martes, 11 de junio de 2013
Aplastando rutinas
A lo largo de la vida, casi en todo lo que hacemos, siempre se corre el riesgo de caer en la rutina. La rutina, esa especie de guión escrito de lo que debe ocurrir en cada instante que no deja casi lugar a la improvisación, y que poco a poco va tornando gris todo aquello que en un primer momento estaba rebosante de color.
Las rutinas existen, y suelen llegar para quedarse, y si no saben enfocarse correctamente con ellas viene el gris y las ganas de romper con todo y lanzarse hacia algo nuevo que el tiempo vuelva a convertir en rutina.
En mi opinión las rutinas, mas que de costumbre, son una cuestión de enfoque. Realmente en esta vida todo depende de los ojos con los que se mire, se puede pensar que otra vez toca ir al trabajo o se puede enfocar como que se tiene un trabajo en el que desarrollarse (hablando desde una óptica personal, no productivista), se puede pensar que otra vez toca comer arroz o se puede pensar que se tiene para comer, se puede pensar que otra vez las mismas tonterías en el mismo bar con la misma gente o se puede pensar que es maravilloso poder seguir reuniéndote con tu gente, siempre con la mente puesta en mejorar lo presente, pero enfocando las rutinas como algo positivo.
Yo, a nivel personal, me he terminando habituando a mis propias rutinas, e incluso he llegado a amarlas y desear que se produzcan, desear que llegue la imprevisible rutina de tus besos y abrazos, la rutina de nuestros intercambios de sonrisas, de nuestras locuras, de crear sueños en nuestra pequeña trinchera… divina rutina…
Publicado por Txino en 11:25 0 comentarios
viernes, 7 de junio de 2013
miércoles, 5 de junio de 2013
Había una vez...
Desde siempre me he considerado un payaso, en el buen
sentido de la palabra, en el caso de que pueda tener algún sentido malo. Como personaje
de narices rojas, zapatones y sonrisas tatuadas, no hay lugar en el que me
sienta más en casa que en una gran carpa de colores llena de banderines.
Lo cierto es que hacía ya muchos años, demasiados, que no
pisaba la carpa de un circo. Desde niño me ha encantado todo lo que se
transmite hacia el espectador en estos mágicos lugares, la magia, la emoción,
la capacidad de ilusionarse… es complicado que a la gente no le salga una
sonrisa cuando es cucha: ya ahora llega el más difícil todavía…
Mal que me pese, esto de tener esa vocecita en la cabeza que
habrá quien diga que es conciencia y habrá quien piense que es un duende malo
que me lleva al camino de la perdición, me ha hecho desde hace años desistir de
disfrutar de los habituales espectáculos circenses de toda la vida, al final la
ilusión no compensa el trato vejatoria que se da a los animales que se utilizan
en este tipo de espectáculos, la verdad es que ser antitaurino e ir al circo es
como ser vegano y comer big macs.
Pero en estas que quien más me conoce, quien soporta y
disfruta mi caminar por el mundo con ojos de niño, me ha invitado a ver y disfrutar el
circo del sol y, por dos horas, ha conseguido que vuele lejos, a ese mundo mágico
en el que todo es posible, ese mundo en el que todo es color, asombro y diversión,
ese mundo que, a pesar de todo, no puede compararse con la magia de descubrir tus
horizontes cada mañana al despertarme en nuestra cálida trinchera…
Publicado por Txino en 10:59 0 comentarios
lunes, 3 de junio de 2013
Me gustas con sol
La verdad es que, a pesar de haber ido ya mil y una veces a
la capital del reino, siempre me parece que le falta algo para ser una de esas
ciudades que te “enganchan”. Madrid tiene esa mezcla de encanto y de falta de
personalidad de los lugares en los que todo el mundo es de fuera y de allí al mismo
tiempo.
Son muchas las veces que me ha dado la impresión,
recorriendo sus calles, de ser una especie de gran casa de vacaciones familiar,
uno de esos sitios en los que uno está a gusto, de los que desea que sean lo más
confortables posible, pero que en el fondo es totalmente consciente de que no
es para quedarse, con el desapego que ello conlleva.
Sin embargo, hay veces, ni las más ni las menos, pero sobre
todo en primavera, en las que las calles toman un color diferente, es las que
da la impresión de que las personas hacen suyos los bares, los parques, las
aceras. Son esos días en los el sol se deja caer sobre su contaminado cielo,
esos días en los que aún el calor no llega al sofoco y todavía se huelen
lejanas las vacaciones que permitan regresar al verdadero hogar, son esos días
en los que los madrileños y madrileñas de verdad lo parecen, son esos días en
los que luce el sol, son esos días, en los que de verdad me gustas…
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martes, 28 de mayo de 2013
Atasco mental...
Hay días en los que uno tiene la sensación que, por muy bien
que vayan las cosas, es como si todo se condensara impidiendo que las cosas
fluyan en tu cabeza, montando un atasco mental que te deja en punto muerto a
pesar de que tu quieras ir a 2 mil por hora.
