El tiempo corre, y yo vuelo

Lxs que me leéis habitualmente ya os habréis dado cuenta de que es un tema que me fascina y que trato muy habitualmente, pero es que ciertamente el tiempo no deja de sorprenderme. La percepción que cada cual tiene del mismo en cada momento es algo increíble, parece como si los días de algunas personas durasen el doble que el de las demás.

Hay ocasiones, cuando te sumerges en la rutina, en las que las horas pasan sin más, dedicas tu tiempo a trabajar, ver un poco la tele en el sofá y dormir, y sinceramente percibes que el tiempo no da para más.

Otras veces, por el contrario, sometes a tu tiempo a una vorágine de vida social sin control, trabajas, vas al gimnasio, acudes a manifestaciones, a las reuniones del grupo x o del grupo z, lavas, planchas, friegas, cocinas, sales con tus amigxs, estudias, ves la tele, lees, escribes en el blog, navegas por la red, duermes, sueñas… y aún así tienes la impresión de que en tu vida quedan huecos de inactividad (tanto social como sentimental) que aún quedan por cubrir y que te podrían llevar una buena parte de tu ¿tiempo libre? Esas horas que además pasan raudas y veloces parecen multiplicarse y no sabes como completarlas para volver a sentir que todo se detiene, que la rutina te vuelve a envolver, y que los breves momentos que disfrutas de tu soledad vuelven a ser eternos.

Soy consciente de que nunca llueve a gusto de todxs, y de que el tiempo corre cuando más lo necesitas y se detiene cuando tienes montañas de él, e increíblemente, siguen empeñadxs en decirnos que un segundo siempre dura lo mismo. Hay que joderse, yo estoy convencido de que quien más vive la vida es aquella persona a la que los segundos se le marchan en un suspiro y en cambio, aquella que lleva una vida insustancial y sin sentido, tendrá la percepción de haber vivido una eternidad, cuando en realidad no ha dado ni un bocado a la tarta del vivir.

No malgasto más vuestro tiempo, que tenéis poco, y aunque a algunxs la lectura se os pasará en un instante, fijo que a otrxs se os harán eternas mis divagaciones…