Me sigue pareciendo incomprensible que un verbo tan
fundamental para quienes repensamos y soñamos los momentos irrepetibles del
camino, no esté aún en el diccionario de la real academia de la lengua española.
Yo nostalgio, tu nostalgias… y mucho más bonito cuando
nosotros nostalgiamos. Porque uno sólo nostalgia con todo lo que conlleva,
nostalgia con la tristeza y la soledad del recuerdo bueno pero sobre todo del
malo, del que pudo ser y no fue, uno sólo nostalgia muchas veces sin saber por
qué y sin saber por dónde, pero a ciencia cierta puedo afirmar que lo hace poco
para bien.
En cambio, cuando varias personas nostalgian juntas el mundo
cambia de color, cuando varias personas nostalgian los ojos no se llenan de
miradas melancólicas sino que se vuelven ojos de niño, se acompañan de
sonrisas, de brindis, de recuerdos compartidos.
Nostalgiemos, pues, y creemos una y otra vez futuras
nostalgias, porque por mal que nos mire la RAE, felices somos, siempre,
nostalgiando.
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