..esta noche, lxs niñxs de medio mundo se acostarán llenos de ilusión, limpiarán sus zapatos y los dejarán debajo del arbol de navidad junto a unos dulces y una copa de anís (al menos así se hacía en casa de mis padres) y mañana, al despertar, sus caritas se iluminarán con las sonrisas que provocarán los regalos envueltos en una maraña de papeles de colores.
Este año, sin ninguna duda, deseo con todas mis fuerzas que los reyes magos dejen de ser los padres y existan de verdad. Deseo con todas mis ganas que desaparezcan los regalos que a pesar de la crisis han comprado los esforzados padres y se deje a su suerte a los reyes magos de oriente para hacer llegar su preciada carga a cada uno de nuestros hogares.
Deseo con todas mis fuerzas que eso ocurra, porque cuando mañana, las sonrisas de lxs más pequeños de la casa se tornen en llanto desconsolado al ver que no hay regalos, y que los reyes magos han muerto asesinados en un bombardeo cuando partían junto a la franja de Gaza, sus padres y madres les deberán explicar el por qué de su silencio cómplice ante la masacre de un pueblo, el por qué callaron y agacharon la cabeza ante tal atrocidad. Estoy seguro de que entonces, cuando las lágrimas derramadas sean las de sus hijxs, todo el mundo levantará la voz ante esta agresión, porque está visto que si las lágrimas provienen del sufrimiento de lxs niñxs palestinxs, no pasa absolutamente nada, tan sólo nos dedicamos a envolver regalos para nuestra gente, mientras otrxs tan sólo reciben bombas y sufrimiento.
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