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lunes, 30 de marzo de 2009

Sahara adelante!

Derribando el muro, piedra a piedra, ladrillo a ladrillo, nota a nota, grito a grito y latido a latido. Si, es cierto que muchas personas de las que el otro día nos encontramos en esa noche de música y gargantas desgarradas no tenían ni la más mínima conciencia del sufrimiento del pueblo saharaui al entrar por la puerta de la sala Rock Star de Barakaldo, y probablemente salieran igual de vacíos que sus corazones y sus cabezas.

Algunxs estuvieron por la música, otrxs por la causa, y otrxs tantxs por el conjunto, por la idea de que la música es capaz de traspasar fronteras, derribar muros y hacernos compartir sueños a las personas que estamos a uno y otro lado.

Otros muros, los de nuestras cabezas, los de nuestros corazones, no hay nota que haga que se desvanezcan si no luchamos por derribarlos nosotrxs mismxs, y en ello estamos…

jueves, 26 de marzo de 2009

La primavera...

La sangre altera, y el alcohol en la nevera, que dice el refrán popular. Y es verdad, porque es salir el sol, ver asomar las primeras margaritas y empezar a bombear la sangre a dos mil por hora, dejar de pensar, empezar a sentir y perder, más veces de las que lo deseamos, la cabeza.

Y hay quien dirá que es por el polen, que nos altera el metabolismo, y quien piense que es el aumentar las horas de luz, incluso quien señale que todo es culpa de que estamos deseando ver un rayo de sol para que se vea un poco de carne…y se equivocarán, como siempre.

Porque en cuanto se termina el verano, y con el las fiestas, el tiempo libre, lxs amigxs, los eternos amores de una sola noche y el romanticismo de quita y pon, nos volvemos a encerrar en nuestras oscuras vidas, y guardamos el corazoncito tras su semiderruída muralla bajo tres vueltas de llave para que nadie nos lo toque, no vaya a ser que nos lo secuestren y tras un largo verano, lo hieran y él convierta en invierno todo lo que toque.

Así que él, en cuanto ve el cielo azul, corre desbocado y se sale del pecho, en busca de lo que el resto del año le negamos por miedo al dolor, y convierte en descontrol unos meses que deberían durar eternamente.

martes, 24 de marzo de 2009

Sin palabras...

Pues si, no es por falta de ideas, ni por falta de historias, ni por falta de sucesos, pero llevo unos días en los que me falta lo más importante, las palabras con las que expresarme. ´
La verdad es que podría hablar de la primavera, de los días libres que he tenido, de futuros viajes que van avanzando a pasos agigantados, del comienzo de las fiestas, las borracheras y las noches interminables o de otro millón de cosas, pero parece que cuando quiero expresarme no sale nada, sin más.
Y la verdad es que no es normal, porque hablar me gusta un rato, siempre me han dicho que no me callo ni debajo del agua, tengo la virtud de hablar siempre que me apetece, aunque sea sólo, y por norma general incluso suelo decir grandes verdades que si bien a algunxs molestan, hay otrxs que agradecen.
Así que nada, a tomármelo con calma y esperar a que las palabras lleguen a mí, que tampoco hay que forzarlas, que luego se envenenan y vayan ustedes a saber contra quien se disparan…

martes, 17 de marzo de 2009

Palabras mudas

Puede parecer una contradicción, pero existen, a miles, cada vez que callamos lo que queremos expresar y nos lo guardamos para nosotrxs mismxs pensando, erróneamente, que es mejor callar si lo que vas a decir no es más bello que el silencio.


Son palabras mudas las que nos guardamos cuando hablamos con esa persona tan especial y nos mordemos la lengua por miedo al rechazo, por aparentar dureza o simplemente por despecho, son mudos muchos tequieros no pronunciados, y también muchos teodios.

Son palabras mudas las que se escriben en la noche, en la soledad de tu habitación, desgarrando el papel con cada palabra, cada pensamiento y cada sentimiento plasmado en cartas que nunca llegarán a su destino, palabras que no viajarán más allá de la papelera, tratando de recuperar momentos, amistades, amores y sueños, y que no resonarán más que en la cabeza del solitario escritor.

Son palabras que existen, que han existido y existirán, pero son mudas porque no permitimos que nadie las escuche, porque las escribimos y las pensamos, las sentimos y las soñamos sintiendo que, con resonar en nuestro interior, provocaran un eco que haga que se conviertan en realidad, eco que, evidentemente, nunca llega a producirse.

Mikel, quien si no, llamó a su blog la palabra muda, imagino en referencia a todo aquello que muere en el silencio porque no queremos plasmarlo públicamente, y en cambio, nosotrxs, somos de los que deseamos un minuto sí y otro también que nuestras palabras se oigan como desgarradores gritos de libertad.

lunes, 16 de marzo de 2009

Surrealismo

Por norma general, cuando voy a currar, me pongo los cascos y me aislo en mi mundo de música de lo que pasa a mi alrededor, de esas somnolientes charlas mañaneras que se dan en los autobuses y que a mi, la verdad, ni me van ni me vienen. Pero hoy, para variar, no me he puesto la música, y se ha dado el caso de dos señoras, de estas que hablan para todo el autobús, que hablaban sobre las vacaciones...
- Y tu que, vas a Laredo como todos los años en Semana Santa?
- Pues no, porque se llena de gente y no se puede ni pasear, y yo para estar en un sitio lleno de gente prefiero quedarme en mi casa!
- Entonces te quedas en Galdakao?
- Noooooo! me iré a Balmaseda, que se llena de gente y se está muy bien!
Ala, tócate los cojones!

viernes, 13 de marzo de 2009

Soy un panda!

