Por mucho que la doctora se empeñe en decirme que tengo la tensión alta, lo que debería haber advertido era que lo que tengo es un agotamiento total y absoluto. Tal vez sea que llega el invierno, que se termina el año o que me satura la simple idea de realizar un aterrador balance del mismo, pero la verdad es que me hallo sumido en un total y absoluto estado de cansancio vital.
Y es que el cuerpo es sabio, y por mucho que estemos en unas fechas navideñas que, al contrario que a otra mucha gente, me suelen llenar de energía y buen humor, me pide que pare un poco, aunque sea a recargar las baterías, que este año se ha forzado mucho la máquina y hay que pasar la itv.
Así que nada, parada técnica, y pausa antes de balances y metas, no vaya a ser que el año que empieza en breve tomemos la parrilla de salida con las ruedas pinchadas y el el motor a media gripar…
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