Eterno Peter Pan

No me cansaré, por mucho me me lo digan, de oir esa maravillosa frase: sois como niñxs, madurad!

Es cierto que quien la dice no lo ve como un hehco entrañable, sino que lo utiliza con la intención de agredir y de menospreciar nuestra forma de comportarnos y afrontar el día a día, pues una cosa deben saber, nada más lejos de la realidad.

Bien es cierto que también habría que echar la vista atrás y ver el tipo de infancia que han tenido quienes nos dicen que somos como niños. Yo siempre he pensado que en mi generación, y en el mundo que me ha tocado vivir (no hablemos de ese otro mundo en el que lxs niñxs son despojados de su infancia por las guerras y el hambre) existían dos tipos de niñxs: lxs que tenían de todo y a lxs que no nos faltaba de nada.

A primera vista puede parecer que es lo mismo, pero ni mucho menso es así. Había quien sólo tenía que pedir por su boquita para que le dieran, quien fue el primero en tener video, ordenador, consola, v¡bici, skate, quien siempre llevó zapatillas de marca, incluso antes de que existieran las marcas, quien tuvo siempre el mejor balón, quien desde muy pequeño ha creído que en esta vida sólo con pedir está todo hecho y quien nunca se ha preguntado si era así para el resto de lxs niñxs.

Luego estábamos el resto, lxs que entre todxs hacíamos lo posible para pasarlo bien sin disponer de los recursos materiales que se suponían necesarios para ello. Lxs que disponían de un balón por cuadrilla que duraba más vidas que un gato y que al pincharse recibía honores y funerales de estado. Lxs que como no teníamos vídeo, ni ordenador, vivíamos batallas y películas con la sóla compañía de un palo y nuestra imaginación. Lxs que no sabíamos que era Nike y para quienes las Paredes eran unas zapatillas de calidad superior, para quienes un pantalón sólo estaba roto cuando no le cabían más parches. Lxs que éramos conscientes de lo que costaba que nuestros padres nos dieran algo y nunca se nos ocurría pedir más de lo que podíamos recibir, para quienes no existía la palabra imposible, porque con compañerxs, ilusión e imaginación cualquier sueño era viable.

Por eso hoy, que esxs niñxs, y muchxs de lxs nuestrxs, que se han hecho grandes, y se dedican a planificar sus vidas para que les sea posible tener de todo, no entienden como algunxs podemos disfrutar simplemente con que no nos falte de nada. No comprenden como en vez de pensar en lo que queremos para nosotrxs mismxs, ponemos nuestras fuerzas e ilusiones en conseguir lo que todxs necesitamos.

Tal vez sea cierto, tal vez, es más, ójala, sigamos siendo como niñxs. Ójala podamos mirar al mundo como un lugar en el que inventar la forma de disfrutar de él sin necesidad de destruirlo. Ójala seamos capaces de vivir con lo que nos pueda ofrecer la tierra, sin pedirle más de lo que puede ofrecernos. Ójala cada vez que miremos todo lo que hemos disfrutado en esta vida, pidamos otra ración, y la devoremos con la misma ilusión que la vez anterior. Ójala, de una vez por todas compartamos sueños para crear realidades, y dejemos de ser engullidos por una realidad que aplasta nuestros sueños.

Ójala que podamos, más pronto que tarde, mirar a la cara a Peter Pan y decirle: que, una partidita a las chapas?