lunes, 16 de febrero de 2015
Nuestro rinconcito
Imagino que, ante la falta de aviso, habrá a quien le haya
cogido a contrapié el “cierre” que ha tenido este nuestro rincón durante las
últimas semanas. Lo cierto es que cuando se habla de privacidad no es que yo
sea la persona más cauta del mundo, no hago ni deshago en mi vida en base a lo
que se piense de mí sino que trato de compartir mis anhelos, nostalgias y
vivencias con aquellas personas que quieran escucharlos, pero esta vez ha sido
distinto.
Ha sido distinto porque este pequeño rincón, este diario de
locuras que arrancó hace 8 años, no lo siento como algo sólo mío. Estas semanas
de exposición pública, de periodistas rebuscando entre las miserias de cada candidato, no me han
preocupado en absoluto con respecto a lo que de mí se pueda decir, pero este de
aquí no lo veo solamente como mi rinconcito, sino como nuestro rinconcito, como
ese lugar en el que siento que puedo abrir mis vivencias a personas que
disfrutan, sufren y ríen con ellas. Este no es mí rincón, es nuestro rincón.
Rincón de sueños, caminos y piedras, rincón que ajeno al mundo y sus grises
tonalidades, nos regala momentos de absoluta sinceridad, de mostrar mi yo más
allá de etiquetas absurdas sin pedir nada a cambio más allá que el saber que
estáis ahí.
Por eso, porque este rincón no es mío, sino nuestro, es por
lo que, durante un breve espacio de tiempo, he querido mantenerlo lejos de las
sórdidas plumas que todo lo emponzoñan, espero disculpen las molestias,
volvemos a la carga…
Publicado por Txino en 11:45 0 comentarios
jueves, 22 de enero de 2015
Nuevos retos
Gentes del mundo de Txino, por motivos que escapan a la razón, y se acercan más a los mundos que mueven mis utopías, temporalmente voy a cerrar este nuestro pequeño rincón. He tomado la determinación de presentarme a secretario general de Podemos Ahal Dugu y los buitres tienden a rebuscar entre la basura, y no quiero dar pie a que mis pensamientos más íntimos, mis locuras y mis sueños sean de un dominio tan extremadamente público.
Nos vemos en breve, muy breve...
Publicado por Txino en 22:08 0 comentarios
jueves, 15 de enero de 2015
2015
Es curioso que, cuanto más pasan los
años, más se reducen esas listas de deseos que uno se autoimpone
para el año nuevo y que, por norma general, terminan generando más
frustraciones que objetivos logrados.
Más curioso si cabe, es que tras un
año que ni fu ni fa, un año de aparcar parte importante de mis
motivaciones para caminar aunque sea de forma ajena a mi voluntad, no
sienta la necesidad de romper con lo que el año que se va ha
supuesto y buscar la forma de resarcirme.
Aunque, pensándolo bien, tal vez, lo
que debería ser curioso, realmente es lógico, y nada más. Y es
lógico porque, a pesar de llevar un año de lunes al sol y
perspectivas de futuro laboral negro y sombrío, a pesar de aparcar
mis caminos, mis charcos, mis desgastes de zapatilla... soy feliz. He
podido descubrir que me puedo poner mis ojos de niño en casa y mirar
al mundo con curiosidad donde quiera que esté, he aprendido que un
trabajo no compra tus besos ni el despertarme cada día junto a ti,
he aprendido que las zapatillas se desgastan igual en un camino a
10000 kilómetros de casa que a 100, he aprendido que, si en vez de
pedir, miramos lo que tenemos, no sentimos la necesidad de pedir más
al año siguiente y, sin embargo, es más que posible que lo
consigamos.
Así que, tardío, feliz año, a
disfrutar del camino...
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martes, 30 de diciembre de 2014
martes, 2 de diciembre de 2014
Aquella montaña
Lo cierto es que,
queriendo o sin quererlo, siempre ha habido un antes y un después de
aquella montaña. No puedo negar que mi cabeza siempre había ido
acompasada de mi corazón y del resto de mi cuerpo, me pasé años y
años buscando caminos, tropezando, levantándome, buscando el
equilibrio, encajando piezas de un rompecabezas sin fin.
Cuando hace cinco años
comenzó aquel viaje, no sabía aún que buscando el mundo me iba a
encontrar a mi mismo. Se suele decir que, a veces, la mejor forma de
arreglar los problemas es alejarse un poco, mirar desde fuera con
otra perspectiva y darse cuenta de que no estábamos enfocando las
cosas como debíamos.
Y así, con esa
distancia, la que dan océanos, la que otorgan 12.000 kilómetros,
comencé a darme cuenta de que no era necesario terminar el
rompecabezas, día a día y hora a hora fui comprendiendo que el
equilibrio está en agradecer cada pieza que vas encontrando, aunque
no encaje, porque siempre habrá un momento en el que termines
haciéndole un hueco. Día a día y hora a hora fui comprendiendo que
mis dolores no debían ser lastres en el camino sino experiencias que
ayudaban a caminar mejor. Día a día y hora a hora me fui dando
cuenta de que, por fin, todas las piezas, las mías, terminaban de
encajar.
