las que, en la mayoría de los casos no tenemos ni queremos tener respuesta. En mi caso particular voy regando las noches con un río de porqués que evidentemente se diluyen sin una palabra para responderlos.

Y ya basta, porque muchas veces nos llenamos la cabeza y exprimimos el corazón con preguntas sin respuesta sin darnos cuenta de estar rodeados de respuestas sin pregunta. Perdemos el tiempo y las lágrimas buscando caminos mientras a nuestro alrededor la gente que nos quiere se dedica a ponernos una alfombra roja para evitar que sigamos tropezando ahora que ya estamos heridos. Mi frutero, mi hermano no de sangre, al menos suya, de la habitación de al lado, los amigos que desde miles de kilómetros sienten tu estremecimiento y te dicen que te levantes, quienes te escuchan y te abrazan sin pedirlo e incluso se preguntan también los porqués…todxs ellxs, todxs vosotrxs, sois las respuestas en los días en los que se me acaban incluso las preguntas.


sábado, 27 de noviembre de 2010

Se me había olvidado....

...cuanto dolía....

viernes, 26 de noviembre de 2010

Por detrás del telón

Que la vida al fin y al cabo no es más que una obra de teatro con guión incierto y actores y actrices de contrato temporalmente indefinido por las circunstancias, es algo que siempre he tenido meridianamente claro.

Lo curioso de la obra personal de cada uno, es que toma una dimensión enorme porque se encuentra en una interacción casi constante con las obras de los personajes que te rodean, lo que en el fondo apenas permite que dispongas de algunos momentos detrás del telón, entre tramoyistas, máscaras y disfraces, para poder ser tu mismo sin temer que tu personaje influya en los guiones que el resto desarrollan.

Son esos los momentos para dejar volar los sueños en cualquier dirección, sin cadenas ni barrotes, sin cortapisas de ningún tipo; son los momentos de permitirse abrirle la puerta al corazón sin miedo a las cicatrices, de permitirle correr desbocado antes de volver a guardarlo bajo llave; son los momentos de desatascar las cañerías emocionales, de reír y llorar con uno mismo sin dar explicaciones; son momentos de imaginar y escribir los guiones que posiblemente nunca serán pero que necesitan ser cuanto menos soñados antes de desvanecerse en la nada del olvido; son momentos, cuanto menos, de bailar por detrás del telón…



jueves, 25 de noviembre de 2010

Cada vez...

Cada vez que te sientes superior a ella, cada vez que le miras con desprecio, cada vez que la tomas como si fuera de tu propiedad, cada vez que le levantas la voz, cada vez que le tratas como si fuera un objeto o un trozo de carne, cada vez que crees demostrar que eres tu quien manda, cada vez que le menoscabas, cada vez que menosprecias su trabajo, cada vez que te crees muy hombre por currar 8 horas mientras ella “sólo” se parte la espalda por ti, cada vez que le dices que ella no entiende de esas cosas, cada vez que desprecias su sensibilidad y trato humano, cada vez que le intentas poner en ridículo, cada vez que te crees que papá es superman y mamá la que limpia y cocina, cada vez que le haces derramar una lágrima, cada vez que no le haces sentirse querida, cada vez que le levantas la mano...

Cada vez, todas y cada una de ellas, dejas de ser un hombre.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Un dos tres... responda otra vez!

Otra vez miércoles, otra vez sopor, otra vez lluvia, otra vez otoño… y otra vez, al igual que cada día, un pequeño esfuerzo para ponerse una sonrisa para que el mundo sea un poquito menos feo, aunque claro, pensándolo bien, siempre hay una buena razón para sonreír, así que como si de una Mayra Gómez Kemp con perilla se tratase, me formulo a mi mismo: por un céntimo de maravedí bulbabo nombre razones para sonreír un triste miércoles de otoño, como, por ejemplo, que queda menos para el fin de semana, un dos tres, responda otra vez!

Que queda menos para el fin de semana. Que ahora no llueve. Que en casa tenemos narices de payaso. Que seríamos unos payasos aunque no tuviéramos narices. Que este fin de semana estaré dando guerra con mi maravilloso grupo de hombres por la igualdad. Que en el gym han comprado un saco para que me desfogue a base de puñetazos y patadas. Que no puedo contar mis amigxs con los dedos de las manos y los pies juntos. Que ayer no sufrí el odioso sonido del cuco. Que estoy mejor que ayer pero peor que mañana. Que tengo en la cabeza mil y un sueños que cumplir. Que pienso cumplirlos todos y cada uno de ellos. Que antes de cerrar mis ojos por la noche siento como si los tuyos me arropasen…

Y todo esto, sin oír la voz de las supertacañonas, no se si me llevaré el piso en Torrevieja o si terminaré convertido en calabaza, pero visto lo visto lo que no tengo son razones para quitarme la sonrisa, aunque sea miércoles, aunque sea otoño…

martes, 23 de noviembre de 2010

Muy deficiente

Esa era la nota media que yo solía obtener en mis evaluaciones de lengua castellana durante mis últimos años de estudio. Si mal no recuerdo fue también la primera asignatura que suspendí, con la curiosidad añadida de que no se valoraba el uso de la lengua que el alumnado hacía sino un análisis de un texto dentro de unos baremos establecidos vaya usted a saber por quien.

¿Que a que viene esto? Pues esto viene a que, con el paso de los años, no sólo a mi entender sino al de algunas otras personas, resulta que tengo un buen uso de la lengua (y también de la española) y hay quien incluso confía en mis criterios y correcciones. Esto demuestra que no sirve de nada, en absoluto, lo que a lo largo de años y años nos intentan meter en nuestras alocadas cabezas adolescentes.

Nunca en la vida real hemos necesitado descifrar una derivada para comprar el pan ni ha sido necesario desarrollar un logaritmo neperiano para freír un huevo. Ese huevo es exactamente el mismo que nos han importado los afluentes del Guadiana, los reyes visigodos o las declinaciones en latín.

Sales de tu centro educativo con mil conocimientos pero sin educación alguna, sabes lo que es la pillow lava antes de aprender a cocer un plato de pasta, y la vida termina convirtiéndote en un físico cuántico incapaz de plancharse una camisa; nos dedicamos a prepararnos para estar al servicio de las empresas y la sociedad de consumo sin prepararnos para afrontar nuestras propias vidas y, lo que es más grave, no nos damos cuenta del engaño.

Así que no se preocupen ustedes si tuvieron muy deficientes, si no se aprendieron las capitales de la Micronesia o si no recuerdan el peso atómico del rubidio, al fin y al cabo, su sobresaliente estupidez no es más que la muy deficiente aptitud de desarrollo humano de sus productos creados.

