Monotonía

...dulce monotonía. Bien es cierto que esta semana se convierte en un pequeño periodo de transición hasta que mañana nos volvamos a beber la noche en Basauri, pero lo cierto es que empezaba a echar de menos un poco de monotonía en mi vida.

La verdad es que tengo la sensación de que me había montado en una noria emocional que se había vuelto loca este verano, un día arriba y otro abajo, y otra vez arriba, y otra vez... y así sin parar, si a esto le añadimos que donde pongo el ojo pongo la bala, y que cada vez que perseguía noches de besos, cuerpos desnudos y sudor es como si jugase a la ruleta rusa con una pistola llena de balas, pues un poco de paz tampoco viene tan mal.

Las personas tendemos a confundir lo cotidiano o lo monótono con lo aburrido, y en mi caso nada más lejos de la realidad. La monotonía envuelve mi día a día, pero mi vida no pierde ni un ápice de diversión. Porque mi monotonía consiste en tratar de superarme cada día, disfrutar de cada momento, reinventarme a cada minuto, soñar despierto a todas horas. Día tras día lo hago sin parar y cada vez con más ganas, es mi nueva rutina, pasar del gris a toda la escala de colores una vez tras otra y volver a empezar, mi monotonía consiste en romper la verdadera monotonía que nos impone la vida, esa que nos hace pasar el día preocupados del trabajo, de la hipoteca, de que dirán, de los ahorros, esa monotonía, si que es aburrida...

La canción de hoy me apetecía ponerla sin más, me recuerda infinitamente a una persona que tuvo todo mi corazoncito en sus manos y un buen día decidió desgarrarlo en mil pedazos, dejándome sin sueños ni revoluciones, en el fondo ella sigue siendo especial, desde la distancia, alejada de mi alambrada, pero especial al fin y al cabo.