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lunes, 31 de enero de 2011

Pedacitos de realidad

Es cierto que son sólo unas palabras, unas líneas que, sin un orden temporal claramente establecido ni una temática fija, nos van mostrando pequeños pedacitos de las realidades de personas cercanas que aman teclados, plumas y bolígrafos.

Por eso, yo aquí, en mi rinconcito, también tengo una pequeña esquina reservada para que, cuando ustedes quieran, puedan compartir las historias de quienes siento cerca, de aquellas personas que contribuyen, en mayor o menor medida, a crear mis historias.

Un frutero repleto de frutitas que intentan huir de la batidora, metáfora de vida y sueños compartidos, las dos líneas y el borrón de mi escudero y compañero de historias, sueños y realidades, la vida de una reina espartana escondida tras el título de una canción de Platero, el vuelo de una cometa que inunda el mundo de solidaridad y corazones abiertos, rincones para reflexionar y hacer, textos regalados para servirnos o incluso un pequeño rincón para dar placer al paladar, ya casi abandonado. Son pedacitos de las realidades de quienes escriben que me ayudan a comprender mejor mis propias realidades, y que necesitan ser compartidas.

Así que hoy, gozoso, puedo gritar bien alto que estoy orgulloso de poder compartir las ideas locas de quien, al otro lado del charco, ha vuelto a recuperar la pluma, contándonos como funcionan ella, su mundo, y el del resto, regalándonos, como no, pedacitos de su realidad.

Y mientras lxs demás están escribiendo, yo, sigo soñando...

jueves, 27 de enero de 2011

Estado de confusion

Queda declarado oficialmente el Estado de Confusión, tengo derecho a permanecer en silencio… o no… cualquier cosa que diga, o haga, o no diga, o no haga, podrá ser utilizada en mi contra… o no. Tal vez tenga derecho a un abogado, o tal vez no, y si me lo puedo costear, o si no puedo costeármelo, es posible, o tal vez no, que se me asigne uno de oficio, aunque ya veremos…

Y es que hay días que uno se levanta con la sensación de que da lo mismo lo que diga, lo que haga o lo que piense, que da lo mismo que intente dar el 120%, que intente correr cuando le piden que corra y parar cuando le piden que pare, que da lo mismo que le ponga el freno de mano al corazón y lo ate en corto aún a sabiendas de que el jodío quiere salir corriendo desbocado. Hay días en los que uno, haga lo que haga, no puede sino estar confuso ante cada paso que da o dejar de dar, y sólo le pasa por la cabeza que ponga donde ponga el pie, sí o sí, será en el sitio equivocado.

Son días en los que sólo se puede esperar, y soñar con que, por una vez en la vida, no te van a poner un muro en medio del camino, porque te sientes sin fuerzas de dar media vuelta, y tienes la impresión de que, si saltas el muro, lo mismo al otro lado te encuentras un precipicio… aunque, pensándolo bien, eso sólo se puede saber una vez que uno ha saltado... ¿no?

martes, 25 de enero de 2011

4 años de noche oscura

Fue un verano increíble, imborrable, de esos cargados de imágenes y anécdotas de las que te hacen esbozar una sonrisa incluso en los momentos más amargos, y yo, amigo de la pluma, melancólico y soñador de nacimiento, tomé la decisión, sin convicción alguna, de comenzar a narrar nuestros devenires, historias, noches y andanzas por este lugar tan lúgubre que es el mundo en que vivimos.

Y de eso hace ya 4 años, y parece casi fue ayer, y este casi diario ha ido siendo testigo de noches tan grandiosas como las que inspiraron su creación.

Cierto es, que ha sido testigo de noches oscuras, de soledad y tristeza, normalmente las menos, noches de punzadas al corazón, de heridas abiertas y cicatrices mal cerradas.

Pero también es cierto que ha sido testigo de noches y días de amistad desbocada, de canciones sonando hasta el amanecer, de locuras de borrachos materializadas en sueños imposibles. Ha sido testigo de caminos increíbles, de zapatos desgastados en parajes de ensueño, de carreteras, aviones y charcos, de sueños, postsueños y resueños, siempre de la mano de las personas increíbles que acompañan mis viajes.

Ha sido testigo, a veces, de desamores, de indiferencias, de sentimientos de vacío y mil divagaciones varias, y, últimamente, ha sido testigo de algún que otro latido, y de cómo miradas, besos y pieles hacen que la noche vaya perdiendo la oscuridad que la envolvía.

Y ha sido testigo, como no, de mi caminar, de mis locuras, sueños, utopías y revoluciones, de las piedras del camino y de cómo la vida siempre me tiende una mano en forma de vuestras sonrisas, ha sido testigo casi de cada momento digno de ser rememorado, y espero que, si la vida y las teclas no dicen lo contrario, este pequeño rincón siga cumpliendo entradas, años y visitas, ya que, sin vosotrxs, tan sólo sería testigo de historias sin ojos que las lean.

lunes, 24 de enero de 2011

Tiempo de sobra

Dos días, 48 horas, 1152 minutos, tiempo de sobra para escaparnos del mundo, para huir allá donde no hay mas miradas, juicios y verdades que las que nosotros nos inventemos.

