LLegó septiembre, llegó Elorrixo...

Fugaz, siempre fugaz es el paso por Elorrixo, siempre pasa volando para dejar momentos imborrables en nuestro recuerdo, al mismo tiempo que lagunas.

La verdad es que no queda claro si es simplemente la sensación de desconectar totalmente del mundo que nos atrapa cotidianamente o si es que realmente cada vez que vamos dotamos al lugar de esa magia que tan a menudo necesitamos y nunca terminamos de encontrar. Pero lo cierto es no hay Elorrixo sin noches eternas, no hay Elorrixo sin geniales conversaciones, sin chistes estúpidos, no hay Elorrixo sin compañerxs con lxs que pasar unos días de amistad sincera.

Un año más no hay nada que resaltar, y al mismo tiempo hay que resaltarlo todo, una vez más no fueron las mejores txoznas, pero las hicimos las mejores, una vez más no fueron los mejores bares, pero los hicimos los mejores, una vez más no fueron las mejores fiestas, pero las hicimos las mejores.

Elorrixo, siempre distinto, pero siempre especial, siempre con algo que enseñarnos, porque sin Elorrixo tal vez tres locos no cruzarían el charco dentro de unos meses, sin Elorrixo no aparecería una sonrisa sólo con mencionar París, sin Elorrixo nadie temblaría al verme cerca de un cheminova, sin Elorrixo no viviríamos latido a latido cada acorde de esa canción, nuestra canción, sin Elorrixo no habría vuelto a sentir que el mundo se puede detener las tardes de tormenta…

Así que, una vez más, brindo por nosotrxs, esperando que ese pequeño refugio vuelva a acogernos cuando necesitemos su magia.

Sin duda, la canción del finde, es esta…