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lunes, 28 de febrero de 2011

La última vuelta a la llave

Y llegó el momento, se terminaron las cajas, las maletas, las horas de limpieza… y quedó el silencio y el vacío, ya definitivo, en la que ha sido algo más que nuestra casa.

Y quedó el recuerdo, de mil historias, de mil sonrisas, de mil noches en vela, de muchos sueños cumplidos y de muchos por cumplir, de muchas horas de charla, de muchos brindis, de mucha, muchísima amistad.

Y quedó una lágrima, tensa, amarga, y quedó un abrazo, dulce, intenso, y con él comprendí que tan sólo era un gesto, dar la última vuelta a la llave de mi vieja vida, y la primera de una nueva seguro que distinta, pero seguro también que con la misma ilusión e intensidad de siempre, y seguro que con mil nuevos sueños y caminos por explorar.

Hasta siempre Bulbabia…

jueves, 24 de febrero de 2011

Bajando la persiana...


Entre recuerdos...
sueños...y sonrisas...




lunes, 21 de febrero de 2011

Levantarse con esa sensacion

Es esa sensación de no querer moverte de la cama, de desear que se estropeen las pilas de esa horrenda máquina del infierno a la que llamas despertador y poder seguir bajo las mantas hasta que el sol te saque de tu refugio con unas cuantas horas de ventaja.

Es esa sensación de no querer ni llegar a la parada del autobús, de sentir frío hasta en los huesos a pesar de que la temperatura sea realmente plácida para la época del año en la que te encuentras, de apoyarte en el asiento deseando que el viaje dure unas cuantas horas en vez de unos pocos minutos.

Es esa sensación de que la semana se va a volver eterna aunque seguro que no lo sea, de que se te cierran los párpados delante del teclado, de que los minutos no pasan y de que la lluvia que golpea tu ventana casi casi empaña tu somnolienta mirada.

Es esa sensación, de querer cerrar los ojos, y que una vuelvan a estar abiertos, sean los tuyos los que me estén mirando…

viernes, 18 de febrero de 2011

Sentir al cuadrado

Hay quien dice que muchas veces, las sensibilidades, las formas de sentir las cosas, están más en la cabeza que en otro sitio. No se puede negar, que tener predisposición a sentir con mayor intensidad las sensaciones cuando estás con alguien ayuda a que eso sea así, lo mismo que no se puede negar que a veces, puedes llegar a encontrar a alguien que de por sí te predisponga a sentir todo elevado al cuadrado.

Y cuando aparece ese alguien, te das cuenta de cómo el mundo de las sensaciones se puede multiplicar, y de cómo todo de repente deja de ser lo que hasta entonces era, y, de repente, ese alguien hace que un beso ya no sea sólo un beso, que una caricia sea mucho más que una caricia, que un roce, o incluso una mirada, se conviertan en un carrusel que pone tu mundo patas arriba y tus nervios a flor de piel; en una nueva forma de sentir la vida en la que cada latido retumba hasta hacer que el corazón se salga del pecho.

Y será la cabeza, o será el corazón, o serán tus ojos y tus manos, o, simplemente, serás tu…

jueves, 17 de febrero de 2011

Sopor

Hay días en los que cada segundo va deslizándose hasta el siguiente con una lentitud pasmosa, días en los que poco apetece rendir en el trabajo, o hacer nada productivo en general, ni tan siquiera golpear el teclado. Hay días, en los que sólo apetece relajarse, desconectar del mundo, e improvisar trincheras en las que resguardarse del mundo, trincheras cargadas de abrazos y miradas tan improvisadas como únicas...

miércoles, 16 de febrero de 2011

De maletas y sueños

Maletas, cajas y bolsas, de todos los tipos y colores, grandes, pequeñas, más o menos llenas y más o menos pesadas, cargadas de libros, recuerdos, pedacitos de vida y miles de sueños, sueños que viajan de un lado a otro y que aunque a veces lleguen a su destino de repente vuelven al punto de partida.

Sueños y maletas, maletas y sueños. Maletas en las que caben cosas que creías olvidadas, recuerdos del fin del mundo y de mundos finitos y finiquitados, cosas que no sabías que tenías, cosas que no necesitas tener y cosas que nunca deberías haber tenido. Cosas que llevarte, cosas que dejar y cosas que enterrar, cosas, muchas cosas.

Cada bolsa que se llena, cada sueño que se recrea, cada instante que se revive no hacen sino certificar que las maletas que llegaron cargadas de sueños por cumplir vuelven repletas de nuevos sueños y de realidades ya vividas.

Y pasan las horas, y pasan los días, y las maletas, cargadas de los sueños que son, se despiden de los que fueron, y, por una vez, la ilusión vence a la nostalgia, y el camino, de nuevo, se comienza con zapatos gastados, sonrisa puesta, y mirada de niño…

lunes, 14 de febrero de 2011

El amor, hoy...

Hoy, como todos los años llegada la fecha, parece que hay un tema recurrente y por ello inevitable, y no, hoy no va a ser diferente, pero más allá de lo aberrante y comercial del día que nos toca pasar, no podemos negar que, en el trasfondo, queda latente el sentimiento que todo lo puede, el amor.

No lo voy a negar, a pesar de ser una persona que siempre ha creído en el amor y su fuerza para mover mundos y mares, nunca se me ha dado bien escribir sobre él. Las personas que se dejan caer por estos lares ya saben que se me da mejor escribir sobre las barreras que me impiden llegar a él, o sobre mis inseguridades, o sobre el sufrimiento, y que en contadas ocasiones abordo en profundidad la importancia de que cuando el corazón lata, lo haga al ritmo que te marca una sonrisa o una mirada.