PD. Realmente yo hoy iba a hablar de cómo el odioso sonido del cuco me arranca de las más dulces trincheras, en fin, esa será otra historia… ;-)

lunes, 22 de noviembre de 2010

La soledad de los días oscuros

Hay que reconocer que en ocasiones se vuelven imposibles las frías y lluviosas tardes de otoño, por más que lo intentemos, ni tan siquiera casi poder sentir aún el calor de los abrazos y el sabor de los besos es suficiente para calmar la gélida oscuridad que te rodea.

Son días en los que las cicatrices vuelven a doler y sientes como se desvanece el equilibrio que tanto te ha costado encontrar. No puedes evitar pasar las horas deseando que tus pensamientos y tus latidos se dirijan en la misma dirección mientras te invade la ansiedad de no saber como romper los barrotes de un corazón que casi no recuerda cuando fue enjaulado, cuando decidió tirar la toalla y cerrar los ojos por no volver a sentir el dolor y la ausencia.

Son días en que cada gota de lluvia se refleja en el espejo de tu retina tratando de sudar ese veneno que sin saber por qué una y otra vez vuelve a corroerte, tratando de apartar esa soledad que te regala su beso y te presta una mano cuyo sendero tan bien conoces.

Son días de lluvia, papel y pluma, de versos oscuros que reconfortan el alma, que escupen palabras que muerden las lunas que ya no dibujas, que pintan poemas con sueños perdidos entre manos y sábanas las noches que no hay frío ni miedo, ni más estrellas que esas pupilas…

Son días que pasan, y amanece, y sigue lloviendo…

jueves, 18 de noviembre de 2010

Y van 600...

Y es que ya empieza a ser un número importante oiga, que la idea era soltar un poco de adrenalina por los dedos, plasmar algún que otro recuerdo y, como con casi todo en esta vida, dejarlo al de cuatro días por aburrimiento.

Pero no, se fue de las manos, el engendro tomó vida propia y se ha terminado por convertir en un diario de a bordo de locuras y sueños, en un extraordinario mapa de sentimientos, mezcla de recuerdos y noches oscuras, en un interminable relato en el que se confunden las palabras con los latidos y en los que hay más corazón que cabeza.

Y se fue de las manos porque siempre ha habido ahí alguien que estaba dispuesto a leer, a compartir, a sentir mis historias un poquito suyas. Siempre habéis estado ahí siendo los oídos que mi corazón y mi cabeza necesitan, la normalmente silenciosa compañía que como una sombra agarra tu mano en el camino.

Durante ya casi 4 años y a lo largo de estos 600 retazos de mi realidad hemos viajado juntos, hemos sufrido mil y una peripecias, hemos bebido, reído, cantado y sobre todo soñado. A nuestra manera hemos sufrido y hemos hablado del amor mucho más de lo que lo hemos sentido. Hemos crecido, hemos luchado y hemos pataleado, y con todo, nunca nos hemos rendido.

Así que hoy es día de brindis por 600 historias locas y por muchxs amigxs, anónimxs y conocidxs, a uno y otro lado del charco, en norte y sur, es un brindis por mis oídos silenciosos, es un brindis por seguir compartiendo con vosotrxs, siempre que pueda, un pedacito de mis realidades, sueños y noches oscuras.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Bichobola

Existen días de esos en los que lo único que a unx le apetece es hacerse bichobola, meterse debajo de una manta y desear que llegue la noche y dé paso a un nuevo amanecer en el que desaparezcan las malas sensaciones.

Son los días que el gris de las nubes es más gris, que el agua moja más de lo habitual, que no sólo se empapa la ropa, sino que el frío y la humedad calan hasta lo más hondo del alma y los pensamientos.

Yo siempre pienso que aún así hay que ponerse lo primero la sonrisa, por mucho que cueste, que no hace falta convertir el gris que unx tiene en una enfermedad contagiosa. Una vez puesta la peor de tus sonrisas sólo te queda pensar que en el fondo necesitas tener un día oscuro y gris para saber apreciar mejor todas aquellas cosas y personas que consiguen que el resto de tus días estén iluminados por otros mil colores.

Así que ruego que hoy me perdonen, que no me lo tengan en cuenta si me notan falto de chispa, que yo prometo que, aunque hoy sea bichobola, mañana me enciendo de nuevo…

martes, 16 de noviembre de 2010

La cuenta atrás

Siempre he pensado que es imposible calcular la cantidad de sueños que caben en una maleta. Cada viaje que unx emprende en la vida genera un punto de partida hacia una vorágine de nuevas sensaciones y experiencias siempre en base a tener todas las ilusiones pero ninguna expectativa, siempre en base a estar dispuesto a saborear el camino pero sin pedirle nada antes de dar el primer paso.

Hay viajes que comienzan en un aeropuerto, o al llegar a un hotel, hay viajes que comienzan en un bar rodeado de alcohol y amigos y viajes que comienzan incluso en otros viajes.

Quien me conoce y sabe con el mimo con el que estoy preparando el camino se debe preguntar en qué momento comienza la locura a revolver mi cabeza. Pues bien, este viaje comienza con otro viaje, este viaje comienza en un pequeño pueblo de la frontera de Argentina y Chile, ante la mirada atenta de los Andes, este viaje arranca ante la mirada de la montaña, entre el frío devastador de la Patagonia y el calor de la amistad, de una canción de Sabina y de un chocolate caliente.

Mil vueltas le he dado ya y mil vueltas más le daré, modificaré una y otra vez el camino, con la sola intención de no arrepentirme de ni uno sólo de los pasos que de en el, con la única intención de abrir los ojos y el corazón y seguir creciendo.

Me sé, me siento a mitad de camino, a un año y mil problemas de mi destino, pero cada día sintiéndolo más cerca, cargando la mochila con los sueños que me sobran, pensando en montañas de las que nos miran ridículos desde su inmensidad, soñando desiertos y cielos estrellados en los que perder miradas y noches, saboreando reencuentros, amistades, mates y sonrisas, sintiendo que al fin y al cabo, no es más que un charco, tan grande para nuestros pies, como pequeño para nuestras mentes y corazones.

Que continúe la cuenta atrás, que ya no queda nada…

lunes, 15 de noviembre de 2010

Abracadabra...

Hay ocasiones en las que las cosas que siempre se atragantan fluyen de una manera tan calmada que unx se tiene que preguntar si no será que algún poder sobrenatural le ha guiñado un ojo y le ha ofrecido una tregua, si aunque sea por unas horas algún tipo de hechicera ha logrado que te deshagas de ese mal de ojo que parece marcarte y los dados te regalan una nueva partida sin ojos de serpiente marcando tu derrota.