Si, exactamente el antivirus, que nadie se preocupe este año por ponerse enfermo, que todos los viruses de Euskadi me los he quedado yo, que soy un avaricioso, eso sí, ya se morirán ellos solos, que no tengo tiempo para perderlo en ponerme enfermo, bueno, más enfermo, quiero decir...


lunes, 9 de marzo de 2009

Resaca, Parte 3: la resaca, la de toda la vida.


Si, la de verdad, esa de los dolores de cabeza, el cuerpo indispuesto y pocas ganas de volver a soplar en lo que te queda de vida. Y es que si bien el viernes tocó descanso, el sábado fue noche de cena, bailoteo, borrachera y, como no, Danny Crane!
La noche en Bilbo no aportó mucho, mucha lluvia y en los bares lo de siempre, conversaciones sin sentido y discusiones vacías, pero, eso sí, vasos llenos, y mucho bailoteo, y muxo cachondeo, incluso algo de ligoteo…
Pero al final uno termina como siempre, el domingo, en la cama, poniéndose una peli tapadito bajo una manta y pidiendo la hora, y pensando que la semana le deja demasiadas resacas con las que levantarse….

Resaca, Parte 2: resaca cumpleañera

Llegaron los 29, y seguro que casi tan rápido como han llegado se vuelven a ir, aunque dejando en medio mil historias que seguro quedarán aquí plasmadas.
Llega el día y se suele alargar, mails y más mails, llamadas, sms, mucha gente que se acuerda de ti y te hace el mejor de los regalos que puedes recibir en ese día, una felicitación sincera de un amigx. Vale, hay quien te felicita pronto, quien va tarde, quien va en el día y se cree que va mal y quien si no fuera por feisbuk no tendría ni idea de que te sigues haciendo viejuno, pero eso no le quita a uno la ilusión.
Este año el día llegó con el regalo anticipado del Athletic, y con la parte que le toca a mi empresa de darme el día libre, día como casi todos los años gris y oscuro, de granizo, lluvia, truenos y tormentas, día que aprovechar para renovar le pasaporte que me permita cruzar el charco en el que sin duda será el viaje del año, día que aprovechar para ir al gym y volver a replantearte el eliminar esos “antiestéticos michelines”, día para pasar un rato con amatxu, para meter horas en una reunión aportando lo posible para seguir intentando cambiar el mundo y día para deglutir comida basura con los colegas.
En el fondo, sólo un día más, especial, pero un día más.

Resaca, Parte 1: resaca futbolera

Pues si, por una vez, y me imagino que no servirá de precedente, los aficionados del Athletic pudimos disfrutar, cantar, gritar y soñar con ganar algo, con que ese grupo de millonarios que portan una camiseta roja y blanca, y los sueños de miles y miles de vascos y vascas, por fin nos den una alegría, dentro de dos meses, 25 años después.
Y es que las personas somos profundamente gilipollas, y estamos deseando celebrar que un balón entre en una portería a 700 kilómetros de nuestras casas, y saldremos a la calle, tocaremos bocinas, cantaremos, nos emborracharemos y, si al árbitro se le ocurre equivocarse, lo lincharemos, quemaremos papeleras y contenedores y montaremos manifestaciones ante la tremenda ofensa que supone para nuestro pueblo el que nos hayan robado la copa del (antidemocrático y fascista) rey.
Y en el mundo seguirá habiendo hambre y guerras, pero, mientras gane el Athletic, que le jodan a los negros. Asco de mundo este, y lo grave es que yo también esté deseando que ganen la copa…por cierto, del Nido, cómeme el rabo!

martes, 3 de marzo de 2009

LLegan los 29... ¿y qué?

Y se acerca el día, y no me siento más mayor, ni más maduro, ni más nada. Es posible que sea cierto eso de que con los años cada vez a uno le importa menos cual es el número con el que responde a la pregunta de ¿Cuántos años tienes?.
Imagino que muchas veces nos duelen ciertos cambios importantes, el llegar a ser un quinceañero, la mayoría de edad, el cuarto de siglo y a partir de ahí los cambios de decena.
En unos días se acercan los 29, se supone que ya el límite que separa mi juventud de esa cuesta abajo sin frenos que todo el mundo dice y de la que toda esa gente que lo ha dicho tan pronto reniega.
Un día más no cambia nada en tu propia percepción, pero si en la de lxs demás, y según cuanto te dejes influenciar por lxs demás así será tu crisis, porque al que se la traiga floja lo que digan sobre su edad le dará lo mismo tener 28 que 45, al final si se siente joven, o maduro, o infantil, o lo que sea, eso será lo que en el fondo sea.
Yo he de decir que mis 15 años no supusieron un paso de la pre a la adolescencia, pero la borrachera fue una más en ese espacio de aprendizaje, aún recuerdo que los colegas me regalaron una cartera, unos condones, un cartel de Jon Idigoras askatu, unos dados y no se si algo más.
A los 18 no hubo nada de madurez, llegué a esa edad con la sensación de saber sobre la vida ya mucho aunque en el fondo no supiera nada, y la celebración en Sopelana fue digna de los grandes días, ni se cuanto alcohol corrió aquel día por las venas de los que cumplíamos años (Sergio y Yo).
Y luego han ido pasando los años, los veinte ni fu ni fa, el cuarto de siglo no me enteré de tenerlo hasta que cumplí 26, así que como ya lo había pasado el trago fue más suave, y ahora aquí ando, esperando al 29, con mi madre repitiéndome una y otra vez que me busque una chica, que se me va a pasar el arroz, que ya no tengo edad para andar como ando…..bueno, las madres siempre preocupándose por uno, y a mí, que paso de todo, pues se me pasará este número como los demás, sin hacer caso a mi madre, volando y camino de los, esta vez si, aterradores 30…