Un día más?

Otra vez, mal que nos pese a muchos, es 14 de febrero, el día de la compra del amor, con minúsculas. Ese amor que se sustenta en el consumo, ese amor vacío de contenidos y sensaciones.

Tampoco seré yo quien niegue que haya personas para las que este día sea algo especial, debe ser que de repente hoy sienten que quieren más y necesitan ser queridos, es algo así como el espíritu navideño pero volviendo a la gente aún más estúpidas que en tan entrañables fechas.

A pesar de lo que yo pueda pensar sobre la significación social y más que nada económica del día de hoy, ya aprovecharé y dedicaré mi entrada al AMOR, al AMOR real, sin fronteras, sin barreras, sin tapujos. Al AMOR de aquellas personas que entregan su vida por los demás, por sus familias, amigos, parejas, por su causa, por sus sueños, por un mundo nuevo. Al AMOR de aquel que da siempre sin esperar recibir nada a cambio, ya que el hecho de poder ayudar a los demás ya es suficiente recompensa. También al que AMA a su pareja más allá de razas, colores y creencias, entregándose al completo, compartiendo sueños, noches y amaneceres sin más necesidad que la companía de esa persona para disfrutar del momento. Y, como no, al que AMA sin ser amado, al loco solitario que clama a la inmensidad del mar porque esa persona tan especial se fije en él, al insomne que sigue pidiendo deseos a las estrellas.

Para todos ellos son estas líneas, un regalo tan inmaterial como etéreo, tan profundo como simple.