Normalmente, uno se da cuenta de cómo pasa el tiempo en ocasiones de esas que reconocemos como nostálgicas, mirando unas fotos de una excursión del colegio, al encontrarse con un antiguo compañero de universidad al que hace un porrón de años que no ves, cuando ponen el equipo A en algún canal de la tele o al ver una reposición del sketch de la empanadilla de Martes y Trece en navidades.
Por eso no puede dejar de sorprenderme que hoy sea este rinconcito el que me diga, ¡che pelotudo, mirá como pasa el tiempo! Es cierto que uno empieza a escribir y, si se mantiene constante, va viendo como pasa el primer mes, las primeras 25 entradas, que si 1000 visitas, que si hay que celebrar un aniversario… pero al final, cuando se entra en la dinámica de ir dejando retazos de pensamientos con mayor o menor asiduidad, uno termina perdiendo la cuenta de cómo comenzó la cosa y de hacia donde se dirige.
Hoy, exactamente hoy, este pequeño refugio de soñadores y lectores con ojos de niño, cumple la nada desdeñable edad de 6 añitos, y, si soy sincero, me parece una auténtica barbaridad. Porque en esto de empezar a escribir y dejar cosas a medias o ver como mueren por inanición uno ya se ha vuelto un experto, y sabe que 6 años para un blog supone entrar en la vejez, y más teniendo en cuenta que a este nadie le pide nada, quien lo lee acepta lo que mi cabeza y mis dedos le echan sin mayores exigencias y lo mismo tiene semanas de locura creativa que se viene conmigo a unas merecidas vacaciones.
Tal vez por eso, porque no me pide nada pero me suele dar mucho, espero que sigan cayendo entradas y años sobre él, porque eso significará que sigo teniendo historias, locuras y sueños que compartir, y lo que es más importante, que tengo con quien compartirlos.
Que cumplamos muchos más!