La crisis de los... que?

Se supone que cuando uno llega al punto en el que me encuentro, debería escribir sobre crisis existenciales, hacer balances sobre el pasado y mirar hacia el futuro con un ojo puesto en un incierto presente en el que todo parece querer meterte prisa.

Pero la verdad es que, una vez más, y, como siempre, sirviendo de precedente, voy a llevar la contraria a todo el mundo y voy a decir que los 30 me han sentado bien, muy bien.

Y es que los 29 se marcharon tras una tarde-noche llena de sonrisas, y los 30 llegaron entre un bombardeo de sms, llamadas, mails y felicitaciones de todo tipo, llegaron con cenas, cafés, comidas y potes muy bien acompañado, llegaron con algún que otro regalo, con algún posible proyecto de cambio para el futuro y, hoy, incluso, con una enorme almohada blanca que ha cubierto todo el paisaje.

Así que de momento decir que 30 años no son nada, pero que cada minuto con vosotrxs lo es todo, muchas gracias por hacérmelo tan llevadero!