Habrá quien diga que son los cambios de tiempo, la primavera, el eclipse provocado por el penalty de ramos o cualquier cosa, pero lo cierto es que en estos días el cansancio se apodera de uno y las horas pasan muy lentamente entre soporíferas montañas de trabajo.
Se hace necesario parar, respirar, tomar un poco de distancia con la rutina y poner a cargar las baterías que empiezan a marcar la última raya y piden a gritos un poco de energía.
Habrá que relajarse entonces, paraa disfrutar con calma de todo lo que uno tiene mientras se va recargando, que lo último que apetece ahora, cuando más se disfruta del momento, es terminar fundido…
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