Crisis, que crisis?

Yo, de verdad, que no paro de admirar la estupidez humana. El hecho de que haya gente que ahora empiece a darse cuenta de que las cosas no funcionan es señal de que ignorancia es sinónimo de felicidad.

Lo increíble es que la gente se da cuenta de que existe crisis el día que va a la gasolinera y no hay nada con lo que llenar el depósito. Debo decir en favor de este pequeño porcentaje de seres humanos estúpidos (el 90%?) que las señales eran taaaaannnnn sutiles que era imposible apreciar lo que se nos viene encima.

Evidentemente, el aumento del precio de la vivienda en 10 años por un 300% de su valor de mercado, la reducción salarial, de derechos laborales y de poder adquisitivo, el endeudamiento de la población a 20, 30 o 40 años, el establecimiento de una economía neoliberal que globaliza el mercado permitiendo el traslado de las centrales productivas a cualquier rincón del planeta, las guerras por el petróleo, la privatización de todas las empresas nacionales... no eran pistas suficientes para intuir lo que va a pasar.

Pero ustedes tranquilos, sigan sin despertar, no cuestionen el capitalismo, al revés, pídanle ayuda y desmantelen la ínfima estructura social que nos queda. En vez de aceptar nuestro error y derribar el sistema lo que debemos hacer es pedir rebajas impositivas, desmantelar el estado del bienestar (por llamarlo de alguna forma) ofrecer más rebajas fiscales a los empresarios para que mantengan sus desorbitados márgenes de beneficios...

Señoras y señores, yo ya lo dije hace muchos años, si este es su modelo del mundo, yo me borro. No se puede esperar al último momento para arreglar las cosas, porque cuando todo está roto, no hay nada que arreglar.

Bien, pues el sistema capitalista funciona mejor que nunca, pero nuestro modo de vida tal y como lo conocemos hasta ahora se ha roto, y los mecánicos del mundo, los que llevamos muchos años diciendo que el motor se iba a gripar, no tenemos ninguna intención de arreglarlo, sino de crear uno nuevo, así que cuando despierten, sea lo tarde que sea, nos llaman.