Siempre me ha parecido un gran despropósito, aunque en
ocasiones hasta yo haya caído en ello, el presentarse empezando por el trabajo
que uno desempeña, hola, mi nombre es Pepito y soy panadero, menuda
desfachatez.
Desde que tengo conocimiento he pensado en el trabajo (en
genérico, no sólo en el remunerado) como algo necesario para la supervivencia,
y en algunas facetas, incluso para el desarrollo personal, pero de ahí a poder
afirmar que tu labor profesional define no sólo qué sino quién eres existe un
gran abismo.
Dentro de dos semanas, tal vez, se cumplan 6 años desde que
entré a trabajar en mi empresa. Hago lo que hago porque es mi elección, son las
capacidades profesionales que he decidido desarrollar y con las que entiendo
que aporto un beneficio a la empresa que corresponda dentro del círculo vicioso
del capitalismo sin la necesidad de oprimir ni exprimir a nadie sino, dentro de
lo que cabe, velando por la gente. Más allá de ello, lo hago para comer, punto. No me une a mi empresa ningún vínculo más allá del afecto que pueda tener a algún
que otro compañero, no les debo nada, no comparto sus valores ni su modelo de
negocio ni mucho menos de sociedad, y no tengo ni el más mínimo orgullo de
pertenencia a la compañía, del mismo modo que la compañía no se siente
orgullosa de mí, ni comparte mis valores o convicciones, es tan sólo una
transacción comercial, sin amor.
Hola, soy Txino, y no, no soy técnico en prevención de
riesgos de la compañía X, soy una persona a la que le encanta mirar la vida con ojos de niño,
emocionarse, vibrar, soy un soñador de ojos abiertos, un viajero de la vida,
amigo de mis amigos y una persona a la que se le caen los latidos por el camino
cuando piensa en la sonrisa que le acompaña todas las noches en la cama, y, a partir de aquí, lo
demás, lo demás son accesorios…
1 comentarios:
Sencillamente espectacular. Tienes una gran maestría a escribir. Te felicito porque siempre que visito tu blog encuentro una reflexión o un comentario que despierta mis inquietudes.
Es un post con el coincido plenamente
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