BLOGGER TEMPLATES - TWITTER BACKGROUNDS »

lunes, 31 de octubre de 2011

Humor preelectoral...

Aquí viene, aquí llega, la fiesta de la democracia!!!! y jaja.... y jaja... y jaja...


viernes, 28 de octubre de 2011

Figuritas de papel

Siempre dándole vueltas a lo mismo, a las mil y una metáforas con las que identificamos la vida, lo sueños… bien en forma de un camino que va tomando destinos inciertos, bien en forma de estatuas de arena que se crean y se derruyen, o bien en la forma del lienzo en blanco, de la hoja de papel dispuesta a ser escrita.

Y es cierto, hay personas que se dedican su vida a escribir cien veces en el papel “obedeceré a la profesora en todo lo que diga”, otras personas copiarán lo que escriba la de al lado y otras, trataremos hacer algo único e irrepetible con nuestra hoja de papel. En ocasiones trataremos de escribir poemas, en otras sólo nos saldrá un horrible garabato y en ocasiones es posible incluso que se nos antoje hacer figuritas de papel.

Tal vez no siempre sepamos como construirlas y seguro muchas veces se llenará la hoja de rotos y manchones, que sin ninguna duda serán los que la conviertan en irrepetible. Al fin y al cabo, para componer los poemas más difíciles y las más complicadas figuritas, lo primero que tenemos que hacer, siempre, es desdoblar con cuidado nuestra hoja de papel, y empezar a soñar…

miércoles, 26 de octubre de 2011

Entre nieblas...

El camino, siempre el camino, a veces liso y otras veces lleno de arbustos espinosos, pero al fin y al cabo sólo tenemos uno, y lo que está claro, es que no debemos dejar de caminar ni un solo minuto hasta que llegue el precipicio final.

La cuestión es que en el camino hay desvíos, cruces, atajos, paseos con vistas… hay mil y una opciones de caminarlo, de andarlo y desandarlo, de tropezarse y levantarse y volver a tropezar.

El problema es que hay ocasiones, las menos, en las que por mucho que unx se empeñe en caminar, y sepa con claridad cual quiere que sea su próximo destino y con quien quiere llegar hasta el, hay una niebla tan tan densa que te vuelves totalmente incapaz de descifrar donde diablos está el camino que te lleve hasta allí. Y desorientado y ciego no sabes si dar un paso hacia delante o hacia atrás, o si dar un saltito, o correr a ciegas hasta tropezar o, como es el caso, esperar tranquilo y disfrutar de las vistas e ir esperando a que las nieblas se disipen, y sea el propio camino correcto el que se ponga ante tus pies.


lunes, 24 de octubre de 2011

Alegrarse no cuesta nada...

Lunes, víspera de festivo, la palabra puente te recuerda como mucho a algún que otro resbaladizo despropósito de Calatrava más que a la posibilidad de haber seguido durmiendo un par de horas o cinco más.

Noooo, el despertador nooo... en fin, tampoco hay más remedio, total, mañana que me saquen de la cama con espátula y que me den latigazos para arrancar de mis manos la manta. En fin… a ver a ver… bueno, está chispeando, que se le va a hacer… por lo menos aguanta el viento sur, así que terminaremos el día locxs, pero calentitxs, que el otoño va a venir con ganas en cuanto nos despistemos.

Pufff, que pereza, ahí está, mirándome, esperando un descuidopara joderme el día, pues no me da la gana, esta vez voy a darme una alegría, o más me vale… donde se encendía esto… aquí! A ver, memoria uno, 69, 4 kilos, pues va a ser que no, a no ser que me pesase en el 1994. Este va a ser que si, a ver a ver….

AU!!! AU!!! AU!!!

