Ahora que hace frío, y que llegan sensaciones casi olvidadas al ver el blanco paisaje inundar todo aquello que nuestra vista alcanza, me ha dado por imaginar que tal vez sea eso en lo que te hayas convertido, tal vez no fuera un muro de esos imposibles de escalar lo que hubiera construido a tu alrededor, ni una torre rodeada de un foso infranqueable, tan vez no fuera que a mi corazón le hubiera colocado una enorme valla, ni un fortín protegido por alambre de espino para que nadie se acercase, tal vez tan sólo ocurrió que te habías convertido en un copo de nieve, tan blandito, tan suave, con ese aspecto agradable, esponjoso, que dan ganas de abrazarlo, tocarlo, sentirlo...y, en el fondo, congelado…
TIRO UNA PIEDRA AL AIRE...
Hace 4 años
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