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jueves, 30 de junio de 2011

Estrés, kilómetros y Neruda

Y es que hay veces en las que llegamos a nuestro putno de saturación, y sólo queda poner carretera de por medio para poder desconectar de nuestras realidades cotidianas, pero mientras llega el momento de partir, siempre es bueno rebuscar la paz entre los versos del maestro de la vida y las palabras...

Para que tú me oigas
mis palabras
se adelgazan a veces
como las huellas de las gaviotas en las playas.
Collar, cascabel ebrio
para tus manos suaves como las uvas.
Y las miro lejanas mis palabras.
Más que mías son tuyas.
Van trepando en mi viejo dolor como las yedras.
Ellas trepan así por las paredes húmedas.
Eres tú la culpable de este juego sangriento.
Ellas están huyendo de mi guarida oscura.
Todo lo llenas tú, todo lo llenas.
Antes que tú poblaron la soledad que ocupas,
y están acostumbradas más que tú a mi tristeza.
Ahora quiero que digan lo que quiero decirte
para que tú las oigas como quiero que me oigas.
El viento de la angustia aún las suele arrastrar.
Huracanes de sueños aún a veces las tumban
Escuchas otras voces en mi voz dolorida.
Llanto de viejas bocas, sangre de viejas súplicas.
Ámame, compañera. No me abandones. Sígueme.
Sígueme, compañera, en esa ola de angustia.
Pero se van tiñendo con tu amor mis palabras.
Todo lo ocupas tú, todo lo ocupas.
Voy haciendo de todas un collar infinito
para tus blancas manos, suaves como las uvas.

martes, 28 de junio de 2011

Un petit repos...

Se acerca la hora de darle al pause, aunque sea un momento, la hora de desconectar de las rutinas y del mundo que habitualmente nos rodea para entregarse al placer de redescubrir ciudades, aromas, sabores y sensaciones.


Es hora de entregarse al placer de largos paseos en la orilla del río Garona, de terrazas en bohemios barrios y de copas de vino brindando a la salud de la luna y las estrellas, de las noches que han venido y de las que vendrán. Es hora de entregarse al gran placer de desconectar de todo, y disfrutar de un breve pero merecido descanso…

viernes, 24 de junio de 2011

Noche, fuego, magia

Noche de hogueras, de brujas, de tradiciones milenarias, pero ante todo noche de magia.

Siempre, desde niño, la noche del 23 de junio me ha parecido algo fascinante, una liberación en forma de fuego y llamas para quemar todo aquello que a uno le lastra y que las ataduras emocionales se conviertan en cenizas y se las lleve el viento.

Es una noche que invita a soñar, a reinventarse, a volver a construir presentes y futuros, una noche para hacer un paréntesis entre el ayer y el mañana, y dedicarse durante unas horas a disfrutar plenamente del ahora.

Son noches, noches de magia…




miércoles, 22 de junio de 2011

Le estábamos esperando...

Si, desde hace bastante tiempo, ciertamente se ha hecho usted de rogar, y la verdad es que viene un poco más desagradable de lo que suele ser habitual, pero bueno, al fin podemos decir que ha llegado.

Y es que podremos decir lo que queramos, pero en el fondo todos estábamos deseando poder decir que es verano. Porque por mucho que nos encante la llegada de la primavera, más por poner fin al frío y oscuro invierno que por otra cosa, lo que es innegable es que es el verano el que desata todas nuestras pasiones.

Porque en verano todo se ve de un color diferente, el sol aprieta y el corazón se desboca, los días son largos, las noches cortas pero eternas, quien no disfruta de sus vacaciones en lejanos parajes goza del buen tiempo en cercanas playas, montes, verbenas o barbacoas. Porque en verano tratamos de olvidarnos de que el gris sigue existiendo y que nos acecha a la vuelta de la esquina para atraparnos en septiembre en cuanto nos descuidemos. Pero mientras tanto, ingenuos de nosotros, seguiremos disfrutando de estos meses de sol, sandalias, brindis, tapitas y poca ropa, y que nos quiten lo bailao!

Bienvenido sea pues, don verano!


lunes, 20 de junio de 2011

Lo último que se pierde

Lo último que se pierde sí, ese verde que a veces se vislumbra entre los tonos grises que envuelven nuestras rutinas y desasosiegos, ese sueño que nos invita a seguir caminando cuando nuestros zapatos se desgastan y no parece verse nada más que piedras y zarzas en el camino.

