Sumido en la vorágine

Esta mañana, sin más plan que no hacer nada, he cogido y me he ido de compras y si, he disfrutado.

Algún día alguién logrará explicarnos el porque las personas nos sentimos bien al consumir, porque yo, la verdad, no le acabo de encontrar el sentido. También es cierto que yo voy de compras una vez cada cien años y que me gasto en ropa para todo el otoño lo mismo que otros en una camisa, pero no entiendo cómo empiezas y no puedes parar, tal vez uno por un momento se crea que se está convirtiendo en uno de esos estereotipos del joven moderno y neoliberal que vemos en los folletos de las grandes marcas de ropa fabricada por niños subsaharianos. Creo que el sentirte por un momento ese estereotipo hace que te sientas aceptado, en una sociedad que trata por todos los medios que siempre te encuentres fuera de lo socialmente aceptable para obligarte a seguir consumiendo más y más, ya que, aunque nunca tendrás todo lo que se supone que debieras tener, cuanto más poseas y consumas más cerca te encontrarás de ese ideal consumista que promulga la sociedad capitalista.

Bueno, o eso, o es que los seres humanos simplemente somos idiotas.

Cuidense y consuman con moderación.