Porque hechizo, conjuro o varita, lo que tienes claro es que la imposible tarea de encontrar el equilibrio viene siendo, mayormente, cuestión de magia. Es cuestión de magia poder volver a dibujar sonrisas en acordes que antes eran como desgarradores punzones, convertir letras y canciones en nuevos imborrables recuerdos. Es cuestión de magia, que haya latidos y abrazos tan dulces como eternos por muy oscura que sea la noche, por mucho que las luces artificales se empeñen en esconder las estrellas. Es cuestión de magia saber que en ocasiones el sueño más real es el que puedes abrazar al despertar y no el que transcurre mientras tus ojos se cierran. Es cuestión de magia, seguro, no sentir necesidad de preguntas ni respuestas, sino entender que las verdades que en ese momento necesitas se ocultan tras una mirada sincera.

Es cuestión de magia, sin duda, y, ahora que es lunes y el hechizo se diluye entre bostezos y rutinas, pues solo puedo decir... que me quiten lo bailao!

jueves, 11 de noviembre de 2010

Abrazos, muchos abrazos

Adoro los abrazos, siempre me han parecido un gesto en el que se puede mostrar desde el cariño más extremo hasta la más vulgar indiferencia. Habrá quien diga que es en un beso donde se vuelca el alma, o que una mirada es el mundo en el que no puede existir más que la verdad y el sentimiento, y, aunque razón no falta en ello, me van a perdonar que siga quedándome con mis abrazos.

Avanzo y avanzo por el camino y abrazo la vida, abrazo mis sueños y siempre que me dejan, abrazo a aquellas personas a las que quiero transmitir mi calor sin necesidad de decir nada, que las palabras se las lleva el viento, pero los sentimientos se quedan por dentro.

Y la cuestión es que a pesar de lo que me gusta abrazar (y ya no digo nada que me abracen), y de que realmente todo el mundo se siente reconfortado por un buen abrazo, siempre he tenido la sensación de que existe una especie de barrera, no se bien si psicológica o social, que nos hace prescindir de increíbles sensaciones.

Por eso, estos últimos días y semanas, colmados de abrazos y buenas sensaciones, están siendo realmente especiales. Abrazos de reencuentro, de los de miles de kilómetros que se estrechan en unos brazos que acercan historias pasadas, presentes y futuras, abrazos apresurados de despedida en una parada de autobús, abrazos con aquella gente que también entiende la importancia de los abrazos, abrazos de amistad fraternal, abrazos con personas en guerra abierta con sus corazoncitos, abrazos de los que detienen el tiempo y el mundo bajo la luz de la noche convirtiéndola en eterna, abrazos, muchos abrazos.

Así que no os cortéis, abrazaos, que nunca jamás os quede un abrazo pendiente…

PD. Este finde, concierto, y abrazos, muchos abrazos…

Cuando la copa de los sueños está vacía
y miles de abejas jugando
en las tripas me roban las noches.
No me dejes solo que ahora soy tan pequeño
y cuando despierto de una pesadilla nada cambia
todo sigue igual

Abrázame, abrázame...
y no me digas nada
que esta tristeza no me abandona
y este miedo duele más


Abrázame, abrázame...
y no me digas nada
que esta tristeza no me abandona
y este miedo duele más

Abrázame, abrázame...

Como una noche de invierno en Noruega
un manto de escarcha,
un corazon desnudo, tortura de vida.
No me dejes solo que ahora soy tan pequeño
y cuando despierto de una pesadilla nada cambia
todo sigue igual

Abrázame, abrázame...
y no me digas nada
que esta tristeza no me abandona
y este miedo duele más

Abrázame, abrázame...

martes, 9 de noviembre de 2010

El gallinero

Bla bla bla bla, incesante, como un martilleo que trata de destruir tu mente, no uno, ni dos ni tres, tu compañera de enfrente bla bla bla, tu jefa bla bla bla, la de la limpieza con la aspiradora, 4 teléfonos sonando al mismo tiempo, el departamento de al lado bla bla bla, el departamento que está a 15 metros que no tiene control de volumen en la voz y su bla bla bla se convierte en especialmente irritante. 15 personas realizando un cursillo que deciden hacer la pausa del café a 2 metros de ti, no hay duda bla bla bla jajaja riiingggg riiinngggggg

STOP!!!!! Trabajar ni se te pasa por la cabeza porque no es posible ya no ponerse a hacer algo sino que casi casi saber ni donde estás, dudas, intentas sacar una milésima de segundo para que tu mente se concentre, te muerdes el labio porque solo te queda gritar a todo el mundo que se calle o empezar a dar tortas con la mano abierta para ver si alguien dentro del gallinero se da cuenta de que tu mente está tocando las puertas del reino de la locura.

Bla bla bla… bla bla bla… ni el blog, ni una hoja de papel, ni una canción, nada, que no hay manera, tiras las historias una tras otra a la tercera línea porque no hay manera humanamente posible de que puedas dar a tus palabras el sentido que necesitan. Bla bla bla… pero es que esto no parará nunca?????

Aturdido escupes adrenalina por tus dedo y tratas de soñar con que el hecho de soltar la locura en un texto puede acabar con la esquizofrenia en la que se ha convertido tu entorno bla bla bla… riiiinggggg riinnng bla bla…..

Una pistola, sólo quiero una pistola, por favor…

PD. La canción... bueno, la persona para quien va imagino que ya sabe que sólo tiene que saber silbar...

lunes, 8 de noviembre de 2010

Bolas de papel

La felicidad es sin lugar a dudas una gran enemiga para las mentes creativas, eso es así como que la gran mayoría de lxs grandes escritores han escrito sus mejores obras en momentos de crisis, bajo los efectos del alcohol, las drogas o cuadros de esquizofrenia galopantes.

Y la cuestión es que algo hay en los momentos de cierta inseguridad y de percepción negativa de la realidad que empuja a que afloren las palabras con una profundidad que nos es imposible alcanzar cuando todo va bien.

Por norma general, y un paso más allá de los pequeños retazos de mi día a día que dejo en este espacio, es la noche, mejor cuanto más oscura y profunda, ese momento que elijo para enfadarme con mi mundo, tirar líneas, palabras y versos sobre el papel y después volver a reconciliarme conmigo mismo antes de irme a dormir. Son momentos en los que puedo aislarme por un momento de mi realidad cotidiana y sacar de su lúgubre escondite los recuerdos, pesares y anhelos que invitan a la pluma a deslizarse sin control sobre un pedazo de papel amarillento.

Pero hay veces, en las que te pongas como te pongas, tu mente no puede encontrar ni una pequeña herida abierta de la que sacar ese dolor creativo, esa fuente de inspiración basada en aquello que te mantiene alerta y despierto. Son esas noches las que se llenan de bolas de papel con medios versos y textos que van directos a la papelera, son esas noches en las que la oscuridad no es suficiente, en las que la pluma sólo quiere disfrutar del momento, por breve e ilusorio que sea…

domingo, 7 de noviembre de 2010

Me apetece verde

Muchas veces, resulta que uno se encuentra venga a buscar una cosa y de repente se topa con algo diferente que realmente es lo que mejor le viene en ese momento.

