Se supone que es uno de los pilares del por qué se va a un festival es la música, y en este caso, como es evidente, nos desbordó por todos lados. Ska, punk, rock… todo lo que podíamos desear se fue alternando para dejarnos con una mezcla explosiva que terminó por dejar destrozados nuestros cuerpos y tímpanos.
El primer día, que cogimos justo empezando, se podría decir que arrancó en Hesian, con su punto ska muy bailable, pero con un calor tan infernal que nos empujó a verlo con un katxi en la mano en la única sombra que existía en todo el recinto, la que hacía la barra. Después llegó un Gatibu que se supone no iba a gustarme tanto como lo hizo, y con el que disfrutamos todxs, a pesar de que el calor nos pudo asfixiar.
Tras Gatibu, Betagarri, mi Betagarri, a unas asfixiantes 18:30 horas, ska, ska, y más ska, para las 18:45 ya estaba amortizado el precio de la entrada, para mí, geniales, como siempre.
Después de tanto disfrute tocaba pasar relajados unos cuantos conciertos, des-kontrol, txarrena y Ekon pasaron entre tragos, bokatas y mucho cachondeo. Berri Txarrak volvió a ser el momento de abrazos y sentimientos que siempre se vuelve (por mucho que parezca que no invita a ello) y también la vuelta a la primera línea de batalla. A las 2 y media salía Koma para dejarnos con uno de los conciertos más destructivos que recuerdo en mucho tiempo (por decir que recuerdo algo a parte los golpes), y para terminar Etsaiak dejó lo de siempre, mucho que desear, aunque, la verdad, ni eran horas, ni al último superviviente le quedaban fuerzas.
El día 2, a pesar del temporal y la suspensión de los conciertos hasta las 18:00, ya se veía que iba a ser de estar sentaditos viendo desde lejos, que el cuerpo empezaba a chillar y tampoco era plan de terminar de destrozarlo, ¿o si? KOP nos lo tomamos con mucha calma, para que engañarnos, Gatillazo arrancó con una buena dosis de punk y un Evaristo enorme, como siempre. Después Kaotiko ya consiguió levantarnos e incluso nos arrancó algún bote y alguna cuerda vocal. Para SA la verdad es que ya estábamos nuevamente sumidos en el descontrol más absoluto, la voz ya no funcionaba y aún así se cantó, se gritó y se bailó como si nos hubieran echado droja en el colacao. Para Boikot sólo decir que fue divertido y reivindicativo como lo recordaba de hace años, aún tengo agujetas de tanto levantar el puño. Parecía que no íbamos a llegar, pero lendakaris muertos es uno de esos que no te puedes perder, y, la verdad, más que cantar, nos dedicamos a reír, esas letras no tienen desperdicio… y de nuevo, llegan las 5, y llueve, y a pesar de que el cuerpo te pide terminar la noche bailando ska al ritmo de los italianos Talco, a la cuarta canción decides que ya tienes suficiente música, y que vas a morir digo a dormir.
Finde brutal, musicalmente hablando, lo hemos tenido todo, al gusto de todos, y servido bien fresquito, así que yo, al menos he disfrutado, y ya voy servido, casi casi, hasta el año que viene…
El primer día, que cogimos justo empezando, se podría decir que arrancó en Hesian, con su punto ska muy bailable, pero con un calor tan infernal que nos empujó a verlo con un katxi en la mano en la única sombra que existía en todo el recinto, la que hacía la barra. Después llegó un Gatibu que se supone no iba a gustarme tanto como lo hizo, y con el que disfrutamos todxs, a pesar de que el calor nos pudo asfixiar.
Tras Gatibu, Betagarri, mi Betagarri, a unas asfixiantes 18:30 horas, ska, ska, y más ska, para las 18:45 ya estaba amortizado el precio de la entrada, para mí, geniales, como siempre.
Después de tanto disfrute tocaba pasar relajados unos cuantos conciertos, des-kontrol, txarrena y Ekon pasaron entre tragos, bokatas y mucho cachondeo. Berri Txarrak volvió a ser el momento de abrazos y sentimientos que siempre se vuelve (por mucho que parezca que no invita a ello) y también la vuelta a la primera línea de batalla. A las 2 y media salía Koma para dejarnos con uno de los conciertos más destructivos que recuerdo en mucho tiempo (por decir que recuerdo algo a parte los golpes), y para terminar Etsaiak dejó lo de siempre, mucho que desear, aunque, la verdad, ni eran horas, ni al último superviviente le quedaban fuerzas.
El día 2, a pesar del temporal y la suspensión de los conciertos hasta las 18:00, ya se veía que iba a ser de estar sentaditos viendo desde lejos, que el cuerpo empezaba a chillar y tampoco era plan de terminar de destrozarlo, ¿o si? KOP nos lo tomamos con mucha calma, para que engañarnos, Gatillazo arrancó con una buena dosis de punk y un Evaristo enorme, como siempre. Después Kaotiko ya consiguió levantarnos e incluso nos arrancó algún bote y alguna cuerda vocal. Para SA la verdad es que ya estábamos nuevamente sumidos en el descontrol más absoluto, la voz ya no funcionaba y aún así se cantó, se gritó y se bailó como si nos hubieran echado droja en el colacao. Para Boikot sólo decir que fue divertido y reivindicativo como lo recordaba de hace años, aún tengo agujetas de tanto levantar el puño. Parecía que no íbamos a llegar, pero lendakaris muertos es uno de esos que no te puedes perder, y, la verdad, más que cantar, nos dedicamos a reír, esas letras no tienen desperdicio… y de nuevo, llegan las 5, y llueve, y a pesar de que el cuerpo te pide terminar la noche bailando ska al ritmo de los italianos Talco, a la cuarta canción decides que ya tienes suficiente música, y que vas a morir digo a dormir.
Finde brutal, musicalmente hablando, lo hemos tenido todo, al gusto de todos, y servido bien fresquito, así que yo, al menos he disfrutado, y ya voy servido, casi casi, hasta el año que viene…
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