Si quien no se alegra el día, definitivamente, es porque no quiere…



viernes, 21 de octubre de 2011

Errores ajenos

Una de las cosas que siempre he tenido claro en esta vida, es que más allá de lo que uno haga, más allá de lo ejemplar o digno que pueda ser su comportamiento para con el resto de la gente, nunca, jamás, se va a librar de pagar por, lo que denominaremos, los errores ajenos.

Es una máxima aplicable a todos los ámbitos de nuestras relaciones, tanto personales como sociales, y no nos queda otra que aceptar que las cosas, por mucho que unx se esfuerce, son así y es muy difícil que vayan a cambiar.

Da lo mismo que seas un ciudadano ejemplar, que nunca hayas actuado fuera de la ley, si vas a tomar un avión te pasarán por infrarrojos, por detectores, te cachearan y si te descuidas incluso puede que te metan un dedo en el culo, y todo porque, hace unos años, a alguien que no tiene nada que ver contigo se le ocurriera estrellas un avión a diez mil kilómetros de tu casa.

No importa que nunca hayas hecho nada malo, que ayudes a ancianitxs a cruzar la calle y que salves animalitos malheridos, serás vigilado por cientos de cámaras por las calles como si fueras un delincuente o un vándalo, nuevamente no por tu seguridad, sino para asegurarse de que tu no eres un malo maloso.

Y en las relaciones personales ya la cosa se tuerce y la bola de nieve se hace eterna, personas que no pueden tomarse un café con amistades porque a sus parejas alguien le puso los cuernos y se mueren de celos, padres que se ceban con algunxs de sus hijxs por lo que hacen lxs otrxs, y así mil y una cosas, cada cual con las suyas, pero siempre pagando justxs por pecadorxs.

Si algo gracioso hay en esto es que quienes cometen los errores nunca pagan por ellos, nadie sabe como, pero siempre son lxs primerxs en llegar, hacen su maldad, y luego tu te comes su mierda bien masticadita, sin pan, ni patatas, ni agua para pasarla. Hay veces incluso, en las que se permite cierta diligencia, llega alguien y comete su maldad, llega la siguiente persona y comete su maldad, y así un determinado número de veces hasta que llegas tú, que siempre llegas tarde a todos lados porque los caminos se te hacen eternos de ir pagando los errores ajenos, y, sin comerlo ni beberlo, te encuentras con un nuevo peaje.

En fin, que así son las cosas y que si las trabas son grandes, la paciencia infinita, y pienso llegar siempre al final de mi camino, tarde lo que tarde, pase lo que pase, y pese a quien pese…



jueves, 20 de octubre de 2011

Heldu da bakea! Ha llegado la paz!

No por mucho madrugar...

Según pasan los días, y van quedando atrás viajes de rutas imposibles y noches de cascabeles, unx se da cuenta de que aterrizar en lo cotidiano termina siendo una tarea de lo más tediosa.

Y es que resulta imposible volver a la rutina y permanecer ajeno a esos cabos que quedaron sin atar antes de partir y que, "misteriosamente", no se han atado solos una vez que has retornado.

Y no sabes si tomarte las cosas con calma y esperar a ver cuantos caminos se abren o si ir buscando atajos por los que seguir caminando, aunque sea de paseo, y luego ya tomar el camino correcto y deseado, por mucho que ya sepas cual es el que quieres recorrer, esperando mientras tanto a que el propio camino se prepare para ser caminado por ti.

Porque, entre otras cosas, entre carreteras sin asfalto, quebradas estremecedoras y cielos limpios y puros, he comprendido que las cuestiones verdaderamente importantes suelen llevar su ritmo, su tiempo, que no por mucho madrugar amanece más temprano, por más que yo esté deseando abrir los ojos al ver el primero de los rayos del sol...

Así que despacito, con buena letra, sembrando mi incertidumbre con más preguntas que respuestas, y con la certeza de saber que, si se sabe esperar, en su debido momento, las respuestas serán las deseadas, y dejará de haber tantas preguntas.

martes, 18 de octubre de 2011

Retorno a Esparta!