Buscar y buscar, con el simple ánimo de encontrar algo que mantener, y autoconvencernos una vez que encontramos algo de que eso es lo que buscamos, es una de esas verdades inmutables que caracteriza a los seres humanos, y que no es sino otra muestra de nuestra infinita debilidad.

Cuando queremos encontrar algo siempre debe ser blanco o negro, sólo o con leche, no nos podemos permitir el lujo de intuir nuevos matices y colores ya que se encuentran fuera de lo socialmente aceptado e incluso hacemos creer a nuestras mentes y nuestros corazones que no existe nada fuera del camino marcado.

Tal vez, conociéndome como me conozco, esto no sea más que un desvarío de lluvioso domingo de otoño, pero, la verdad, paso de blanco y negro, me apetece verde. Me apetece sentir que se puede encontrar algo y permitirte el lujo de seguir buscando lo que crees que necesitas sin necesidad de soltarlo inmediatamente. Me apetece no tener que estar pendiente de ser la respuesta a la búsqueda de nadie ni que nadie deba estar pendiente de ser la respuesta a la mía, sino simplemente poder encontrarnos y mantenernos mientras seguimos cada cual buscando lo suyo. Me apetece poder seguir a la caza de mi utopía sin tener que privarme por ello de disfrutar de un dulce sueño. Lo dicho, hoy, me apetece verde…


viernes, 5 de noviembre de 2010

De canciones y recuerdos

Es viernes y la verdad, más allá del día payasete que tengo no tenía intención de aportar ninguna historia al rinconcillo este, pero de camino al work, ha sonado una canción en el txinauto que me parece no debo pasar sin compartir.

Una canción de esas de cuando aún éramos unos críos, de cuando el concepto revolución sonaba más romántico y menos doloroso de lo que ahora lo hace, de cuando construíamos utopías al son de unos acordes desgarrados, de cuando los amores eran a vida o muerte aunque durasen un amanecer y de cuando la palabra responsabilidad no tenía cabida en el diccionario de nuestras vidas.

En fin, que si a mí me evoca buenos recuerdos, puede que con vosotrxs haga lo mismo, disfrutad del fin de semana. xD

jueves, 4 de noviembre de 2010

Kit de emergencia

Lo mismo que existe un kit de emergencia en caso de evacuación en los aviones o un kit de primeros auxilios, hay días en los que deberíamos tener a mano un kit de emergencia para días de sopor.

Y es que hay días en los que por mucho que uno se pinte la sonrisa al levantarse de la cama y se disponga a fundir sus energías hasta la última chispa, los elementos se alían en una especie de contubernio judeomasónico para conseguir por todos los medios que los segundos se estiren hasta límites insospechados. Son esos días en los que incluso el aire parece más espeso, las nubes aunque lejanas pesan sobre tu cabeza y no puedes evitar pensar una y otra vez que, independientemente de lo que estés haciendo, hay un millón de sitios mejores en los que podrías estar.

La cuestión es que en estos días, incluso a la cabeza le cuesta arrancarse a volar, es como si las ideas tuvieran enormes cadenas y la imaginación tuviera las alas mojadas, ni tan siquiera una buena canción te hace escapar de la pequeña jaula que por tiempo corto aunque eterno te has construido.

Así que yo creo que cada cual debería tener preparado para estos momentos su pequeño kit de emergencia en caso de sopor, cada cual con sus peculiaridades, llenándolo de los recuerdos e imágenes que le hagan despegar la mente para que si las horas deben pasar lentamente, al menos los segundos no caigan como losas en un pozo sin fondo. Por eso creo que voy a ir llenando mi cajita, teniendo cuidado de poner en ella un buen puñado de sueños, de caminos, de canciones, besos y sonrisas, para que en los días de sopor, no haya tedio ni nubes grises que oscurezcan el camino.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Mil ideas y un rompecabezas

La verdad es que, lejos de lo que rondaba mi cabeza esta mañana mientras me dirigía a esta bien iluminada pero mal empleada oficina, en vez de encontrarme entre mil y un bostezos, lo que ronda mi mente despierta son manantiales de ideas brotando a borbotones pero sin terminar de plasmarse en nada en concreto.

Algunas desechadas por atasco, otras por repetición y otras por no dar lugar a interpretaciones erróneas de palabras y sentimientos, poco a poco van cayendo al saco de la basura historias sobre cómo sobrevivir en un antro de perversión, sobre cómo por un momento el otoño se puede transformar en primavera o sobre lo poco que a veces importa despertarse antes de que amanezca.

La cuestión es que no las siento como historias desperdiciadas sino como piezas que poco a poco conforman el rompecabezas del día de hoy, algunas ocupando a su manera los huecos que ya tenían destinadas y otras encajando con sutil perfección en mis caóticos recovecos, todas acompañadas, como no, de la sonrisa que estúpidamente me acompaña hoy desde antes incluso de levantarme de la cama, y que acompañará a las nuevas mil historias que conformen el rompecabezas del mañana.

martes, 2 de noviembre de 2010

Necesidades

Es difícil definir hoy en día, en un mundo totalmente mercantilizado y en el que nadie sabe realmente si sus valores son realmente suyos o si no son más que un estribillo aprendido de la letra de algún anuncio, cuales son las necesidades que realmente necesita cubrir para ser feliz.

Necesidades y felicidad, dos palabras que entran en un bucle sin fin si nos dejamos envolver por la sociedad de consumo, ya que a mayor consumo mayores necesidades de mantenimiento de estatus y mayor sensación de insatisfacción e infelicidad. La pescadilla que se muerde la cola, comprar más para necesitar más, tratar de lanzar migas al insaciable apetito de la bestia.

Si por un momento nos alejamos de lo que se supone debemos necesitar, y una vez cubiertas las necesidades más básicas (techo, ropa, comida y algo en lo que ocupar tu tiempo, quien quiera que lo llame trabajo) cada cual tiene siempre un mínimo de cosas que hacen que su vida transcurra por el camino que ha decidido en vez de convertirse en un infinito pozo de insatisfacción. Son esas cosas que muchas veces vemos como rutinas y hechos cotidianos y sin los cuales sería imposible llevar puesta siempre la sonrisa. Necesidades reales y vitales, la sonrisa de un amigo, una pluma y un papel para poder viajar incluso sin dinero, un abrazo cuando lo necesitas, la mirada de esa chica que te acelera el corazón, un café o un mate en buena compañía… son las pequeñas grandes cosas que realmente necesitamos y no sabemos reconocer, son las necesidades que hacen que cada día podamos dar un pasito más en el camino, a pesar de no tener el coche de la tele, ni la casa de la revista, ni las vacaciones en el Caribe, sabiendo que en el fondo, todas esas cosas no valen nada si no están acompañadas de esos besos, abrazos, miradas y sonrisas.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Horas para soñar

Parece que con el avance del otoño el mundo se empeña en dar una vuelta de tuerca tras otra, y hasta se pone de acuerdo en robar a los días una hora de luz, se pone de acuerdo en quitarnos una hora de las de vivir y nos regala una para dedicar a los poco valorados artes de pensar y sentir.

