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martes, 28 de febrero de 2012

No me importa...

Pues no, no me importa. No me importa que la gente piense que soy un quejita o que hay quien tiene más razones para protestar o quien está mucho peor y no dice nada, no, no me importa. Y no me importa, porque este es mi pequeño rincón, y muchas veces un pequeño grito de desahogo en él es mucho más útil que dar mil y una voces en el mundo de fuera, ese que se supone que es el real.

Y que a qué viene todo esto? pues viene a que mientras el resto de la humanidad parece sufrir los estragos de la crisis de los 30, los 40 o los 50, me temo que yo voy a vivir mi particular crisis de los 32. Y no, no es por el número, que a mí cumplir años me la trae más bien al pairo, me parece un día digno de celebración y en el que echando un ojo hacia atrás terminas sintiéndote feliz siempre que hayas seguido sumando kilómetros a tu camino.

No, no es el número, es el peso del último año. Es la sensación de estancamiento total y absoluto en la que me suelo encontrar y a la que veo difícil salida. La cuestión es que en muchos aspectos de mi vida no avanzo y no termino de ver un camino que me agrade lo más mínimo. Si, ya se que si de seguir adelante se trata, siempre hay algún camino que elegir, pero si algo he aprendido en esta vida, es que cada uno es dueño de sus errores y sus aciertos, y se que no acertaría en el camino a mi felicidad tomando decisiones que me sacasen de un pozo para llevarme a otro, mi charca es mía y ya la conozco, si arriesgo, que sea para ganar.

Lo triste es que ahora mismo ni avanzo, ni retrocedo, ni veo caminos posibles que me dirijan a mis anhelos, así que estancado, aunque siempre con un punto optimista, espero la entrada en esos 32 con la esperanza de que en breve, alguna luz se abra paso entre las sombras…



miércoles, 22 de febrero de 2012

¿Está el enemigo? Que se ponga...

Ciertamente, la cara de Gila habría sido épica si, al preguntar por el enemigo, al otro lado de la línea telefónica se hubiera puesto un estudiante de secundaria preocupado porque no tiene calefacción en su instituto.

Y es que según se van quitando las máscaras los auténticos enemigos del pueblo, más y más grande se hace el esperpento en el que han convertido el estado de derecho en el que dicen que vivimos.

Estudiantes apaleados por perros rabiosos por reclamar que les enciendan la calefacción en sus centros de estudio, o al menos que quien se la ha apagado les deje unos trajes para calentarse. Jueces juzgados por intentar juzgar a criminales que no se dan cuenta que el auténtico crimen fue permitir la teoría del olvido y el perdón hacia una dictadura asesina. Empresarios exigiendo austeridad y esfuerzo mientras sus bolsillos estallan y brindan con champán en sus yates ajenos al significado de la palabra sudor…

Y la olla cargando más y más presión, y el pueblo sin darle ninguna vía de escape, están avisados, si siguen calentándola, les reventará en los morros.

lunes, 20 de febrero de 2012

Noche de ranas...

Decía siempre un profesor en el colegio, noches de cabaret, mañanas de coca cola… y es que si algo tienen las noches de carnaval es que aseguran un bella e inmensa resaca a lo largo de los días que le siguen.

Carnaval, esa noche en la que esconderse tras una máscara, o en la que sacar el verdadero yo y esconder la máscara que se esconde en el día a día. Carnaval, de verde rana, carnaval de príncipe cansado de esperar el beso de la princesa que le permita hacer visible todo aquello que lleva dentro, un príncipe que cada vez está más convencido de que más que una princesa con su corona y su vestido rosita, necesita que le despierte el beso de una pequeña diablesa, con cuernecillos y tridente…



jueves, 16 de febrero de 2012

Un jueves másm reir por no llorar...

lunes, 13 de febrero de 2012

Fuego griego

*Wikipedia. El fuego griego era un arma incendiaria utilizada por el Imperio bizantino creada en el siglo VI, aunque su mayor uso y difusión se daría tras las primeras cruzadas (S.XIII). Los bizantinos la utilizaban con frecuencia en batallas navales ya que era sumamente eficaz al continuar ardiendo incluso después de haber caído al agua.