A veces parece mentira, con todo el esfuerzo que cuesta hacer algunas cosas, lo rápido que terminamos echándolas a perder. Bien es cierto que hace un año y pico, cunado realicé mi última incursión espartana, el fin estaba claro y no tenía como objetivo el que los resultados permanecieran en el tiempo de manera inalterable.

La idea fue clara, llegar al objetivo y demostrarme que podía hacer cualquier cosa que me propusiera, por difícil que fuera.

Así que unos meses, y varios kilos después, y a pesar de que la lección que aprendí a base de sudor y esfuerzo personal me ha ayudado a no decaer nunca cuando quiero conseguir algo, es hora de volver al campo de batalla, es hora de recordarme que la constancia es la única virtud que permite desarrollar el resto de las virtudes, es tiempo de recordarse que la fuerza de voluntad todo lo puede, o al menos de intentarlo. Es tiempo de que ensaladas y pechugas a la plancha sustituyan a milanesas, asados y alfajores, es hora de volver a ponerse to buenorro!!!! AU!! AU!!! AU!!! xD

lunes, 17 de octubre de 2011

Hace un año ya...

Hace un año ya, un año que esa noche, como las demás, se dejaba caer en manos de la oscuridad, y el alcohol y las canciones pasaban de mano en mano y de boca en boca sin hacer presagiar que nada fuera de lo normal.


Una noche más, buscando entre las sombras unos ojos, una mirada, una sonrisa, buscando una llave que diera cuerda a un corazón demasiado roto y oxidado como para recordar el sonido de sus propios latidos.

Era una noche más, pero no fue una noche más. Porque la causalidad, el destino, o simplemente las circunstancias, hicieron que mirase al cielo, y pudiera, al fin, ver una estrella. Pude verte como suelo decir yo, así, como pa mí, pude verte dedicándome palabras dulces, miradas cómplices, devorando la noche a bocados junto a mi. Pude ver, y saber, que no eras un espejismo, que no eras un sueño incierto ni una utopía inalcanzable. Pude ver, y saber, que sin estar planificado, totalmente fuera de cualquiera de mis cábalas, por encima de muros, alambres y rejas, y a pesar de lo que mi cabeza quisiera decirme, me había enamorado a primera sonrisa.

Hace un año, y han pasado muchas noches, y muchas sonrisas, y muchas lágrimas, y muchos abrazos, y muchos besos, e ires, y venires, y sueños, y despertares, y, con todo lo pasado, vivido y soñado, la única verdad de la que sigo teniendo certeza es que, un año después, cada vez que veo esa sonrisa, puedo ver, y saber, que me sigo enamorando perdidamente de ella.




viernes, 14 de octubre de 2011

Algo especial...

Imagino que cada cual vive sus tradiciones de una manera particular, y yo sin duda no puedo ser menos. Fiestas hay muchas, algunas muy buenas y otras muy malas. Algunas para repetir todos los años y otras para no volver ni invitado. Eso sí, de lo que no me cabe ninguna duda es de que como los sanfaustos, para quien los vive de cerca, no hay nada comparable.

Y no sabría decir si es el mimo con el que se prepara cada día la camisa, las abarkas, el gerriko o el pañuelo, no sabría decir si es el olor del zurrakapote por las calles, el porrón que pasa de mano en mano y de boca en boca desde la tarde hasta el amanecer, no sabría decir si es el constante tintineo de los cascabeles por las calles, o si tal vez es el hecho de que es lugar de encuentro con la gente que conoces de toda la vida y que aprecia esos momentos tanto como tu.

Será imagino que un poco por todo, porque olvidamos la rutina y nos permitimos soñar, e incluso, con un poco de suerte, encontramos en el camino, entre trago y trago, sueños que terminan convirtiéndose en realidad.

Así son los sanfaustos, algo especial…

lunes, 10 de octubre de 2011

Aterriza cuando quieras...