El problema a veces aparece cuando uno ya está cansado de pensar y piensa que, probablemente, se le había olvidado el cómo sentir, dedicando su tiempo casi en exclusiva a soñar.

Porque en ocasiones, uno se acaba encontrando con que existen sueños de esos que te abrazan bajo las sábanas y ya no te dejan pensar, y te hacen creer que tus ansias por soñar no tienen otra motivación que volver a sentir. Son esos sueños, que se transforman en unos ojos, en una mirada, en unas manos, en un beso, son esos sueños que te hipnotizan y que te hacen pensar que da absolutamente lo mismo que exista una hora más de día o una hora más de noche, porque lo único que te apetece, indistintamente de cuando sea, es pasarte esa hora soñando.


viernes, 29 de octubre de 2010

La culpa es de los padres

Antes de que llegue el momento en que me haga la herida, me voy a ir poniendo la tirita, así que lo digo desde ya, la culpa es de los padres.

Y es que llevo toda la semana pensando en que hacer si suena la puerta de casa el domingo por la noche y me encuentro unxs niñxs que me pregunten truco o trato, a día de hoy, sigo indeciso entre darles con la mano abierta o con el bate de béisbol.

La cuestión es que ya no sabemos que hacer para ser infelices, si si, habéis leído bien, infelices. Porque si no fuera suficiente con la vorágine consumista en la que nos vemos sumergidos, buscamos cada día una nueva onomástica de San dinero en la que poder gastar el último de los céntimos que no habíamos ocupado en pagar la hipoteca. Tenemos las navidades con sus reyes, Olentzeros y gordos barbudos vestidos con los colores corporativos de la coca cola, los cumpleaños con sus regalos, san Valentín para que puedan vivir de algo los vendedores de rosas y los fabricantes de bombones, Santo Tomás para comprar txakolí y talo con chorizo, el primer lunes de Gernika, el carnaval, bodas, bautizos y comuniones y otras mil propuestas de “ocio y divertimento” a las que ahora añadimos el conocido como “jalogüin”, día en el que el sistema hábilmente utiliza a los más indefensos para que asumamos como tradición lo que no es más que un nuevo “sacaperras”.

Que padre puede negar a sus hijxs el disfraz, la calabaza para los dulces, etc. de eso es de lo que se sirven, y los padres y madres tragan, sin poner ningún límite al consumismo voraz que se sigue inculcando a sus mochuelxs. Estamos creando un monstruo aún peor que el que ya consiguieron crear con nosotrxs mismxs, y, mucho me temo, cuando queramos darnos cuenta de lo que estamos haciendo, no hará falta disfrazarse de zombie para ser un ser sin cerebro…

miércoles, 27 de octubre de 2010

Punto de inflexión

Punto de inflexión: Un punto de inflexión es un punto donde los valores de x de una función continua pasa de un tipo de concavidad a otro. La curva "atraviesa" la tangente. Matemáticamente la derivada segunda de la función f en el punto de inflexión es cero, o no existe.

O, hablando en castellano y por dejarlo más claro, el punto de inflexión es ese punto en el que unx se encuentra en el momento intermedio entre el paso de una situación a otra inversa o contraria.

En la vida hay muchos cambios, más o menos radicales, y en la mayoría de los casos o bien son demasiado rápidos o bien demasiado lentos como para saber que uno se encuentra en esa intersección en la que de dar un paso más llegará al punto de no retorno, y tendrá que asumir la dirección tomada. Por casualidades, de la vida, o del camino, me encuentro en ese cruce, con ganas de abandonar una senda que me a acompañado y me ha ayudado a saborear la vida de maneras que no sabía que existiesen, tantas veces dulces como amargas, pero sin duda diferentes a como antes las había degustado. Ahora, con el nuevo camino andado y con el viejo gastado pero no olvidado, me dispongo a tomarme el último respiro antes de tomar, literalmente, la tangente, y ver que pasa.

Así que aquí estoy, en medio, en lo alto, disfrutando por última vez de las vistas y antes de enfrentarme a nuevos horizontes, sin ganas de olvidar lo caminado, pero ansioso de aprender nuevos senderos con destino incierto; caminante no hay camino, se hace camino al andar...

martes, 26 de octubre de 2010

A pierna suelta

Muchas veces, me sorprende la facilidad con la que la gente se lleva sus problemas allá donde va y cómo estos, ya puestos a acompañar, se meten incluso debajo de las sábanas y arropan largas noches de insomnio.

Yo hace tiempo ya que decidí que quiero soñar despierto, pero eso no quita que no esté dispuesto a robar ni un segundo a mis utopías de almohada. A decir verdad cada día me resulta más fácil encontrar una evasión de la truculenta realidad que nos devora, encontrar el pequeño oasis que me aísle y me permita no pensar en nada más que en dedicarme a mí mismo el mejor de los descansos. Miles son mis oasis, e increíble me parece que la gente sea incapaz de hallar los suyos, una canción de Silvio, un verso de Neruda, una pluma y un papel, un baile estúpido, una nariz de payaso o una breve charla con quien vivo y convivo son más que suficiente para sentirme vivo y olvidar lo feo que puede ser el mundo, al menos por unas horas, las suficientes para soñar y volar sin tener que despertar ahogado en las presiones que de día nos devoran.

Seguiré, espero, durmiendo, viviendo y soñando a pierna suelta, dejando los problemas en su cajita siempre que pueda, sin prisas, que ellos siempre esperan, eso sí, lo mismo, un día, los dejo encerrados, tiro la llave, y a ver como duermen…

lunes, 25 de octubre de 2010

Empezar desde cien

Nunca me he considerado una persona a la que le resulte difícil para nada perdonar a quien sea e incluso por lo que sea, ni tampoco a la que le cueste pedir perdón cuando se equivoca, otro gallo canta en cambio si hablamos de hacer las paces conmigo mismo y mis demonios interiores, que normalmente tiene una causa exterior que no he sabido o querido cerrar en su debido momento.

Es mucho tiempo, demasiado, el que he mantenido abierta una herida que me ha permitido desarrollarme como persona en algunos aspectos a unos niveles que nunca hubiera soñado, mientras que en otros niveles me ha encerrado en un círculo de miedo al dolor y autocompasión que no ha llevado sino a evitar que mis relaciones nunca pasen de un punto en el que bastante tenían si llegaban a la puerta de la gran muralla que había construido alrededor de un corazón demasiado dolido para perdonar, y demasiado enojado para olvidar.