Esperanza, una palabra con tan bello significado como las sensaciones que transmite, una palabra y un sentimiento que tantas veces perdemos y que tanto nos ilusiona cuando de nuevo lo encontramos. Esperanza que estos días inunda todo y repinta mi mundo, esperanza que señala de nuevo los horizontes para repensar el imaginario personal y colectivo, para volver a estremecerse con cada latido, con cada mirada, con cada sueño compartido.

Esperanza, utopía, sueños que despiertan, sueños que llegan, sueños que vuelven, que animan a corazón y cabeza a mantenerse soñando, pero despierto, y que recuerdan que, tanto por dentro como por fuera, la única lucha que se pierde es aquella que se abandona…



domingo, 19 de junio de 2011

TODXS A LA CALLE!


jueves, 16 de junio de 2011

20 años no son nada...

A veces resulta increíble ver como pasa el tiempo, como se escurre entre tus manos como un puñado de arena y cómo, al mirar atrás, terminamos pasando por alto años y años que han naufragado en las lagunas de la memoria.

Una simple fotografía, una imagen que estaba escondida en lo más hondo de tu retina y de tu memoria, es suficiente muchas veces para darse cuenta de que, en el fondo, 20 años, incluso alguno más, no son nada, y que la vida, queramos o no, se nos terminará escapando como un fugaz suspiro.


Y volviendo la vista atrás, te das cuenta de que poco o nada queda ya de aquellos inocentes niños que pasaban el rato corriendo y rompiendo pantalones en los pasillos del colegio. Poco queda de esa capacidad de ilusionarse a cada paso, a cada latido, descubriendo un mundo nuevo a cada instante. Poco o nada queda de la capacidad de vivir cada día sin preocupaciones, simplemente tratando de disfrutar al máximo de los momentos, de las amistades, de las sonrisas. Poco queda de la inocencia, poco queda de la ingenuidad, del ensayo error, de las travesuras sin maldad y de las ganas de saberlo todo. Poco queda de lo que fuimos y, sin embargo, sin todo ello no seríamos nada hoy en día.


20 años… no son nada, y lo son todo… han sido tiempo para que cada cual decida su camino, para que algunos hayamos caminado parte del nuestro junto, e incluso para que sigamos caminando codo con codo después de tanto tiempo. De lo que estoy seguro, sin duda, es que espero que, dentro de 20 años, cuando mire una foto de quienes hoy en día compartimos, sonrisas, ilusiones, besos, abrazos y sueños, me invada la misma plácida sensación de nostalgia…



martes, 14 de junio de 2011

Cambiando el chip

Sin mirar atrás, pero sin ganas de olvidar...


lunes, 13 de junio de 2011

Morfeo, vete al carajo!

Suele pasar que de tanto y tanto buscar respuestas en la noche, en su oscuridad, en las estrellas y la luna, de lo que uno se termina dando cuenta es que las preguntas han terminado por perder su sentido. Y es que al final te encuentras con que, por mucho que quieras culpar a la noche de tus miedos y soledades, no es ella quien los encierra, sino que más que probablemente sea en la inmensa frialdad de la almohada donde se escondan tus fantasmas.

Para desgracia de propios y ajenos, ni se puede escapar de la noche, ni del siempre ilusorio y muchas veces inquietante mundo de Morfeo. Pero a falta de una vía de escape del terremoto de ensoñaciones que perturba mis amaneceres, me he decidido a ser yo quien perturbe a Morfeo en su propio terreno, y es que cuando la vida te pone la zancadilla a veces no basta con levantarse, sino que de vez en cuando viene bien darle una buena colleja, y si se pone muy tonta incluso un par de guantazos, que sepa con quien trata!

Así que ya basta, que estoy cansado de noches oscuras, a partir de ahora pintaré mis sueños como a mi me de la gana, con brindis a la luna, caminos inciertos en mundos por descubrir y, como no, con narices de payaso y muchas sonrisas.


jueves, 9 de junio de 2011

Gastando siete vidas

Hace ya tiempo que la luna ni escucha tus quejas ni responde tus preguntas, a decir verdad, es difícil saber quién abandonó a quién, y si fue ella la que dejó de guiñarte un ojo y dedicarte sus sonrisas, o si fuiste tu quien dejó de soñarla y pedirle deseos.

