Parece que me ha costado unas semanas darme cuenta de todo lo que crecí en mis meses en Reus, pero según van transcurriendo los últimos días, me voy dando cuenta de que sí que conseguí corregir muchas conductas y que empiezo a ponerme a mi por delante en las situaciones que así lo requieren.
Me empiezo a sentir mejor, empiezo a despertar, empiezo a deshacerme de todos los lastres que he arrastrado, estoy volviendo a tirar a patadas esas figuras de arena que construí, ya que me he dado cuenta de que no eran sino meros espejismos, y esta vez las nuevas figuras, los nuevos sueños que vendrán serán aún más grandes, porque ahora he vuelto a comprender el mensaje que siempre he intentado transmitir: si no actuas contra la realidad, sólo vivirás de tus sueños.
Curioso, lo poco que cuesta ser feliz...
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