Lo curioso de todo esto, es que hay heridas que no necesitan alcohol, ni tiritas, hay heridas que no necesitan buenas palabras ni losientos a destiempo sobre historias que ya no importan. Hay heridas que se cierran, de golpe, con un que tal estás, como te va la vida, la verdad es que hace mucho tiempo… Hay heridas que se cierran con saber que todo va como debe, que ya me han dicho que estás bien, con un te veo estupendo. Hay heridas que se cierran solas con un abrazo y un nos vemos, aunque no sea cierto, aunque tan sólo fuera necesario habernos visto antes para saber que ya estaban cerradas, que no importaba que ya no nos quisiéramos, que tu siguieras intentando cambiar tu mundo y que yo viviera empeñado en cambiar el de todos, que no importaba nada sino saber que ÉL podía latir y no doler, y así superar su miedo a regalar latidos a otras personas y a otras sonrisas.

Curioso, y triste, que una herida con tan sencilla cura se haya mantenido sin cicatrizar tanto tiempo, aunque, tal vez, no haya sido en vano, y haya sido el tiempo necesario, y se haya cerrado cuando debía cerrarse, y ahora, con lo aprendido y lo olvidado, pueda de verdad hacer las paces conmigo mismo, y volver a empezar, no desde cero, sino desde cien.

viernes, 22 de octubre de 2010

Con la sonrisa puesta

Una vez me preguntaron si hay alguna cosa que lleve siempre puesta y nunca me quito, y yo respondí que si, que la sonrisa. Hay que reconocer que no siempre es fácil y que a veces puede resultar un esfuerzo añadido a la ya de por sí complicada superación del día a día, pero yo intento que ella esté siempre ahí, que nunca me falte.

Y la verdad es que te lo ponen difícil, porque la mayoría de los días un aparato de sonido infernal que te arranca violentamente de los dulces brazos de Morfeo, que interrumpe tus sueños y te empuja a un nuevo día en un mundo que parece muy feo. Las más de las veces sin prisa te tomas tu tiempo para desayunar mientras la televisión no sólo te da malas noticias sino que además te miente y te trata de tonto. Aún sonado por el chute de realidad desinformativa te montas en un autobús lleno de enormes ojeras que tapan lo que en un momento u otro deberían ser animosas caras. Terminas tu viaje y te encierras un montón de horas en un sitio que te es tan frío como indiferente y que no pasa de ser tu medio de subsistencia por mucho que te empeñes en decirte que con tu trabajo ayudas a la gente, y que en el fondo es necesario. Una vez terminas te dedicas a intentar mover el mundo con un palillo, eso sí rodeado de gente que comparte contigo sonrisas, sueños y utopías. Con la luna vigilante ya horas atrás llegas a casa y vuelves en breve a caer rendido en esa cama que al día siguiente volverá a verte amanecer al son del terrible despertador.

Y aún así no te la quitas, por muy feo que sea el mundo y por muy feos que sean los días, porque sin ella si que son feos y tristes, para ti, y para quienes te rodean. Porque siempre has pensado que, aunque siempre se haya dicho lo contrario, la sonrisa se debe perder incluso después que la esperanza.



La canción sin más, que me apetecía hoy...

jueves, 21 de octubre de 2010

Menos pensar y más latir

Demasiado pensar… es un hecho invariable e inevitable, y que además pocas veces conduce, ni mucho menos, a tener las cosas ni meridianamente claras.

Pensar por no sentir, pensar por sentir demasiado, pensar por pensar. Si late mucho porque duele, si no late por si estará muerto o si se habrá dormido, la cuestión es el terrible pánico a dejarse llevar de nuevo por los sentimientos, no vaya a ser que la próxima vez que deje a alguien jugar con mi corazoncito, lo rompa del todo.

Y la cuestión es que empiezo a estar cansado, de tanto darle vueltas a las cosas, de no sonreír por dentro cuando creo que alguien puede ser especial, de poner tantas cadenas y candados a mi corazón que si un día quiere salir corriendo desbocado no voy a saber ni donde tengo las llaves. Empiezo a estar cansado y aburrido, de no sentirme estúpido y vulnerable, inseguro, abobado y risueño.

Así que, tal vez, y sólo tal vez, vaya siendo hora de dejar de pensar tanto, y dejar que cada cosa vaya por donde pueda, y que duela cuando tenga que doler, y que sane cuando tenga que sanar, pero sobre todo, que lata cuando tenga que latir.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Palabras a borbotones

Nunca he sido amigo de sentarme delante del papel cuando no tengo nada que decir, pienso que las palabras fluyen cuando deben fluir y que bastante tiene la pluma con sacar lo que puede del cajón desastre de mi cabeza y mi corazón como para estar forzando escritos y versos los días que mis dedos no tienen nada que contar.

He de reconocer que además la inspiración viene cuando uno menos se lo espera, que muchas veces pierdo poemas y textos en paradas de autobús o haciendo la compra, y que rara vez me parecen tan irrepetibles como para buscar un trozo de papel en el que tomar una pequeña nota que sirva de arranque a la hora de producir sentimientos entintados.

Tal vez porque no lo fuerzo, y porque suelo pasar largos periodos, de, no se si denominarlo falta de inspiración o comas creativos, me siento sorprendido últimamente con la facilidad con la que el teclado escupe letras y palabras sin control ni conciencia. Me siento sorprendido, y no es para menos, porque siento que quiero contar más cosas de las que el tiempo me permite y la cabeza me deja, es como si de repente hubiera entrado en una relación de final seguro pero duración indeterminada, a la que quisiera sacarle todo el jugo.

Que sigan fluyendo pues, las palabras…

lunes, 18 de octubre de 2010

Tal vez, sólo tal vez

Tal vez, muchas veces, por dedicarnos a más a pensar y menos a sentir, queremos creer que estamos más viejos por dentro incluso de lo las arrugas muestran por fuera.

Tal vez, y sólo tal vez, nos equivocamos por completo, y pensamos que el sol del amanecer debe saludar nuestros despertares, cuando aún necesitamos que nos de las buenas noches, y sus primeros rayos nos arropen, tras haber dedicado a la luna la última del las canciones del último de los bares.

Tal vez, y sólo tal vez, queremos creer que la lluvia, la noche y el frío son suficiente razón para decir hasta mañana, tal vez se nos olvide que en esas noches también podemos encontrar sonrisas, susurros y abrazos que calmen nuestra ansiedad vital, tal vez no creamos posible conocer nuevas sonrisas, disfrutar de las que ya conoces, tal vez ya no sepamos acariciar las amistades como el bien único y preciado que son, tal vez se nos haya ido de la cabeza la idea de querer seguir conociendo personas que transformen nuestro mundo, tal vez se nos olvide que esas oscuras noches son buenas noches para compartir con ingenieros del corazón y la palabra, para contar secretos y brindar por amores, desamores y, sobre todo, amistad de la que se siente efímera y se convierte en eterna.

