Una semana, no más, es el límite autoimpuesto antes de que mi cabeza (por fin reencontrada) y mi cuerpo se pongan en modo off y me fastidien lo que queda de verano. Así que será una última semana de esfuerzo, llevando la máquina a un 100% que ya no es ni una tercera parte de lo que pudiera, y luego, por mi bien y por el vuestro, prometo que me relajo.
En el fondo el mérito es vuestro por aguantarme durante estos meses de precampaña y campaña, por escucharme, por aguantar mis interminables chapas y por darme vuestro apoyo. Sobre todo es de agradecer que en casa se tolere mi infatigable batalla y que en estos últimos días alguno se haya tomado incluso con humor lo que este viernes parecía ser mi colapso total., cigarro y botella de licor en mano, en un querer y no poder total y absoluto.
En fin, que ya no queda nada, que pase lo que pase el domingo el lunes toca empezar a trabajar, pero ya con otros ritmos, y dedicarse más a otras preocupaciones, sueños y utopías, que últimamente me rondan la cabeza y el corazón.
1 comentarios:
Tu cabeza siempre estará perdida, es algo que no puedes solucionar.
Se perderá entre tus revoluciones de corazón y almohada, sin nada mas que despertadores de realidad.
Yo la dejaría perdida, recuerda que perdidos estuvimos y perdidos continuamos y no estuvimos tan mal.
Así que ahora que nuestro pecho parece explotar, al ritmo que nuestra cabeza reventar, mejor que sobrevivas a esta semana porque despues nos queda un verano por vivir.
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