Y fue allí, en aquella
montaña, sintiéndome tan minúsculo, sintiéndome tan poca cosa y
sintiéndome tan grande al mismo tiempo, donde, como por arte de
magia, escuché ese click interior que me hizo comprender que algo
nuevo comenzaba a partir de ese momento, algo que no cambió nada y
lo cambió todo, algo que desde entonces me hace saborear victorias
sonreír derrotas.
No se si fue mi continua
búsqueda, si fue mi propia evolución o si es que las cosas pasan
cuando tienen que pasar, pero, desde entonces, y aunque no fuera cosa
suya, sigo enormemente agradecido a aquella montaña...
Publicado por Txino en 11:48 0 comentarios
jueves, 27 de noviembre de 2014
lunes, 17 de noviembre de 2014
Faltan teclas
Lo cierto es que no es que las ideas me abandonen o que haya dejado de volver loca a mi cabecita con cada paso y cada latido, pero últimamente el teclado acumula más polvo que relatos, y eso nunca fue bueno.
La verdad es que, por mucho que quiera ponerme, cada vez me cuesta más ordenarme un momento y dedicarlo a trasladar de las neuronas a la pantalla mis historias, vivencias y locuras. Me sobran ideas, y me faltan teclas, me sobran caminos y me faltan pasos, me sobra el tiempo y me faltan las horas... imagino que soy así, un pequeño gran desastre que se pierde más en el cómo ir a un sitio que en el sitio en sí, y a veces con este rinconcito me pasa lo mismo, que de tanto que a veces he querido contar ahora estoy un poco perdido en mi propio cuento.
El tiempo vuelve las cosas a sus cauces, las palabras a sus libros y las historias a sus rinconcitos, sólo es cuestión, me temo, de no pensar que faltan teclas, sino de volver a echar un ojo de vez en cuando a nuestro teclado.
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lunes, 20 de octubre de 2014
Cascabeles
Si algo me emociona cuando llega el
otoño, más allá de sus gamas de colores o de toparme con setas del
tamaño de mi cabeza, es sin duda el sonido de los cascabeles. Ese
momento de abrir el armario e ir sacando la camisa, la txapela, las
abarkas, el garriko... y escuchar de repente el tintineo de esas
mágicas bolitas plateadas.
Y me emociono, y me sonrío, y se me
eriza la piel. Y todo esto porque ese sonido significa que llegan
días felices. Y mira por donde que habrá quien piense que tampoco
es tan feliz volver a casa todas las mañanas con los pies
destrozados y ampollas en las ampollas, quien no le vea la emoción a
ese cuerpo escombro que cada vez parece más irrecuperable o quien no
sienta escalofríos pensando en mañanas de ibuprofeno y almax, peor
para ellos.
Porque las noches de cascabeles son
también noches de amistad, noches de recordar mil y un historias y
de crear las que pronto serán recordadas, son noches de baile, de
sonrisas, de brindis a las estrellas, son noches de conocer sonrisas
que enamoran y noches de seguir enamorándote cada año más de esas
sonrisas, noches de carnaval sin máscaras, noches que nos demuestran
que, con más canas y menos pelo, seguimos siendo nosotros...
Publicado por Txino en 11:15 0 comentarios
viernes, 3 de octubre de 2014
lunes, 29 de septiembre de 2014
Sin perder detalle
Quitarse las gafas, un acto que sólo
realizo cuando me ducho, cuando voy a nadar o antes de dormir, aunque
a veces Morfeo hace que termine con mi cabeza entre las páginas de
cualquier libro sin desprenderme de mis binóculos.
Siempre me pareció curioso que todo
comenzase a verse con mucha más claridad en mi vida poco después de
que me pusieran gafas. Habrá quien piense que son artefactos del
diablo y que donde estén unas lentillas no hay color, pero hace 5
años me tocó aceptar a mis nuevas compañeras y, habida cuenta de
que iba a ser para siempre, no dudé en adaptarme a ellas.
En los ojos, y en la vida, el proceso
es siempre el mismo, cambiarse de gafas y de forma de mirar el mundo
trae dudas, unos primeros días de incertidumbres, algún que otro
tropiezo y la inseguridad de quien abandona su camino de sombras y
nieblas. Pero poco a poco todo comienza a verse mucho más claro, no
se si el comenzar a distinguir los detalles, las formas y los colores
a través de mis ojos de adulto fue lo que hizo que comenzase a
distinguir los detalles, formas y colores del camino con mis ojos de
niño, no se si haber mirado hacia aquellas montañas, que tanto me
hablaron en silencio, con mis ojos viejos, habría cambiado la
determinación de virar todos los rumbos que dirigían mi existencia,
lo que si se es que, cuando, por un sólo momento, abandono mis
gafas, y pierdo los detalles, mi único deseo es cogerlas de nuevo y
distinguir hasta el último matiz de lo que el camino me pone
delante...
Publicado por Txino en 13:41 0 comentarios
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