Que en verano pesa la pluma no es nada nuevo, es como si en vez de pulsar teclas hubiera que mover bloques de hormigón, las ideas se espesan y el trabajo se multiplica, cuando el cuerpo realmente lo único que pide es realizar una pequeña pausa y recargar las pilas.
Así que es esas estamos, después de haber realizado un pequeño pero maravilloso break en el país de los Pirineos y deseando que llegue la hora de partir hacia tierras del norte, para volver a realizar ese viaje que sería perfecto si fuera contigo, pero que sin duda será genial como desconexión, y es que por mucho mundo que desee recorrer, por muchos paisajes que mis ojos deseen devorar, por muchos aromas y sabores que falten por descubrir, siempre pensaré que el lugar más bello del mundo será en el que estés tu.
Bueno, a pesar de todo, pensaré que, aunque haya 3000 kilómetros de por medio, en el fondo siempre estás conmigo. Que poquito falta...
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