Empanada...

No, no me refiero a las del Fiore, que sin duda son una delicatessen con la que se nos hará la boca agua en apenas unos meses, no, me refiero a la empanada mental total y absoluta que me ha tomado como rehén en estos últimos días.

Y es que no se si será por la vuelta de las mini (aunque infinitamente agradecidas) vacaciones, por el tiempo este de un día sol, al siguiente lluvia, ahora ocho grados ahora veintiocho… pero la verdad es que es como si alguien hubiera recubierto mi cabeza con una enorme capa de cemento y no hubiera forma de quitársela de encima.

Así que nada, seguiremos viendo si nos desperezamos, que se acerca el finde, y hace falta ir poniendo el modo on…