Y llegó el momento, se terminaron las cajas, las maletas, las horas de limpieza… y quedó el silencio y el vacío, ya definitivo, en la que ha sido algo más que nuestra casa.
Y quedó el recuerdo, de mil historias, de mil sonrisas, de mil noches en vela, de muchos sueños cumplidos y de muchos por cumplir, de muchas horas de charla, de muchos brindis, de mucha, muchísima amistad.
Y quedó una lágrima, tensa, amarga, y quedó un abrazo, dulce, intenso, y con él comprendí que tan sólo era un gesto, dar la última vuelta a la llave de mi vieja vida, y la primera de una nueva seguro que distinta, pero seguro también que con la misma ilusión e intensidad de siempre, y seguro que con mil nuevos sueños y caminos por explorar.
Hasta siempre Bulbabia…
Y quedó el recuerdo, de mil historias, de mil sonrisas, de mil noches en vela, de muchos sueños cumplidos y de muchos por cumplir, de muchas horas de charla, de muchos brindis, de mucha, muchísima amistad.
Y quedó una lágrima, tensa, amarga, y quedó un abrazo, dulce, intenso, y con él comprendí que tan sólo era un gesto, dar la última vuelta a la llave de mi vieja vida, y la primera de una nueva seguro que distinta, pero seguro también que con la misma ilusión e intensidad de siempre, y seguro que con mil nuevos sueños y caminos por explorar.
Hasta siempre Bulbabia…
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