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jueves, 12 de noviembre de 2009

Herejía

Curioso término, sobre todo en pleno siglo XXI y llevado a situaciones políticas del día de hoy. Si no fuera porque todo el mundo lo ha visto y oído, parecería que se tratase de una broma, pero no. La Iglesia católica, en vez de adaptarse a los nuevo tiempos y a la realidad en la que vive y desea sobrevivir (aunque tengan a buen seguro que no lo va a conseguir), se retrotrae a los tiempos oscuros, inquisitoriales, amenazando con excomuniones y fuego eterno a quien no comulgue con sus ideas.

Parecen olvidar que hace ya más de 30 años que terminó su gobierno de terror y que ya no van a volver a disfrutar de los privilegios de los que disponían en aquella “una, grande y libre”. Además parecen no entender que en cualquier otro lugar en vez de mantener parte de las concesiones de las que aún hoy disfrutan, habrían sido expulsados de la realidad social del estado de forma fulminante.

Olvidan pues, que dentro de las limitaciones que existen en esta sociedad pseudodemocrática en la que estamos, son las personas quienes dictan sus destinos en base a sus convicciones personales, sin la necesidad de responder por sus actos públicamente nada más que ante la ley, ya que ante los ojos de su dios y ante su conciencia rendirán cuentas en el ámbito de lo privado, que es donde se hacen esas cosas.

Pero lo grave, no es sólo que olviden, sino que siguen limitando la capacidad de decisión de sus fieles, e intentan imponer a toda la sociedad lo que se suponen sus convicciones morales. Y digo se supone, porque no existe convicción moral alguna en decidir sobre el uso de su cuerpo que realiza una mujer, sino la necesidad de mantener un sistema patriarcal que beneficia claramente al estamento eclesiástico y a los hombres en general. La Iglesia intenta limitar a la mujer nuevamente y reducirla a la nada, devolverla al ámbito de lo doméstico, decidir sobre su cuerpo, sobre cómo debe ser educada, la Iglesia desea que la mujer vuelva adoptar ese papel de completa sumisión que siempre le ha otorgado.

Una vez más la Iglesia patina, se aleja del sentir mayoritario de la sociedad y da un nuevo paso hacia el precipicio. Porque la sociedad ya no tolera que ningún dios guíe sus designios, porque las mujeres deben ser las únicas dueñas de sus cuerpos, de sus decisiones, de sus vidas, y porque ya hemos tenido demasiadas inquisiciones como para saber que la fuerza de la razón se impone siempre a la razón de la fuerza.

Y si quieren amenazar y acusar que lo hagan, yo se lo digo públicamente: ABORTO LIBRE Y GRATUITO YA! Ahora, ya pueden quemarme en su hoguera.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Vas a ir al ifierno. Lo sabes, no?

Anónimo dijo...

...por suerte...el cielo está lleno de viejas chotas.