Tal vez, y sólo tal vez, debamos dejar de pensar, y dejarnos llevar, claro está que, sólo tal vez…

jueves, 14 de octubre de 2010

Esperando el otoño

Parece que, en esta vida, nos pasamos el día escapando de las rutinas y buscando cualquier cosa que nos haga pensar que cada día ha sido diferente al anterior. Muchas veces no hacemos sino ser víctimas de nuestra propia inconsciencia y nos dejamos llevar, por romper costumbres, sin pensar lo que hacemos.

Tal vez porque en el fondo no me siento tan a disgusto con mi forma de afrontar mi día a día, casi se puede decir que estoy deseando que llegue el otoño. Poder parar un poco el vertiginoso caminar de mi mundo y observar lo que tengo y lo que hago, aunque sea bajo una oscura nube gris. Respirar un segundo y asegurarme de que todo está donde quiero que esté, que mi camino está dirigido al rumbo marcado y que lo andado ha sido también por el sendero correcto. Mirar arriba y abajo y asegurarme que mis sueños siguen siendo los mismos y que la utopía sigue ahí enfrente, marcándome la línea del horizonte.

Y si tienen que caer hojas que caigan, y si tiene que llover que llueva, y si llega el frío, y la monotonía, ya buscaré las manos que me arropen y las sonrisas que me distraigan…

miércoles, 13 de octubre de 2010

Contradicciones

Que la noche me pierde, me vence y me lleva donde quiere no es novedad en este pequeño rincón, que nace de pensamientos, debilidades, alegrías y locuras nacidas bajo el amparo de las noches oscuras. Pero tan cierto como que me dejo llevar por el devenir de la noches es que suelen tener un color, blancas, negras, grises o verdes, toman un rumbo que las dirige inexorablemente hacia un final en mayor o menor medida anunciado.

Por eso, quizás, es que durante estos días tengo una sensación rara, muy rara, provocada por una noche llena de contradicciones, tal vez fruto de las batallas interiores que poco a poco vuelven a despertar en mi cabecita y que no encuentran salida en voz ni en tinta. Noche de amistad, de reencuentros, de canto a la luna hasta ahogarnos en nuestra propia alegría; noche de palabras afiladas, de pataletas, de heridas de las que sangran por dentro, por dentro de mí, y de quien pasara por allí, doliendo y haciendo daño, aparcando corazón y cabeza; noche de sonrisas, de miradas, de necesidad de besos y abrazos de los que reconfortan, de esos que vienen cuando uno no los espera y a pesar de que probablemente no los merezca.

Noche, en fin, de contradicciones, de respuestas sin pregunta, a lo que durante mucho tiempo han sido, probablemente, preguntas sin respuesta.

viernes, 8 de octubre de 2010

Doctor doctor!!!!

Se lo pido por favor, deme luz verde, le prometo que no voy a hacer salvajadas, que no voy a menear la patita, que no voy a liarla, bueno, tal vez, si me lo permite, un poquito...

miércoles, 6 de octubre de 2010

Dulce nostalgia

Las personas solemos tender a identificar la nostalgia con un sentimiento triste, frío, como uno de esos momentos que llegan cuando en una fría tarde de otoño se observa la tormenta a través de la ventana, acurrucado bajo una manta, pañuelo en mano.

Es cierto que la nostalgia no es sino el recuerdo de momentos que fueron buenos, no por ello mejores que los que unx está viviendo, simplemente buenos, dignos de recordar, de rememorar, de saber que no van a volver a ser vividos, de la esperanza de que los nuevos momentos que vengan sean al menos tan completos como lo fueron los pasados.

Así que cuando me llegan momentos de nostalgia, de dulce nostalgia, no puedo hacer sino pensar en lo únicos que fueron y lo únicos que serán los que vengan, no puedo sino soñar que cada momento que nos suceda será digno de ser recordado con la misma o mayor intensidad, pero sobre todo que será vivido con la fuerza que se merece.

Es por eso, que no tengo pena, sino todo lo contrario, cuando recordando pasados no muy lejanos y pensando en futuros inciertos, cuando el recuerdo de 3 viejos amigos y una amiga nueva y eterna, bajo la noche de Buenos Aires con una copa más de las necesarias y una menos de las deseables nos hayamos en una despedida bañados por una garganta que desgarrada cantaba esta canción, no puedo sentir sino dulzura, el dulce sabor de la nostalgia.

martes, 5 de octubre de 2010

Estrellado con mi estrella

De toda la vida se ha dicho que hay quien nace con estrella y quien nace estrellado, imagino que lo complicado es establecer los baremos por los que medir si uno tiene estrella o si en vez de con un pan debajo del brazo vino al mundo de vacío y sin las vueltas de la panadería.

Yo desde siempre he sido una persona que se ha sentido afortunada, no en lo que todo el mundo quiere ser afortunado en la vida, sino en lo realmente importante. Me considero una persona que lleva su estrella por dentro, que tiene la suerte de tener siempre una sonrisa a mano para llevar mejor los buenos momentos y alguien que le preste un abrazo sincero cuando estos son algo peores.

Así que cuando vienen las supuestas malas rachas, y las cosas no salen, y parece que todo se complica y nada va bien del todo, no puedo sino pensar que al fin y al cabo todo en esta vida hay que tomarlo con humor, que las cosas tienen la importancia que les demos y que hay que darle mucha a las buenas y la justa y necesaria a las malas, y sobre todo tener siempre el consuelo de que no faltará mi estrella para convertir los buenos momentos en mejores, y para conseguir que los malos sean menos malos si me rodeo de sonrisas, o si me pierdo en miradas que más que una estrella valen un cielo y una noche entera.

lunes, 4 de octubre de 2010

Dureza de oido...

He de reconocer que soy una persona a la que siempre le ha venido bien tener un mote fácil y reconocible, cosa que me ha salvado del tormento de tener que escuchar a la gente llamarme por nombres que muchas veces ni se parecen al mío.

Es lo que tiene los nombres compuestos, que la gente no se fija en lo que dices ni para acordarse al segundo siguiente de decírselo, pero es que lo de hoy ya no es que sea dureza de oído, es que ya es casi casi ida de olla…

Tiruliru!!! Tiruliru!!!

- Buenos días, el infierno, habla con Luis Ángel!
- Buenos días Sergio, me pasas con aicandemor?
- Te paso te paso….

Es que esos nombres se parecen como el yogurt y las morcillas vamos…

viernes, 1 de octubre de 2010

A veces se nos olvida

Pasa a veces, cada vez más a menudo, que dentro de nuestro pesismismo, se nos olvida que la única lucha que se pierde es la que se abandona. Se nos olvida que son los valores humanos los que relamente son revolucionarios, que la rabia, cuando se canaliza mediante las sonrisas y la alegría de aquellxs que luchan, se convierte en un arma imparable.

