Imagino que, como siempre caerá alguna historia de nuestras variopintas aventuras en el otro lado del charco, pero de momento, que todo el mundo sepa que.... llegaron las vacacionesssssssss
Que no me lo explico oigan, que normalmente cuando alguien desea que llegue el momento de partir, de relizar un viaje, de comenzar unos días de aventuras en lugares recónditos, el tiempo pasa muy pero que muy despacio, pero no.
No saco el tiempo ni para contar que no tengo tiempo de contar nada. Todo corre, las horas vuelan y los días caen como suspiros, casi sin momentos para la reflexión, entre neuronas que vuelan y corazones acelerados a mil por hora como si quisieran aprovechar hasta el último latido antes de partir. Y no hay tiempo, no hay tiempo para teclas, no hay tiempo para historias, aunque, eso sí, prometo sacar un momento, aunque sólo sea uno, para el hasta luego...
Si, esos días en los que da lo mismo lo que pase a tu alrededor, da lo mismo que salga el sol o que llueva, que el mundo sea más o menos gris. En esos días sólo importas tú, tu sonrisa boba y tus circunstancias.
Y si, la gente te mira pensando que tienes un problema mental por cantar esa canción, y la gente intenta, como cualquier otro día, sacarte de tus casillas, el trabajo sigue siendo la misma pesadilla… pero nada importa, seguís siendo tu, tu sonrisa boba, y tus circunstancias.
Y mañana el sol saldrá o no, y el camino se pondrá cuesta arriba y lleno de piedras o se convertirá en una autopista de cuatro carriles, y las noches volverán a ser frías y oscuras, o tal vez vengan acompañadas de dulces sueños, pero hoy, hoy sólo sois tú, tu sonrisa boba, y tus circunstancias