Como en las antiguas guerras, parece que de una vez por todas, por mucho agua que lancen, ya no habrá forma de detener la expansión de las llamas. Y es que los padres y madres de la democracia ya se han cansado.


Se han cansado del contínuo ninguneo al que les somete su clase política en suma obediencia a los dictados del capital y la banca. Se han cansado del expolio de sus derechos a manos de quienes son lxs verdaderxs culpables de su situación. Se han cansado de obedecer al amo sin rechistar, de ser la carne de cañón de seimpre para el beneficio de lxs de siempre.


Y cansadxs, hastiadxs, consumidxs por la indignación, han comenzado a decirle a los amos y a sus perros, que si no les permiten soñar, no les dejarán dormir...



viernes, 10 de febrero de 2012

Abre los ojos!

Ya no hay vuelta atrás. al igual que en la película nos acaban de arrojar desde una cornisa y como no abramos los ojos, la hostia va a ser memorable.

En un país en el que políticos corruptos y banqueros multimillonarios se afanan por repartirse las migajas de un pastel que ya hace tiempo se comieron, parece mentira que aún no haya levantado la mano para quejarse un pueblo que no ha catado casi casi ni el pan duro.

Es el espejismo, la ficción creada sobre esa irreal clase media acomodada a la que nos han hecho pensar que pertenecíamos. Clase media, que ya en sí contiene la primera gran mentira a la que nos hemos sometido, la de pensar que quien tiene un piso de 100 metros cuadrados, un bmw y un piso para veranear en Torrevieja siempre y cuando no se vaya a un spa en la Toscana o a darse un baño de algas en Milwokee, es el que está en el nivel de vida medio de los 7 mil millones de personas de este mundo. Al aceptar que ese nivel es el medio, no podemos sino aspirar a más, y ahí estuvo la trampa.

Y ahora que ya nos han sacado la sangre y nos han hipotecado por el resto de nuestras vidas y la de nuestra descendencia hasta la quinta generación, pretenden mantener su status devolviéndonos al lugar en el que ellos siempre han sabido que estábamos, el de clase obrera llana y universal, sin más derechos que el de trabajar, votar una vez cada cuatro años y callar.

Las opciones no son ya variadas, ya no queda esperar que mejore… que vengan tiempos mejores… que se pase la crisis… No es una crisis, es una estafa y una humillación, una estafa a quienes se han creído el juego de las clases medias en los países económicamente desarrollados, una humillación para el resto de la humanidad que ha estado cargando a sus espaldas el coste de nuestra avaricia con guerras y hambre.

Las opciones son claras, obedecer al amo, o morderle la mano, yo, por si acaso, ya voy afilando los dientes…



jueves, 9 de febrero de 2012

Colmando de gotas el vaso de las ilusiones

El problema de mantener ilusiones absolutamente en todos los aspectos que a unx le rodean en la vida es que, por norma general, muchas de ellas van cayendo una y otra vez en saco roto.

La cuestión es que además no hay más culpable en nuestras desilusiones que nosotrxs mismxs. Cuando decidimos mantener viva una ilusión en algo que sabemos con un 99’99 % de posibilidades de que no ocurra, aferrándonos a que renunciar a ese 0’01 supone rendirse, estamos aceptando de facto que tarde o temprano, nos vamos a llevar un chasco.

Y será que con el paso del tiempo mi cabezonería crece, y que me niego a darme por vencido hasta que el destino me pega una paliza y me manda a la UVI, pero tengo la sensación de que tengo el vaso de las ilusiones llenas de utopías y que últimamente caen sobre el gotas incesantemente, y debe de estar ya cercano el desborde, con todo lo que ello implica, con la vuelta a la falta de verde esperanza, con la vuelta al negro y a las noches oscuras...



martes, 7 de febrero de 2012

Marcas en la piel

Hay que reconocer que cada día está más extendido, como si pudiera ser una moda de quita y pon, lo mismo que ponerse un año bombachos y al año siguiente pantalones pitillo, con la diferencia de que, cuando alguien se mete en ello, debe tener una única cosa clara, al igual que un diamante, un tatuaje es para siempre.

