Recuperado por fin de dos días de moquillo, tos asmática, fiebre, calores y más tontuna en mi cabeza de lo habitual me dispongo a coger con ganas lo que me queda de semana.
Hace una año (un par de días arriba o abajo) en un ataque de una mezcla de locura y pánico no pensé en nada y me Marché a Reus a rehacer mi vida, con el convencimiento de que no era para dejarla allí, pero con una necesidad imperiosa de escapar y de reconstruir sueños y pensamientos, de revolver mi corazón y mi cabeza en busca de alguna genial solución a mis paranoias y con ilusión, mucha ilusión.
Un año después, aunque no se note, muchas cosas han cambiado, tengo más claro lo que quiero a pesar de que siempre me cueste tanto arrancarme, tengo más claro lo que siento aunque siempre me lo acabe quedando para mi, y tengo más claro lo que sueño aunque el mundo se empeñe en destruir mis anhelos revolucionarios. Tal vez esto sea lo grande, sigo siendo yo, pero por lo menos lo veo todo mucho más claro.
Reflexiones a parte, mañana toca concierto, casi rememorando el que vi en Cambrils aquella mágica noche el verano pasado con Jontxu, la Kinky Beat y Bad Sound System, algo de alegría y creo que el pistoletazo de salida a un nuevo verano interminable, de estos que terminan en enero o febrero. Disfruten del día, que yo ya no puedo sacar ciertos acordes de mi cabeza Buiaka! Buiaka!!!
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