Como una avalancha que todo lo arrasa, así han pasado Mikel y Endika por Reus. No creo que sea el momento más indicado para hablar, es posible que mis conexiones neuronales no se encuentren en su mejor momento, me duele la cabeza, tengo sudores y del estómago mejor ni hablar, pero este finde merece, al menos, una rápida reflexión postparto.
Si hay una palabra con la que se defina lo mejor del fin de semana esta es sin duda amistad, cien por cien, pura, salvaje, sin salsas ni aditivos. Siempre he sido de los que piensan que da lo mismo donde, cuando y como, lo importante es con quien, y estos días han sido la más irrefutable de las confirmaciones.
Me lo he pasado como nunca, ni se cuanto tiempo hacía que no me reía tanto, ha sido un finde que ha tenido de todo, noche de fiesta en Salou, en nuestro bar de la Pili particular (en el que Mikel dirá que podría haber ligado pero que soy un inutil, y parte de razon no le falta...), paseitos de tarde por Reus, algun pote en el Carrasclet, y una noche de borratxera en casa que dudo pueda ser igualada en mucho tiempo, además, como hay unas dos horas de video de lo acontecido, es una experiencia totalmente demostrable.
En fin, que tras este oasis de amistad en el gran desierto de soledad en el que aquí vivo, toca vuelta a una rutina con el convencimiento de que hice lo correcto al venir aquí, venir a sufrir unos meses para poder volver a quedarme con la gente a la que quiero. Un abrazo, cuidense, y recuerden, total... por unos rastrojos...
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