Todxs somos Joseba

Hay quien dirá que es fruto de la casualidad, de una mera coincidencia, o de un error “humano” achacable, probablemente, al becario o becaria que pasa las madrugadas tratando de documentar las noticias de la agencia EFE, seguro que sin dormir y a cambio de una irrisoria compensación.

Pero lo cierto es que no podemos resignarnos a admitir que ha sido una simple anécdota. La falta de rigor informativo en los medios de comunicación se ha convertido en el pan nuestro de cada día, aquí nadie comprueba, aquí nadie contrasta, aquí nadie informa. Las grandes agencias informan, los medios publican y los ciudadanos digerimos, fin del ciclo.

El problema comienza cuando quien informa no lo hace con rigor, cuando Google es la base de datos más fiable de la que dispone y cuando ninguno de los medios que son el siguiente eslabón de la cadena cuestiona que pueda ser incorrecta la información que surge de las agencias. Una vez que el plato está preparado, los ciudadanos no cuestionan lo que comen, ni mucho menos se preocupan por lo que ha ocurrido en la cocina.

Y así nos encontramos con que Llamazares en Bin Laden, con que en Georgia creen a pies juntillas estar siendo invadidos por los rusos o con que, esta misma noche, Joseba Fernández, compañero militante de Antikapitalistak, encuentra su foto como portada de todos los diarios señalando que es miembro de ETA.

En esta ocasión, para variar, alguien se dio cuenta del error (y no precisamente nadie de las agencias ni de los medios), y para subsanarlo, no contentos con haber sacado la dichosa fotografía del buscador Google, desde El Mundo buscan en el Facebook las reacciones del afectado y sus amigos y compañeros, esto es, para resarcirle, realizan un terrible intromisión en su vida privada y en la de la gente que le muestra su apoyo ante tamaño atropello.

Una vez más, y lo grave es que en Euskal Herria ya estamos demasiado acostumbrados a ello, un ciudadano es acusado y señalado, sus datos son publicados y todos los medios de este país se dedican a criminalizarlo antes de hacer comprobación alguna, y después, tras comprobar que es un error, se limitan a eliminarlo de sus informaciones y hacer como que nada hubiera ocurrido, como si la calumnia pública no mereciera de un resarcimiento público aún mayor al daño causado.

Esto no es un pequeño error, esto no es una anécdota, esto es un insulto y una terrible falta de profesionalidad, es hora de exigir responsabilidades, y a todo el mundo. Primeramente a las agencias, por su falta de rigurosidad, por no contar con fuentes de información fiables y por emitir cualquier noticia a sin comprobar los datos sólo por ser la que posee la primicia y así adelantarse a la competencia. En segundo lugar, a los medios, que no cuestionan ni contrastan absolutamente ninguna información que reciben, sino que se dedican exclusivamente a adaptar la noticia recibida a la línea editorial marcada para que sus lectores la degusten con el sabor ideológico que cada medio sabe darle. Y por último, y más importante, a los ciudadanos, que permitimos que nos manipulen los medios día tras día y no cuestionamos que la información que hoy recibimos puede que no sea cierta, ni que mañana, las equivocaciones de los grandes medios, pueden ponernos a nosotros mismos en la palestra, y no habrá nadie que las cuestione ni critique, porque hoy ha sido Joseba, pero mañana, si nadie les hace reflexionar, puede ser cualquiera.