Tiempo de sobra para seguir creciendo, para seguir pensándote en cada mirada furtiva, en cada beso bajo la luna, en cada mano entrelazada junto al mar.

Tiempo de sobra para seguir sin saber siquiera hacia donde vamos, pero tiempo de sobra para darme cuenta de que, si tú me lo permites, iré hasta allí contigo, sin prisas, sin pausas.

Tiempo, de sobra, para soñar atardeceres, lunas y soles en tus oscuros ojos, tiempo, de sobra, para estremecerme, para vivir cada latido como si fuera el último, para robarle a la vida hasta el último suspiro, la última caricia, el último abrazo.

Tiempo, de sobra, para volver a creer…


jueves, 20 de enero de 2011

Tensa calma

En ocasiones uno no puede sino sentir una tensa calma ante los acontecimientos que se van sucediendo en su vida, una tensa calma previa a épocas de cambios, tensa calma a esperas de coger el impulso suficiente para saltar y sobrepasar las barreras que aparecen en el camino.

Lo malo de esas situaciones de tensa calma es que por momentos, y hasta que los acontecimientos van cogiendo sus propios ritmos y dinámicas, la sensación de estancamiento y empantanamiento mental suele ser la tónica general en el día a día.

Ahora, con calma tensa ante los cambios que se me presentan en el camino, ante cambios en un espacio vital que con tanto mimo he creado y que seguro en breve volveré a crear, no puedo sino pensar que todo será para mejor, y que el tiempo me pondrá donde me tenga que poner, aunque siempre dentro del camino que yo mismo me marque.

Así que nada, esperaré cogiendo impulso y soñando saltos, para que nada me coja de improvisto llegado el momento de saltar...

martes, 18 de enero de 2011

Tiempo vivido

Hoy les dejo una de esas historias para darle una vuelta a la cabeza, y darse cuenta de lo importante de aprovechar el momento, de saborear las oportunidades y de disfrutar realmente de lo importante en la vida. Espero que les guste.

Esto era un hombre que vagaba por el mundo viajando y viendo nuevas bellezas.
Un día fué a un pueblo, en el había un valle… entró, era un cementerio.
Miró una lápida y comprobó que era de un niño de 8 años, el hombre se asusto siguió mirando y era un niño de 5, otro de 6…!
El hombre aterrado y desolado se sentó en una piedra y comenzó a llorar pues miró todo el valle y la persona con mayor edad no superaba los 12 años.
Llego el cuidador del cementerio y le pregunto:
¿Es por algún familiar?

No señor, vera usted ¿Que maldición es la que hay aquí para que todos los niños mueran? ¿Una plaga? ¿Una enfermedad?
El cuidador sonrrio y le dijo:
Tranquilisece, aquí nunca mueren los niños, verá:
Hay una tradición, desde que un chico cumple los 15 años le dan una libretita, se la cuelgan al cuello y cada vez que disfrutan de algo intensamente se apuntan cuanto duró y que fué… El primer beso, el primer amor, una fiesta con sus amigos…
Cuando mueren miramos en su libretita y sumamos todos los momentos que apuntó, porque en este pueblo pensamos que el tiempo disfrutado intensamente es el tiempo realmente vivido.

lunes, 17 de enero de 2011

Pasito a pasito...

Primero un pie y después el otro, despacito, y con buena letra, que no hay prisas en esto, que ya se sabe que las personas tendemos a ponernos nerviosos, querer hacer las cosas deprisa y corriendo y, por consiguiente, terminar cagándola.

Sin prisas, pero sin pausas, sin querer perdonar un segundo ni un latido, abrazando el presente hasta la extenuación, sin dejarse en el tintero un beso, una caricia o una palabra, retando a la noche, al destino, y a mi mala suerte en cada suspiro.

Caminar, pasito a pasito, a corazón abierto, sin mentirme a mí ni a nosotros, sin necesidad de más timón que tus manos, de más estrellas que tus ojos como guía, sin más deseo que perderme en nuestro barco sin bandera a prueba de naufragios.

Caminar, pasito a pasito, bocado a bocado, sueño a sueño… contigo.

miércoles, 12 de enero de 2011

Yo lo que quiero que me salga bien...








martes, 11 de enero de 2011

Hay días...

Hay días en los que uno no sabe si viene o si va, si sube o si baja, si camina o si se detiene.

Hay días en los que uno entra en un estado de shock que le impide ver con claridad las cosas y en los que las ideas son tantas y tan diversas que se atascan y no terminan de salir.

Hay días, en los que uno ya no sabe si llorar de pena o de alegría, o si simplemente debe reírse de su bendita mala suerte, poner un tachón en aquello que puede impedirle avanzar y quedarse con aquello que le ha devuelto la sonrisa y las ganas de seguir adelante.

