Ilusiones...

Siempre como un niño, como un gran Peter Pan que si bien no rechaza madurar si que se niega a dejar de ver el mundo con los ojos del niño que nunca se debe dejar de ser, así es como siempre me he sentido.

La vida pone zancadillas y rosas en el camino, pero de nada sirve levantarse en los malos momentos ni disfrutar de los buenos si no se hace todo con ilusión. Ilusión, si, ese sentimiento que te hace poner el 110 % en todo lo que haces, esa sensación que te hace estremecerte con cada paso que avanzas, con cada sueño que se cumple. Esa ilusión que te hace comenzar a vestirte siempre por una sonrisa, que te hace tener esperanza siempre en que todo va a salir bien, aunque esté fuera de lo planeado, aunque el camino se tuerza y se llene de piedras y charcos.

Ilusión, cálida, contagiosa, confusa y a veces totalmente alocada, ilusión que se proyecta y sobre todo, ilusión que muchas veces se necesita que te inyecte la gente que quieres para poder seguir avanzando sin miedo a tropezar…