Es un poco como los virus del señor Burns, que se atascan y
hacen que no enferme, pero al revés, las buenas sensaciones y vivencias se
agolpan y montan tal tapón mental que es difícil que las teclas escupan más de
tres palabras sin entrar en la incoherencia o sin caer en el más absoluto de
los sopores.
Siguiendo con la tónica habitual podría echarle la culpa de
todo a la falta de sol, a la primavera que no llega, o a la crisis y la troika
si hace falta, quedándome como estoy, atascado, nublado y sin primavera, o, tal
vez, aunque sea por variar, lo mejor sea el soltar unas líneas en mi rinconcito,
dejando así una ventana abierta para que todo, lenta pero animosamente,
comience a fluir…
Publicado por Txino en 11:28 0 comentarios
jueves, 23 de mayo de 2013
martes, 21 de mayo de 2013
Otoño de mayo
Parece mentira que a estas alturas uno no se haya acostumbrado, son 33 años y los que queden no cambiará mucho si sigue girando la tierra, pero lo cierto es que se me hace eterna la llegada del sol, no de cuatro rayos esporádicos y dos subidas puntuales de temperatura, sino del que viene a quedarse.
Lo cierto es que no debería ser tan duro, no vivimos en el desierto, ni en el polo, no tenemos noches más eternas que las que nos oscurecen los corazones y tampoco hemos visto nunca el sol de medianoche, pero la sensación de vivir en un otoño perenne a veces se vuelve insoportable.
Desde siempre he necesitado el sol, a pesar de que Mikel me diga que tengo un tatuaje de actor porno gay, si decidí grabar con tinta en mi piel a la que siempre ha sido venerada como la fuente de la vida por numerosos pueblos y culturas, es porque necesito sus rayos casi tanto como los necesita un árbol para crecer, necesito de vez en cuando un cielo azul, un poco de calor añadido al humano que cambie el otoño por primavera, necesito cambiar nubes por sonrisas, antes de que se me terminen nublando neuronas, latidos y pensamientos...
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jueves, 16 de mayo de 2013
martes, 14 de mayo de 2013
Denominación de origen: Tu casa
La gente que vaya habitualmente a hacer la compra, que debería ser todo el mundo, se habrá dado cuenta que, de un tiempo a esta parte, absolutamente todo tiene denominación de origen, que si el txakoli de Getaria, que si las alubias de Tolosa, que si los pimientos de Gernika… y así con todo, lo que hasta hace 4 días era significado de calidad en el tratamiento del producto ahora es una especie de “made in…” así que uno ya no sabe si en esto de certificar el origen de las cosas entra más una cuestión de puro marketing o de orgullo personal de los productores.
Y es que, se ponga como se ponga la sociedad actual, esa en la que se fomenta que compres por Internet, que viajes por agencia y seguro en breve que el inodoro te limpie el culo para que no hagas el esfuerzo, hay pocas cosas más satisfactorias que el cada vez menos convencional “hazlo tu mismo”.
Nos lo dan todo hecho, mascadito, y lo peor es que hasta te mienten para que creas que eres tu quien está haciéndolo, sólo hay que poner el aparato de desinformación masiva para ver los anuncios, echa este polvo al pollo, y este polvo al ketxup, y habrás hecho unos nuggets con salsa barbacoa caseros! WTF!!!
Y esto pasa porque se han dado cuenta, horrorizados, que la mejor vacuna contra el consumismo está en la autosuficiencia. Y es que si haces tus galletas son más baratas, más ricas, y oreo no gana un duro, y si haces tu pasta fresca pues más de lo mismo y mierda para buitoni, y así, un día haces tus alfajores, con tu dulce de leche, tus gominolas, tus postres… y mientras Nestlé no gana un duro contigo, te vas preparando el sello con denominación de origen tu casa, para esas hierbas aromáticas y tomatitos cherry que has plantado en tu balcón, y te das cuenta que no era tan difícil, comenzar a cambiar las cosas…
Publicado por Txino en 13:36 0 comentarios
jueves, 9 de mayo de 2013
Quemando asfalto...
No es algo que suela ser muy habitual, pero es curioso ver como esas cosas que en nuestros ratos libres realizamos con total devoción, se transforman en odiosas cuando es la “obligación” la que nos lleva a hacerlas.
La cuestión es que tras recorrerme unos 1500 kilómetros en 3 días, gastando ruedas y asfalto, aunque por cuestiones laborales, me he dado cuenta de cuan vacío puede llegar a estar un viaje si no existe la motivación de disfrutarlo. Me encanta devorar caminos, no hay duda, pero siempre y cuando pueda detenerme a saborearlos con la calma o la prisa que cada uno necesita, permitiéndome el lujo de pararme cuando quiera, de captar aromas, sonidos, imágenes… y no hay nada de eso en una absurda contrarreloj de 72 horas, por muchos kilómetros que tenga, por muchos parajes que deje en la retina.
Lo bueno es que este tipo de “viajes”, como todos, dejan pequeñas anotaciones en la libreta que irán a parar a la mochila de caminos pendientes para que, un día, sin prisa, camisa ni obligaciones, puedan ser degustados en su justa medida…
Publicado por Txino en 13:26 0 comentarios
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