La verdad es que siempre es difícil empezar a escribir, sobre todo, tratandose de alguien así.
Si, le defino como alguien, porque persona le quedaría corto. Es demasiado complejo como para simplificarlo en un par de ojos, una nariz, y una boca con una sonrisa tatuada.
Si tiraría a tiro fijo diría amigo de sus amigos, pero tampoco podría resumirlo dentro de su talla cuarenta y cuatro recién adquirida. Una talla, que si la grandeza de una persona se viese reflejada, estaría muy lejos de la realidad.
Un gran bufón que ha aprendido la gran lección de humildad, lección que generalmente, al resto del mundo se nos olvida. Esa autocrítica personal con la que hay que comenzar cada broma ajena, ese gran examen que todos deberíamos aprobar antes de criticar a los demás.
Un veterano que apenas ha traspasado la barrera del cuarto de siglo. Aférrimo luchador de sus ideas, sin caer jamás en las descalificaciones personales a los que no las comparten. Luchador de barricada donde, demasiadas veces para mi gusto, no valora que su pérdida seria más sentida de lo que no acaba de comprender. Poniendo su voz para los que carecen de ella, unido a todos anónimos jóvenes que saben que su guerra esta en las calles de su ciudad. Batallas diarias, donde paradójicamente, se lucha para evitar las muertes que muchos nos limitamos a ver por televisión, cual programa de corazón.
Aunque el sabe que esconde también un cobarde sin solución. El punto débil de su coraza de determinación, donde ninguna pelota de goma jamás reducirá, y sin embargo, una mujer la destruirá sin la mas mínima oposición. Ese cúmulo de sentimientos contrapuestos donde desaparece el gran hombre, para convertirse en ese niño miedoso que piensa que la palabra rechazo puede acabar con su vida.
Sin embargo eso le hace tan grande y que le aprecie tanto, aunque a veces le odie por el echo que el no ve lo que el espejo de la realidad se empeña en mostrarle. A esa persona con la que jamás te aburrirías, con la que sabes que nunca dejaría que nada malo te ocurriría, o que siempre tienes presente en todas las buenas horas que has pasado.
Es por todo esto que es difícil definirle con la palabra persona, palabra demasiado impersonal para siquiera describir a Jose Ma…..uy perdón, Luis Angel, o mejor, Txino.
Si, le defino como alguien, porque persona le quedaría corto. Es demasiado complejo como para simplificarlo en un par de ojos, una nariz, y una boca con una sonrisa tatuada.
Si tiraría a tiro fijo diría amigo de sus amigos, pero tampoco podría resumirlo dentro de su talla cuarenta y cuatro recién adquirida. Una talla, que si la grandeza de una persona se viese reflejada, estaría muy lejos de la realidad.
Un gran bufón que ha aprendido la gran lección de humildad, lección que generalmente, al resto del mundo se nos olvida. Esa autocrítica personal con la que hay que comenzar cada broma ajena, ese gran examen que todos deberíamos aprobar antes de criticar a los demás.
Un veterano que apenas ha traspasado la barrera del cuarto de siglo. Aférrimo luchador de sus ideas, sin caer jamás en las descalificaciones personales a los que no las comparten. Luchador de barricada donde, demasiadas veces para mi gusto, no valora que su pérdida seria más sentida de lo que no acaba de comprender. Poniendo su voz para los que carecen de ella, unido a todos anónimos jóvenes que saben que su guerra esta en las calles de su ciudad. Batallas diarias, donde paradójicamente, se lucha para evitar las muertes que muchos nos limitamos a ver por televisión, cual programa de corazón.
Aunque el sabe que esconde también un cobarde sin solución. El punto débil de su coraza de determinación, donde ninguna pelota de goma jamás reducirá, y sin embargo, una mujer la destruirá sin la mas mínima oposición. Ese cúmulo de sentimientos contrapuestos donde desaparece el gran hombre, para convertirse en ese niño miedoso que piensa que la palabra rechazo puede acabar con su vida.
Sin embargo eso le hace tan grande y que le aprecie tanto, aunque a veces le odie por el echo que el no ve lo que el espejo de la realidad se empeña en mostrarle. A esa persona con la que jamás te aburrirías, con la que sabes que nunca dejaría que nada malo te ocurriría, o que siempre tienes presente en todas las buenas horas que has pasado.
Es por todo esto que es difícil definirle con la palabra persona, palabra demasiado impersonal para siquiera describir a Jose Ma…..uy perdón, Luis Angel, o mejor, Txino.
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