Gracias de verdad a todxs aquellxs que estos días me habéis hecho seguir creyendo que si seguimos compartiendo los sueños y luchando juntxs por ellos, podremos convertirlos en realidad.

No olvidemos nunca, a quienes cultivaron los caminos que seguimos intentando andar.


martes, 28 de septiembre de 2010

No se como se hace...

Lo siento, lo he intentado y no se, no me sale. He intentado ser totalmente ajeno a los problemas y las injusticias, callarme cuando se quebrantan los derechos de las personas o incluso cuando estos se eliminan en pos del beneficio común.

He intentado dejar de soñar, dejar de vivir, dejar de luchar. He intentado conseguir vaciar mi cabeza y mi corazón cada vez que se comete una injusticia para poder pasar de largo sin tan siquiera pestañear.

He intentado ser una oveja más del rebaño, atender a los ladridos de los perros de mi amo, no salirme nunca del redil, balar cuando se me de permiso y dejarme esquilar cuando al señor de la vara le apetezca.

He intentado ver, oir y callar. No salirme del renglón establecido, seguir el juego a quienes dictan las normas y no quebrantarlas ni cuestionar su autoridad por injustas e inmorales que me parezcan sus imposiciones.

Lo siento, he intentado dejar de ser humano, y mañana ir a trabajar, como haréis muchxs de vosotrxs, he intentado dejar de luchar por todo aquello en lo que creo y cerrar la boca para siempre, pero no se como se hace...

lunes, 27 de septiembre de 2010

No estamos locos

Que sabemos lo que queremos. Tal vez no sea lo mismo que quiere el resto del mundo, tal vez de vez en cuando queramos ser más idealistas de lo debido y en la mayoría de las ocasiones somos más imprudentes de lo deseable, pero sin duda disfrutamos de nuestra dulce locura.

Lo que queda claro es que últimamente queremos ser felices, y nada tiene la fuerza suficiente para interponerse en nuestros caminos. Queremos disfrutar de tardes de cánticos, bailes y amistad como cuando éramos niños sin ninguna preocupación, simplemente disfrutando de nuestra infinita estupidez. Queremos cantar hasta desgarrar nuestras cuerdas vocales, cantar a la luna, a las estrellas y a lo que haga falta con tal de no dejar ni una nota sin su letra. Queremos reir, hablar y deambular de un lado a otro, de persona en persona, de mundo en mundo y de abrazo en abrazo. Queremos jugar, queremos mirar tímidamente, queremos sentir una vez más, aunque sea de forma efímera, que existe el amor a primera sonrisa.

Queremos, a fin de cuentas, saber que seguimos siendo simplemente nosotros, pase lo que pase y pese a quien pese, disfrutando de la locura, creyendo ingenuamente que realmente sabemos lo que queremos…

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Nuevos aires para Bulbabia

Es la crónica de una despedida anunciada, una de esas que con el paso del tiempo, cuando las historias las contemos en un pasado antiguo y con poco más que el espíritu joven, iluminarán nuestras miradas y sacarán la mejor de nuestras sonrisas recordando lo que fuimos.

Etapas, ciclos, uno tras otro, cada cual con el suyo y yo al de todo el mundo, donde hay un principio es posible que termine habiendo un final, pero lo que es seguro es que donde hay un final, a excepción del definitivo cierre de telón de la vida, siempre existe un principio de algo nuevo.

Fuimos algo más que tres amigos enamorados de nuestra forma de vivir individualmente, pusimos en marcha nuestra aventura y la sacamos adelante con voluntad y mucho humor. Construimos un pequeño fuerte que sabíamos el tiempo conseguiría diluir, y en ello estamos. Tres mosqueteros que, cada cual, termina dejando su espada allá donde ha querido, o el camino le ha llevado.

No es triste del todo, la verdad, sólo es un paso adelante, y en el camino hay ya buena compañía, compañía para seguir viviendo sueños y soñando vidas, y para que cuando lleguen nuevos finales y principios, y una vez más recordemos lo que fuimos, no haya lágrima que tape nuestras sonrisas.

Larga vida a Bulbabia!

lunes, 20 de septiembre de 2010

Alma de payaso

Seamos sinceros, nunca lo hemos negado, y toda la gente que nos conoce, aunque sea un poco, es totalmente consciente de ello: somos unos payasos.

Y que nadie se engañe, pueden aplicar la definición en cualquiera de sus acepciones, no ofende, ni de lejos. Bufones de la vida, de la noche, de lo bueno y de lo malo, afrontando las zancadillas como si fuesen un mal chiste que necesitaba ser contado y con la necesidad de tener siempre cerca una sonrisa, nuestra y de quienes están con nosotros.

No renegamos, ni lo hemos hecho nunca, de los momentos de sufrimiento, pero lo que sí que es seguro es que los tomamos prestados de la vida de tal manera que no dejamos que duelan lo suficiente. Somos genios de la mofa, la chanza y la autocrítica, tapamos cicatrices con pintura blanca, le ponemos su sombrero a nuestras soledades y nuestras lágrimas son absorbidas por enormes narices rojas de espuma, y ante todo, siempre, tenemos una flor y una sonrisa que ofrecer a quien lo necesite, muy a pesar de que muy habitualmente tengamos las rodillas peladas de tanto tropezar por culpa de nuestros zapatones, o tal vez precisamente por ello.

Por eso estos días no han sido de locura ni de trastorno, sino el simple espejo de nuestro circo diario, sólo que con un poco más de atrezzo.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Cambiando a gris

Que lo bueno no dura por siempre es una verdad tan grande como lo es también que si durase por siempre, no sería bueno ya que no sabríamos apreciarlo. Así que con un punto de resignación, otro de mala leche y uno más grande de indiferencia, es como unx se tiene que tomar eso de entreabrir el ojo por la mañana y pensar que lo más azul que vas a ver por el cielo ese día es, en caso de que exista, a superman.

El cielo es gris y la lluvia cae hacia abajo, y eso no tiene que implicar nada más allá de que hay que guardar la crema solar en el cajón hasta el año que viene. Pero no, las personas nos empeñamos en hacer un huracán de un susurro y convertir en tragedia incluso un hecho inevitable como es el final del verano. Y nos empeñamos en ello con la convicción de que cuanto peor llevemos el otoño y el invierno más goce y disfrute tendremos cuando el sol vuelva a acariciarnos.

Pues no, me niego, estoy cansado de que el gris del cielo me contagie, estoy cansado de los despertares de humor de perros y de sufrir la rutina que yo mismo me impongo como algo inevitable y deprimente. Y es que el camino, nos guste o no, vamos a tener que andarlo, así que más nos vale ponernos un calzado cómodo, cargarnos con la mejor de nuestras sonrisas y, si el gris se torna negro, coger un bonito paraguas con la certeza de que, siempre, pase lo que pase, y llueva lo que llueva, escampa.