Yo entiendo que para mucha gente es una jodienda, sobre todo si vives en el norte de Europa y no te la quitas de encima durante largos meses, o si tienes que estar soportándola en la calle mientras trabajas, pero sintiéndolo mucho he de confesar, que no es que me guste, sino que adoro la nieve.
Siempre he pensado que, al igual que el fuego, existe una especie de conexión que hace que el tiempo desaparezca mientras la observamos. Es una especie de magia, una sensación de purificación, de congelación de los infiernos interiores y de total y absoluta paz. Ese silencio helado, ese blanco que todo lo borra, esa apariencia inofensiva e inocua, terminan trasladando cierto sosiego, una especie de paz interior que suavemente todo lo cura.
Así que, le pese a quien le pese, seguiré disfrutando de los copos, y lo seguiré mirando como ojos de niño que no sólo no tiene que ir al colegio, sino que puede quedar con sus amigos para tirarse unas buenas bolas… xD
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