Hay días en los que los latidos son tan fuertes que casi no puedes escuchar tus propios pensamientos, días en los que la luz y la oscuridad se entremezclan y sólo deseas estar seguro de que, a pesar de los arañazos y las caídas, has elegido un buen camino.

Hay días en los que es mejor no salir de la cama, no alejarse de las sábanas, y entre noches lunas y estrellas, poder besar el presente, olvidar el pasado, y soñar el futuro…

lunes, 10 de enero de 2011

Las malas influencias

Dime con quien andas y te diré quien eres, una excusa barata para autojustificar defectos y enfocar nuestras deficiencias de carácter en supuestas malas influencias externas.

Ya nuestras madres, en su enorme sabiduría, se dedicaban desde nuestra más tierna infancia a decirnos que fulanito era un Kinki o que fulanita no nos convenía, entrando en el juego del autoengaño, pensando que realmente eran lxs demás quienes hacían que nuestra forma de ser fuera distinta a lo que debería de ser.

Y la cuestión es que no es así, cada cual va conformando su carácter y se va acercando a aquellas personas que o bien se le asemejan o bien sirven para sus intereses vitales, escuchamos lo que queremos escuchar, nos convencen de lo que queremos que nos convenzan y, cuando actuamos mal, en la mayoría de los casos, y aunque tengamos la tentación de tirar balones fuera, sabemos perfectamente que estamos obrando como no es debido.

Así que sin excusas, sin buscar explicaciones y sin señalar a nadie, sin tratar de explicar en las malas influencias nuestros males, que cada palo aguante su vela y que cada unx sea consciente de qué cosas hace y como las hace, para que a nadie le coja por sorpresa el hecho de que, mucho más habitualmente de lo que la gente se espera, cuando se siembran vientos, se recogen tempestades…

domingo, 9 de enero de 2011

Retorno a Esparta

Y pasaron ya las fiestas, con sus excesos en forma de kilos recuperados y de estropicios corporales en mayor o menor medida recuperables a corto plazo. Es curioso como en unas semanas conseguimos hacer añicos el trabajo de meses, casi tan curioso como lo que disfrutamos destrozando ese trabajo.

Así que nada, arrepentimiento ninguno, que nos quiten lo bailao, pero que vuelva el equilibrio y el esfuerzo, que tampoco está la vida como para permitir que se evaporen en unos días los resultados del duro esfuerzo del año anterior, que las metas no basta sólo con cumplirlas, sino que saben mucho mejor cuando uno consigue mantenerse en ellas a pesar de las adversidades.

Lo dicho, comienza el duro camino de retorno a Esparta, así que recordad espartanxs, cenad un buen batido de proteínas porque mañana desayunaréis... piñaaaaaaaaa!!!! AU! AU! AU!


martes, 4 de enero de 2011

Pluma en el tintero

La pluma, con el papel y los versos, no es uno de esos objetos que puedes utilizar a tu antojo, dándole unos minutos cuando te apetece y guardándola en un cajón cuando no. La pluma por norma general es caprichosa, te lanza ideas y palabras en lo momentos más inesperados, en esos en los que por falta de papel los versos se pierden en la nada, o te ignora cuando buscas su inspiración y su consejo, haciendo oídos sordos a tus suplicas y a los ruegos de cabezas y corazones que necesitan expresarse y han perdido sus letras.

Por eso no me asusta, aunque si me apena, que mi pluma esté últimamente de capa caída, que no fluyan los versos como lo estaban haciendo hasta ahora y que sentimientos y sensaciones se amontonen en mi interior sin tener claro cual es el camino de salida.

Porque si bien es cierto que este es, por decirlo de algún modo, el diario de a bordo de mi camino, no es menos cierto que suelo necesitar de lienzos más íntimos en los que dibujar las sombras, luces y claroscuros que las teclas no saben dibujar, y, últimamente, andamos escasos de lienzos, pinturas y plumas…
Y ya que a mi se me atascan los versos, que suenen los más bellos, a ver si la inspiración vuelve.

lunes, 3 de enero de 2011

Año nuevo, nuevas ganas...

Por mucho que cambie el año, el lunes sigue siendo en esencia lo mismo que ha sido siempre, un cúmulo de bostezos, ojeras, pocas ganas de hacer lo que debes y muchas de dejar de hacerlo para dedicarte a otras tareas.

Ganas, sobre todo, de dedicarte a vivir un poco, a sabiendas que los días y los años pasan y cada mañana te cuesta más abandonar las sábanas si no son las tuyas, que cada día te duele más no poder robarle otro beso a la noche, otra caricia, otra mirada infinita.

Ganas, de llenar cada día de sueños y caminos imposibles que dejen destinos imborrables en la mochila del increíble viaje de la vida, de no perdonar bocados, de sentir ausencias y esencias en cada latido.

Ganas de que año nuevo, día nuevo o nuevo amanecer, mi sonrisa siga siendo la de siempre, y de poder mirar, al mundo si no huye, y a ti cada vez que me regales tu presencia, con la mirada del niño que descubre el inmenso cielo estrellado ante sus ojos.