De locura, de color, de luces y espectáculo. Días de payasos pidiendo el voto, de esos que no hacen ni puñetera gracia, de los que se creen que el circo es suyo y aún no se han enterado de que el público se ha marchado a otra carpa. Días de domadores desesperados y de fieras indomables, rebeldes y reveladas contra ellos. Días de malabaristas musicales que ponen notas de color a los equilibristas de la vida y el corazón. Días de magia, de sonrisas que convierten en 24 horas de sol lo que estaban siendo días de oscuridad. Días, de narices rojas, sonrisas sinceras, lágrimas amargas, de acrobacias en la cuerda floja, de caídas con y sin red, días de un espectáculo que, en todos los frentes, debe continuar…
TIRO UNA PIEDRA AL AIRE...
Hace 4 años
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