Y es que de un tiempo a esta parte, las noches han perdido todos sus matices, ya no hay estrellas, ni lunas, ni luces, y vuelven a estar cubiertas de esa oscuridad cuyo desvanecimiento parece no haber sido más que un mero espejismo. Y, como antaño, envuelto en la impenetrable oscuridad de la noche, te sientes como el gato que, de tanto saltar al vacío confiado en caer siempre de pie, ha gastado ya tantas vidas que no sabe si le queda alguna por quemar, y temeroso camina entre las sombras para que nadie le pueda ver caerse, y lamerse en soledad las heridas de sus últimos tropezones.

Un gato que sabe que, haga lo que haga, arriesgue o no, viva con miedo o siga saltando al vacío, esta última vida también terminará, tarde o temprano, quemándose.

lunes, 6 de junio de 2011

Si, quiero.

Y no, no hablo del matrimonio, ni de uniones eternas ante los ojos de diox y del mundo, por muy respetables que estas me parezcan.

Si, quiero. Quiero volver a sonreír sin tener una razón para ello nada más que la de poder conseguir que mi sonrisa contagie al mundo de un poco de buen humor.

Si, quiero. Quiero olvidar que los días a veces son grises, y volver a ser capaz de encontrar el mínimo rayo de sol que intuya el fin de la tormenta.

Si, quiero. Quiero poder mirar al mundo con la misma ilusión de siempre, quiero volver a devorar la vida con ojos de niño, sin miedos, angustias ni ansiedades.

Si, quiero. Quiero seguir soñando más despierto que dormido, quiero vivir en mis utopías, por encima de lo posible y lo real, siempre un paso más allá de los límites y lo políticamente correcto.

Sí quiero. Quiero volver a pensar que no hay arañazos ni cicatrices que puedan evitar que este cabronazo que tanto ha hecho retumbar mi pecho algún día se deje de trincheras y murallas, y vuelva a volar en busca de quien quiera cuidarlo.


Quiero ser yo, simplemente, si, quiero.




viernes, 3 de junio de 2011

Paseo accidentado

Habla la canción de Dire Straits del paseo de la vida, y la verdad es que es un paseo muchas veces accidentado, que se pone cuesta arriba más habitualmente de lo que deseamos y que a veces no hace sino dejarnos los pies llenos de ampollas y las piernas y el corazón hasta arriba de cardenales. Aún así, lo más importante es no dejar de abrir bien los ojos para recordar siempre los inolvidables parajes que nos depara, y pensar que, en el fondo, por mucho que llueva, el sol siempre terminará secando los charcos...




miércoles, 1 de junio de 2011

Siguen faltando las palabras...

Que no oigan, que no termino de ver claro sobre que escribir, que por mucho que mi cabeza intenta centrarse en algo, al final todas las palabras se terminan convirtiendo en una arrugada bola de papel que va directa a la papelera para perderse en el olvido. Y dirán ustedes que hay muchísimas cosas sobre las que contarles lo que pienso, lo que siento o incluso lo que padezco, pero es que no lo veo claro, nada claro.

Del verano, escribe del verano! pues no es que la idea sea mala, pero se han parado a mirar por la ventana? como voy a escribir sobre el verano en un mes de junio que entra un miércoles, ese día tan odiado, y que viene acompañado de más frío y gris que el más cruel de los otoños…

Pues… no se… de los sueños! los sueños… que permanecen últimamente tan lejanos como el horizonte, que se me escapan entre los dedos como si de puñados de arena se tratase, no dejemos los sueños tranquilos, a ver si, simplemente, se van acercando con el paso del tiempo…

Entonces ya está, del tiempo! El tiempo, tan escaso a veces y tan eterno otras, con sus agujas que corren endiabladas cuando deseas que se detengan y que caen como losas cuando deseas que huyan despavoridas, no, dejemos en paz el tiempo, que con su imparable ritmo cure heridas y rectifique caminos…

¿Y del corazón, por qué no escribes del corazón? El corazón... mi roto corazón... si pudiera encontrar las palabras que dieran cura o un simple atisbo de sosiego al corazón, volvería a brillar el sol de mi infinito verano, y es posible que el tiempo pasara volando, recalando suavemente entre sueño y sueño. Pensándolo bien, tal vez no me falten las palabras, sino los latidos…