Costumbres

Poco a poco, como un suave goteo van pasando los últimos días del año y vamos pensando en pasar la hoja de un calendario que a estas alturas nos damos cuenta se ha ido volando.

Pasan los días, se acercan las fiestas (que no las añoradas vacaciones de la niñez) y te das cuenta de que poco a poco, a lo largo de los años vas cambiando algunas de tus costumbres, e incluso comienzas a elaborar las tuyas propias.

Pensaba estos días en aquellas navidades de crío, en las que deseaba que llegara el día en el que ponerme a montar el arbol de navidad con mi padre y mi hermano, aquellas tardes separando una maraña de cables con pequeñas bombillas de colores y la elección de las bolas de colores y guirnaldas que adornarían la casa. Luego con el paso del tiempo se fueron las luces, llegó el Belén y más tarde llegaron incluso las discusiones con mi ama sobre la idea de poner a ese asqueroso gordo barbudo inventado por la coca cola y en el que no cree nadie en mi familia.

Por otro lado están las cenas, hace años reunían a toda la familia, abuelxs, tixs, primxs, era un totum revolutum increíble en el que las mujeres (y algún hombre como mi aita, pero los menos)se pasaban horas en la cocina para que todo saliera a la perfección, a las 11 de la noche ya estábamos cada uno separando las uvas y probablemente viendo a martes y trece o mirando estupefactos como a Sabrina se le salían las tetas al ritmo del boys boys boys. Después todo fue cambiando, algunxs familiares nos fueron dejando, las cenas comenzaban más tarde y ya no había ganas de cocinar para nadie, nunca mirábamos la tele ya casi casi se nos pasaban las uvas.

Así que, pensando por pensar, me he dado cuenta de que poco a poco cada cual va creando sus propias costumbres. Ahora en mi casa no pongo decoración alguna, mi ama pone su Belén y ya no tiene que preocuparse por cual sea mi opinión sobre el gordinflón de los renos. Con el paso del tiempo he pasado de la postal escrita a mano al mail, y desde el año pasado el fin de año os lo felicito en este blog, al igual que ocurrirá en los próximos días. Las cenas ya no son lo que eran, los críos ahora salimos de juerga, antes y después de cenar, más o menos siempre por los mismos sitios y la misma gente, eso sí, nos comemos las uvas sin falta y brindamos con la gente a la que queremos, pero ya sin cenar doscientos en casa y contribuyendo entre todxs para que todo salga a la perfección. Y la peor de nuestras costumbres, hacer balance de lo vivido y mirar al futuro con incertidumbre, hemos dejado de mirar hacia adelante con ilusión sin pensar en lo que habíamos dejado atrás para volvernos locxs viendo si hemos cumplido con lo que nos propusimos al empezar el año, para terminar volviendo a proponernos las mismas metas, y para volver a incumplirlas, imagino, en fin, que es cuestión de costumbres...