Hace unos 15 días, asistí estupefacto delante de mi aparato de desinformación masiva al estreno de una de las mayores aberraciones en la historia de la telebasura: cambio radical. El concepto básico en el que se basa este programa es en tomar un grupo de personas con la autoestima a la altura de los pies y decirles que si la vida les trata mal es porque son más feos que pifio.
Dentro de su insaciable apetito devorador, la sociedad de consumo ahora llega al punto de vender nuestros cuerpos al mejor postor a cambio de la simple aceptación por parte del sistema. Desde que nacemos, la sociedad capitalista nos va moldeando para que no cesemos de consumir, si quieres ser alguien en la vida, tendrás que llevar unas zapatillas nike al colegio para que los demás críos no se rían de ti, más tarde tendrás que comprar todo tipo de artilugios inútiles para ser feliz, no podrás vivir sin tu abdominaiser, sin tu terapi pilou, sin tu baba de caracol o sin tu guante mágico de levantar sacos de cemento, poco después te meterás en una enorme hipoteca para seguir dentro del juego, tendrás el coche más grande sólo por aparentar y, finalmente, te operarás todas las veces que sea necesario para que crean que no eres lo que aún así aparentas: viejo.
Nunca entenderé cómo podemos aceptar pasivamente una sociedad que no nos permite ser nosotros mismos, que no valora a los demás por lo que nos aportan sino por lo que nos hacen aparentar a nosotros mismos, una sociedad en la que la felicidad viene dada por la autocomplacencia frente a los demás.
Definitivamente, el sistema capitalista si que necesita un cambio... RADIKAL!!!
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