En ocasiones, cuando unx va volando, ya sea a miles de kilómetros o tan sólo unos centímetros por encima de las oscuras realidades cotidianas, parece que le cuesta tomar suelo, volver a apoyar los pies sobre el asfalto y comenzar a caminar nuevamente.

La verdad es que planeando sobre las nubes unx se encuentra bien, no hay piedras, ni barro, no hay que tratar de adivinar cual es el camino a seguir a la hora de llegar a un cruce, tan sólo hay que dejarse llevar, sentir la brisa sobre tu cara y seguir sin tocar el suelo.

En esas estamos, tras miles de kilómetros, parajes imborrables y aventuras inolvidables, al llegar a casa no espera una fría pista de aterrizaje, sino que continúa el vuelo, sin poner los pies en la tierra. No en un vuelo literal, pero sí en un no querer tocar el suelo todavía, en un vivir en una nube tan añorada que aún se hace difícil saber si sigo en ella o si de verdad ya estoy sobre el asfalto. Un vuelo por encima de mi día a día, una trinchera construida en el aire por encima de los obstáculos, un vuelo sobre tus alas del que sin duda no quiero bajarme…

jueves, 6 de octubre de 2011

La ventana...

Siempre que se parte a realizar un viaje de estas características, lo primero que hay que hacer, además de llenar una maleta de sueños, es ponerse los ojos de niño para poder ver el mundo con toda la capacidad de ilusionarse. Luego, una vez que el viaje comienza, sólo es cuestión de colocarse delante de las mil y una ventanas que se aparecen ante tus retinas para que un maremoto de sensaciones se vayan agolpando en cada latido.

Hay que reconocer que antes de partir no sabía exactamente que era lo que quería buscar, qué podría encontrar dentro de mi cabeza y mi corazón delante de esta nueva ventana a los sentidos y a la vida que iba a tener delante de mis ojos, pero lo que sí que tenía era la certeza, o al menos el presentimiento, de que algo iba a encontrar.

No sabría expresar cómo, pero ocurre, no es una mirada, ni un latido, ni una sensación específica, es la suma de pequeñas punzadas la que va tejiendo la red que termina amortiguando la idea final que te dice que has encontrado lo que no sabías estar buscando.


Es un pequeño cambio en tu interior que se va forjando a cada paso del camino, que tiene que ver en parte con todo y en parte con nada, algo que tiene que ver, en parte, con el impactante silencio de encontrarse frente a un mar de blanca sal a 3500 metros de altura, es parte de la incredulidad con la que tus ojos asimilan la imagen de quebradas y ceros de colores imposibles, es parte de la humildad con la que esos indígenas tratan a una madre tierra que no les ofrece sino lo necesario para subsistir, es parte, también, del inconfundible sabor de boca que queda tras una sobremesa con un asado, una Quilmes, un incansable compañero de fatigas, caminos y sonrisas.

Es parte, también, de esa sonrisa estúpida de tener breves noticias escritas cada noche desde este lado del charco, es parte, como no, de ese estremecimiento que hace que te sientas infinitamente minúsculo cuando el agua salpica tu rostro ante parajes que parecen sacados de la imaginación de algún genio, ante lugares que hacen que la palabra salvaje adquiera su verdadero significado.

Es parte de las noches de mate, de teatro, de amistades que se crean a miles de kilómetros pero que se hacen inmortales en el recuerdo de los momentos vividos, es parte, incluso, del caos de la urbe, de las bocinas, del humo, del tango, del fútbol, de ese desorden organizado que tanto termina enganchando.


Todas son partes, algunas más pequeñas, otras más grandes, de esa imagen global que queda tras asomarse a la ventana de lo vivido y preguntarse que se aprendió por el camino. Todo es parte de esa gran ventana en la que hace dos años me encontré a mí mismo, y en la que, tras mucho mirar, mucho esperar, y mucho sentir, esta vez, te he encontrado a ti.