Volando vengo...

Volando voy... volando vengo, como los sueños, así hay que ir por la vida: volando. Mirando siempre los problemas de una pasada y con el horizonte infinito como único destino.

Como todo el mundo, muchas veces me sorprendo mirando a cielo abierto y sin recordar como desplegar mis alas, esas alas que son mi llave hacia la libertad. Estoy totalmente convencido de que hoy en día, la libertad no es más que un estado de ánimo, o, más bien, de rebeldía. O te sientes libre o estarás encadenado de por vida. Y la libertad es algo que tan sólo podemos lograr aceptándonos tal y como somos, renunciando al sistema que ha construido el capital alrededor de nosotros.

Es ese sistema realmente el que coacciona nuestra verdadera libertad, la de sentir que hacemos lo que debemos más allá de los estereotipos creados, de lo que es normal o de lo "politicamente correcto". El día que sepamos aislar nuestras mentes y nuestros corazones de lo ya preestablecido, el día que dejemos de pensar y en el que nos dejen sentir, será el día en el que realmente nos sintamos libres.

Aun así, los seres humanos, dentro de nuestra inmensa fragilidad, tenemos la capacidad de soñar y de hacer que los sueños se conviertan en realidad, podemos ser libres a pesar de que nos critiquen, nos juzguen y nos marginen, tan sólo hay que dar un pasito hacia adelante y saltar... siempre merecerá la pena disfrutar de unos segundos con nuestras alas desplegadas por encima del cruel abismo al que el sistema nos ata, ya tendremos tiempo de pudrirnos en sus oscuras mazmorras.

Yo de momento seguiré volando, creando utopías, soñando sonrisas, llorando la realidad y como no, luchando e improvisando pasito a pasito, como diría Mikel, en esta película que es la vida, escribiendo mi propio guión y cediendo a todo aquel que quiera mis mejores versos.

Si no actuas contra la realidad, tan sólo vivirás de tus sueños...