El año pasado, sin lugar a dudas, fue el año de los cambios, y este comenzó como el año del paseo, del paseo triunfal. Si bien es cierto que posiblemente en muchos aspectos de nuestras vidas más que un paseo triunfal este año se ha convertido en un errante caminar por el desierto, también debemos entender que es lo que implica un paseo triunfal.

Todos hemos sufrido daños y bajas, es por eso que el paseo triunfal es más doloroso de lo que parece, pero la sóla sensación de libertad que provoca el saber que ciertas batallas han terminado y nunca más volverán a librarse, compensa todo lo sufrido.
Con permiso de a quienes repercuta (bulbabos varios desperdigados por el mundo), preveo ya que el año que viene se presume intenso, pero intenso de verdad, el otro día se lo comenté en un mail al almirante de fragata Aarontxu y dijo que si, que era ese el nombre, sin duda, motivación no nos falta, y ganas de comernos el mundo tampoco, así que prepárense, porque en apenas mes y medio llega un nuevo año, el año de la bestia...
1 comentarios:
Si se me permite un comentario, yo diria que este año si que ha sido el año del paseo, pero del paseo pirrico, se han ganado importantes batallas pero el coste/las perdidas tambien han sido importantes
Un abrazo,
Aingeru
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