Y lo que nos queda...

Lo cierto es que todo comenzó como una prueba, como una de tantas cosas que unx comienza y con el paso de las semanas y los meses quedan en el más terrible de los olvidos. Un pequeño rincón en el que dejar caer algún que otro pedacito de mis historias, de mis pequeñas reflexiones sin más ánimo que el de poder recordarme en algún momento lo vivido.

No se exactamente como creció, como terminó siendo parte de mi rutina y como lo que en un primer momento no era más que un cajón desastre, terminó siendo un rincón tan visiblemente público a la par que tan íntimamente privado.

Pero el caso es que 5 años después, este rincón, ya no mío, sino de todxs nosotrxs, ha sido y sigue siendo testigo de noches oscuras y días brillantes, sigue siendo esa vía de escape en la que de vez en cuando tomar una bocanada de aire, escupir unos tristes versos, o simplemente compartir sueños y latidos.

Así y todo, con lo que conllevan 5 años, no necesito balance alguno, este pequeño lugar de encuentro ha expresado amor, ilusión, rabia, ansiedad, desconsuelo, y, como no, innumerables locuras y desvaríos, y, muy a pesar de su nombre, lo que ha demostrado es que, por muy oscura que pueda parecer la noche, la sonrisa de quienes rodean tu andadura es luz más que suficiente para seguir iluminando e inventado nuevos caminos.

Que sigamos compartiendo caminos, sueños, latidos, revoluciones y sonrisas, por otros tantos años!