Es, sin duda, un sentimiento poderoso, el más poderoso, capaz de provocar guerras y derribar imperios, sobre todo en su ausencia, puesto que el odio no es sino la ausencia de amor, o el arrebatamiento del mismo.

Pero el amor es, sobre todo, un sentimiento vivo, un sentimiento que evoluciona con cada latido, un sentimiento que nos hace movernos a su son, un sentimiento que se define en cada momento, que no es igual hoy que ayer y que seguro es distinto mañana.
Amor hoy, para mí, es una mirada sincera, una sonrisa que hace que me tiemble el alma, unos labios infinitos, unas manos inmortales. Amor para mí hoy es enredarme en tu pelo y desear quedarme atrapado para siempre en la cárcel de tus abrazos. Amor hoy es tu piel desnuda, mi corazón desbocado, amor son tus pies fríos, tus suspiros calientes. Amor hoy es pelos de gato en el jersey, son trufas de chocolate blanco, son películas y manta en el sofá. Amor… amor hoy es sentirme vacío en tus ausencias y recuperar la vida sólo con mirarte, amor hoy es saber que te necesito y pedirle todos los días a la luna y las estrellas que tu también, aunque sea un poquito, me necesites a mi.

Y mañana que sea lo que tenga que ser, pero amor, hoy, eres tú…

jueves, 10 de febrero de 2011

Volando voy...

De un lado a otro, con la cabeza en mil sitios y el corazón en uno sólo, pero volando, alborotado de repente, con la sensación de que tengo más cosas que hacer que días para hacerlas, y de que llega el momento de los cambios y me coge totalmente fuera de juego.

Y me coge fuera de juego porque no he querido prisas, porque no he sentido la necesidad de presionarme y, para que engañarnos, me siento despreocupado y mucho más relajado ante lo que viene que si hubiera pasado las últimas semanas pensando en lo que me va a venir encima. No hay prisas, ni agobios, ni angustias, es lo que tiene que ser, y seguro que es para bien, así que no merece la pena preocuparse.

Así que nada, continuaremos volando, de beso en beso, de caricia en caricia y de mirada en mirada, y ahora también, de nido en nido, esperando que el que llega, no termine por convertirse en una jaula…

martes, 8 de febrero de 2011

And I think to myself...

Al final, por muy gris que parezca el día, y por muy espesa que esté mi cabeza, basta con una dulce mirada, con una sonrisa sincera, con un beso eterno, con una de tus caricias infinitas, para volver a creer, sólo con pensarte, que el mundo sigue siendo un lugar maravilloso…

lunes, 7 de febrero de 2011

Stand by...

Ni encendido ni apagado, a medias, o como diría mi señora madre, ni chicha ni limoná. Y es que hay días que uno intenta arrancar y aunque la batería parece estar recargada, es como si le hubieran pinchado las ruedas y permaneciera en su sitio intacto, inmóvil, esperando a que llegue la grúa.

Son días en los que te dedicas a mirar a tu alrededor viendo como van cayendo en tu reloj los segundos uno tras otro, mientras esperas que, tal vez de forma milagrosa, de una vez por todas, tus dudas se desvanezcan y la incertidumbre de paso a lo evidente, pero no. Los segundos, minutos, horas… van cayendo y por momentos los pensamientos se quedan clavados como agujas en la retina, agujas que, a pesar de que al latido siguiente desaparecen, van dejando pequeñas heridas que, por inadvertidas, nadie se digna a curar.

Son días para desear que pronto la cabeza deje de dar vueltas, y que lleguen las palabras que calmen el trompicado latir de tu corazón, para poder pasar del stand by al añorado estado de ON…

jueves, 3 de febrero de 2011

Humor ateo...

Un poquito de humor para todxs aquellxs que no creemos en diox, ni buda, ni frodo ni el spaghetti volador...




miércoles, 2 de febrero de 2011

Indefinido

Resulta curioso como en algunas ocasiones ni tan siquiera brotan las palabras para expresar el atasco que uno sufre en su cabecita, se acumulan el tedio, el frío y la oscuridad y conforman una terrible y densa bola que te impide ver nada con la claridad suficiente. Y es que hay momentos en los que, a pesar de que algunas cosas van mejor de lo que iban y el resto probablemente sigan el mismo rumbo que llevaban, uno siente en su interior una terrible sensación de indefinición difícil de aplacar.

La cuestión es que, por mucho que uno lo intente, tiene la sensación de que esa indefinición va a quedarse ahí durante un largo periodo de tiempo. No por falta de claridad en los deseos y formas que sabes que debería tomar, sino porque no siempre puede ser el corazón el que marque los ritmos y caminos, sino que a veces es necesario dar tiempo a tu propia cabeza, y a cabezas y corazones ajenos, a aclarar cuales son los caminos que quieren tomar.

Así que esperando, dudando, pero siempre soñando, pasan horas días y semanas, sin perdonar ni un beso, ni una caricia, ni una palabra por el camino; deseando, con intensidad, poder mirar hacia delante y saber hacia donde avanzo disfrutando del paisaje completo, y dejar de ir mirándome los pies por el miedo a tropezarme, a pesar de ir apreciando hasta el último milímetro de cada uno de mis pasos, con la seguridad de que si en algún momento tus ojos deciden acompañarme, será un mundo increíble el que observemos, juntos.

martes, 1 de febrero de 2011

Si no me lo dicen...

... lo mismo no me doy ni cuenta, que a mi me parecía una persona pero no, resulta que debe ser un bitxo, un mal bitxo!!!



Mira que se suele decir que hay que asegurarse de que lo que se va a decir es más bonito que el silencio, y que si no es mejor callarse, pues nada, hay gente que sigue sin enterarse...