BLOGGER TEMPLATES - TWITTER BACKGROUNDS »

jueves, 13 de noviembre de 2008

Inocencia

Con el paso de los años las personas, algunas más que otras, vamos madurando, poco a poco vamos incorporando a nuestra mochila experiencias y cada vez nos quedan menos cosas por probar, y menos ganas para probarlas.
La pérdida de esa infantil inocencia que nos hacía tener las más grandes ilusiones y los mayores desengaños nos lleva poco a poco a dejar de soñar, a dejar de querer probar nada nuevo. En este mundo de ritmo frenético no podemos dejar que nada se salga del guión, nunca nos permitimos un pequeño espacio para la improvisación o la novedad, simplemente deseamos tener todo bajo control.
Controlamos nuestras emociones, nuestras relaciones, nuestros movimientos, pensamientos y metas, cuando alguien se relaciona con nosotros cerramos nuestros corazones y ponemos a trabajar nuestras podridas mentes para saber que puede querer esa persona de nosotros y que es lo que nosotros podemos obtener de esa persona, hemos aprendido a desconfiar de una sonrisa regalada porque sí y nunca tomamos riesgos que no podamos controlar, incluso sentimentalmente, sólo nos acercamos a aquellas personas con las que creemos que los daños pueden ser amortiguados y siempre que nos lanzamos al vacío lo hacemos con una cuerda, no vaya a ser que nos demos un golpe del que nos cueste recuperarnos.
Pero aún quedamos personas dispuestas a ilusionarnos, a soñar, a llevarnos gratas sorpresas y enormes desilusiones, porque la vida no es nada si no hay sobresaltos en un guión ya escrito que debemos saltarnos. Somos suicidas emocionales, críticos de vida y forma de vivir, y no nos cansamos de sorprendernos los unos a nosotros, y de dejar que la vida nos sorprenda, a veces con tonos grises y otras veces llena de color, casi siempre de manera inesperada, recuperando día a día esa inocencia que el duro caminar de la vida ha intentado arrebatarnos, pero sin la cual no seríamos sino un número más, carente de ilusiones y sueños.
Por eso nos queremos y cuidamos entre nosotros, para conservar nuestra forma de ser y de vivir sin dar ni pedir explicaciones a nadie, siendo simplemente nosotros mismos.

1 comentarios:

Mikel dijo...

Tu mismo me escribiste que nosotros no jugamos al mus con envidines.
Tiramos al Ordago y no nos conformamos con ser jugadores de pequeña.
Puede que sea inconsciencia o simplemente estupidez pero jugamos todo en cada partida y casi siempre perdemos.
Perdemos y ganamos mas cicatrices en el pecho, da igual la forma o lo que tarden en curar.
Perdemos, si, pero también sabemos quien no juegue al límite nunca sabrá lo que es ganar.