Y no sólo porque la cicatriz en la piel va a quedar allí donde se haya hecho para la posteridad, sino porque cuando te tatúas algo, esa marca debe ser asimilada antes de hacerse, y debe contener un significado que no pueda doblegarse a voluntad de modas o cambios de humor.

Tal vez por eso, de momento, son dos las marcas que luzco. No es por ganas de tener más o menos ni por el hecho de que estéticamente puedan ser del agrado de quien las mire, tengo dos marcas con un significado que para mí es tan inmortal como la tinta que rellena sus dibujos. Esas cicatrices forman parte de mi piel y de mi personalidad, y al repasarlas, reafirmo un poquito más la seguridad con la que esas marcas se quedaron para siempre en mi piel.

Y habrá quien se tatúe un unicornio rosa en el culo, quien se ponga supermercado en chino en el sobaco o el nombre de esa churri con la que ya lleva dos semanas y que va a ser para toda la vida, y les quedará muy chulo, y les dirán lo que mola, y, al fin y al cabo, tendrá el mismo significado que los bombachos verde pistacho que nos dice zara que hay que ponerse este año…


jueves, 2 de febrero de 2012

Un copo, dos copos tres copos...

Yo entiendo que para mucha gente es una jodienda, sobre todo si vives en el norte de Europa y no te la quitas de encima durante largos meses, o si tienes que estar soportándola en la calle mientras trabajas, pero sintiéndolo mucho he de confesar, que no es que me guste, sino que adoro la nieve.

Siempre he pensado que, al igual que el fuego, existe una especie de conexión que hace que el tiempo desaparezca mientras la observamos. Es una especie de magia, una sensación de purificación, de congelación de los infiernos interiores y de total y absoluta paz. Ese silencio helado, ese blanco que todo lo borra, esa apariencia inofensiva e inocua, terminan trasladando cierto sosiego, una especie de paz interior que suavemente todo lo cura.

Así que, le pese a quien le pese, seguiré disfrutando de los copos, y lo seguiré mirando como ojos de niño que no sólo no tiene que ir al colegio, sino que puede quedar con sus amigos para tirarse unas buenas bolas… xD

miércoles, 1 de febrero de 2012

Maniáticas manías

Que cada cual tiene sus pequeñas costumbres y manías, es algo tan normal como el respirar o el tirarse pedos después de una buena alubiada, pero es que hay gente que, vamos a reconocerlo, se pasa un huevo y parte del otro.

Ya se sabe que hay gente que abre y cierra 17 veces las puertas o se acabará el mundo, personas que nunca cogen un ascensor e incluso a quien le gusta Justin Bieber, pero es que esta mañana en el metro ha sido un maravilloso espectáculo el que hemos disfrutado.

En una horrible mañana como la de hoy, uno llega, se sienta, se recoge en un rincón y, a falta de un buen libro, se enchufa a su reproductor musical con la esperanza de no despertarse roncando tras pasarse 8 paradas. y en esas anda uno, cuando se abre la puerta, y entra ELLA. No es ELLA la chica guapa, ni ELLA la divina, ni ningún tipo de ELLAs que se pueda la gente imaginar, es ELLA: LA RARA DE COJONES. Y es que entra en el vagón con sus tres paraguas chorreando bajo el brazo (que digo yo que como lo hace para ir por la calle con 3 paraguas…) y ya con el metro en marcha, los recoge, los pone en fila de pie ocupando un asiento, mientras se mantiene de pie, abre su megabolso y saca 3 bolsitas, se quita los guantes, el gorro y la bufanda, dobla los guantes como si fueran de seda y los guarda en una bolsa, dobla cuidadosamente el gorro y lo mete en otra bolsa, dobla la bufanda, e idem de idem. Realiza entonces 4 dobleces a cada una de sus mangas del jersey, ni tres ni cinco, cuatro, y cuando termina procede con igual sutileza con las de la camisa. Busca en la bolsa, saca un cepillo y limpia el asiento del metro en el que, tras colocar un pañuelo, apoya sus sagradas posaderas, coloca su bolso sobre las rodillas, abre el lateras, saca su libro electrónico y cuando lo enciende… - uy, Indautxu! me bajo aquí! Coge todo hecho un burruño y sale corriendo del metro, claro, como sólo ha tardado 7 paradas en sentarse…

En fin, cada loco con su tema…