Si alguien se ha fijado en el contador de tiempo hasta mi vuelta a casa habrá pensado que me he vuelto totalmente loco, pero no, una enorme cagada del supervisor de nuestra obra con las cuentas ha provocado que se tenga que parar la obra y dejar sin pan a las familias de 20 pintores, 30 andamieros, y un par de encargados, amén de un servidor. Por esta razón volver a casa me deja un sabor agridulce, porque en el fondo estaba deseando terminar la obra y volver a mi vida cotidiana, pero la verdad es que el trago que están mis compañeros de trabajo no se lo deseo a nadie.
Así que nada compañeros y amigos, en breve se romperá ese periodo de paz de a penas 6 meses que os he dado, y volverán tiempos de batallas, guerras y trincheras.
Se me cuiden, aiooo!
1 comentarios:
Hola tío: Me alegro muchisimo de eso, a pesar de la putada que pueda suponer a tus compañeros de trabajo, y a ti mismo. En el fondo, sé que es mas alegría que tristeza, así que me quedo con ese primer sentimiento que he tenido, un sentimiento de alegría.
Salu2
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